jueves. 25.04.2024

De la prepotencia al cinismo

Hemos asistido, a lo largo de estos días, a acontecimientos que no se habían producido en España en los últimos  cuarenta años de nuestra democracia.

Con dos procesos electorales en el corto espacio de tiempo de seis meses, y con casi un año de gobierno en funciones.  Y, de remate, con la perfidia de que uno de los dos partidos llamados a relevarse en la dirección política de las instituciones, haya descabalgado a su líder para poder arrojarse sin complejos a los brazos de su supuesto  antagonista.

Hasta aquí, son los hechos desnudos de cualquier interpretación de parte.

Luego, se podrá ahondar en las excusas, en los supuestos motivos, en las presiones directas o indirectas de los distintos poderes reales e incluso de los imaginables… Que a bien seguro cada cual tendrá su propia opinión.

Pero,  es un hecho que no admite discusión: afrontamos una nueva época en la política española.

Y, con diferentes tintes y otras urgencias, igual o algo bastante parecido está ocurriendo en el ámbito de la Unión Europea. Y es que, la socialdemocracia, necesita una urgente reformulación y aclarar su objeto, sus medios y posibles alianzas y sus fundamentos.

Lo mismo que aquí el PSOE necesita aclarar cuál es el espacio político al que se dirige y al que quiere representar y cuáles son sus aliados…

Porque,  en la defenestración de Pedro Sánchez, ha habido mucho de ambición soterrada de una dirigente sin escrúpulos, pero hay tanto o más de querer marcar un espacio político, cómodo, junto al Partido Popular, y querer hacer pasar por extremismo o populismo  a quienes desafían sus postulados. En definitiva, diferencias políticas importantes.

Quizás, confían en exceso  esa parte de dirigentes del PSOE, en que, los propios errores de los “nuevos bisoños políticos”, les ayuden a redibujar un mapa político acorde a los viejos intereses del bipartidismo.

Por eso, una advertencia gratis para quienes están aterrizando a la política institucional: si hay algo que se tolera peor todavía que la inconsecuencia política en nuestro País,  es sin duda la prepotencia.

Y ya van unos cuantos episodios de escasa o nula humildad por parte de quienes acaban de llegar a la política institucional… Por esta vez prefiero decirlo de esta manera suave.

Debiera servirles también para la reflexión y el análisis que incluyera la autocrítica correspondiente, el entender que si la presidenta andaluza cae tan mal fuera de su feudo, es precisamente por la prepotencia y la ambición que refleja en sus actuaciones y maniobras.

Y del mismo modo, más allá de las buenas, malas o regulares ideas con que Ciudadanos se desempeña acá o allá; hay que recordarle, que es un ejercicio de puro cinismo político o de una ignorancia supina difícil de creer, el aseverar como ha hecho, que ahora gobernará en España el Congreso de los Diputados…

Mal, muy mal, que tras decir en campaña electoral que bajo ninguna condición harían presidente a Rajoy, lo hayan votado y aupado como su presidente. Pero que  no pretendan justificar el engaño con nuevas mentiras.

Rajoy es presidente por sus votos, por el apoyo de Ciudadanos y  la connivencia de un PSOE desnortado que no sabe a dónde va.

 Saben unos y otros, y deben saberlo los lectores en general, que no es posible gobernar desde el Congreso de los Diputados de ninguna manera…, que cada norma que se aprueba en cualquier legislativo, si conlleva incremento de gasto (en la inmensa mayoría de los casos suele ser así) el gobierno de turno las puede impugnar, y por tanto, dejarlas sin efecto. Lo cual nos devuelve a la casilla de salida de éste cuento: a la de que, gobernar, sólo se hace desde el gobierno.

Es absolutamente falso que desde el Congreso de los Diputados se pueda gobernar. Y lo que sí se podría hacer, como es presentar una Moción de Censura para cambiar de gobierno, carece de sentido cuando se han dado los argumentos que se han dado para investir al PP corrupto de Mariano Rajoy: “por responsabilidad y por España”…

Así que, quede claro que tendremos gobierno del Partido Popular hasta que le interese al señor Rajoy.

Sin más adornos  ni mentiras.

Y tanto a Mariano Rajoy, como al PSOE que ya se adivina,  les va a interesar una larga, larga, legislatura.

De la prepotencia al cinismo