martes. 23.04.2024

El hartazgo del pueblo griego

Durante más de cuatro años, el pueblo griego, ha tenido que soportar todo tipo de recortes impuestos por la troika...

Durante más de cuatro años, el pueblo griego, ha tenido que soportar todo tipo de recortes impuestos por la troika, por “un pecado” que ellos no cometieron

Cuando sus dirigentes falsearon las cuentas del País y ocultaron las verdaderas cifras del déficit, las consecuencias no fueron llevar a la cárcel a todos esos sinvergüenzas y a sus cómplices de las auditoras; sino aplicar recortes y despidos hasta la extenuación total de la economía y de la sociedad más indefensa.

Hoy ya nadie (o casi nadie porque Alemania todavía sigue con el mismo “raca raca”) discute que todas esas medidas han supuesto el hundimiento de la economía griega. Con tasas de paro del 25% y de más del 50% en el caso de los jóvenes. Algo que nos suena bastante también aquí en España.

Cuando dentro de poco más de diez días acudan a votar los griegos, lo harán con la memoria de más de cuatro años de estar el País intervenido, y con la vista puesta en las consecuencias producidas.

Ahora saben que todos los sacrificios exigidos, toda la destrucción causada en la sociedad griega mediante recortes y despidos, solo han servido para alcanzar, como gran logro, un escaso equilibrio presupuestario que no alcanza para pagar la deuda acumulada, y que por ello, les siguen exigiendo nuevos sacrificios y más vueltas de tuerca para los mismos.

En definitiva, que esa política económica no ha servido de nada para afrontar las necesidades de Grecia y de sus ciudadanos.

Conforme se han ido conociendo las encuestas sobre la intención de voto de los griegos en las próximas elecciones del día 25 de Enero, y que dan como ganadores a SIRYZA, la troika ha ido poniéndose nerviosa. Hemos visto declaraciones desde Alemania, que han ido pasando de las veladas muestras de inquietud a la amenaza económica directa de expulsar a Grecia del Euro. Lo cual es por sí mismo el colmo de la indecencia política, y además, resultaría la prueba concluyente del entierro de la Europa Social, y del auge del “sálvese quien pueda” que va tomando cuerpo en numerosas declaraciones del Bundesbank  Alemán y de diversos sectores del entorno de la Canciller Merkel.

SIRYZA, a la que ahora pintan con cuernos y rabo rojos, plantea lo mismo que llevan haciendo cientos y cientos de empresas en crisis: reestructurar su deuda que ahora mismo es impagable. Y que, de los más de 300.000 millones de euros que ahora mismo se contabilizan (hablan de 320.000 millones) dejarla en torno a unos 200.000 millones, para poder incentivar la economía y pasar a crecer y crear empleo, que es la única forma de hacer frente a la deuda alargando los plazos del vencimiento de la misma.

La Troika sabe que sus políticas han fracasado y que no son sostenibles en el tiempo, pero se aferran queriendo evitar, supongo, el ejemplo que supondría para países como España e Italia cuyas deudas coquetean con el 100% de su Producto Interior Bruto (PIB).

Las consecuencias de ruptura de la sociedad, del aumento de las desigualdades y del propio desequilibrio dentro de la Unión Europea, no cuentan lo suficiente, al parecer, para afrontar los cambios necesarios en la política económica diseñada para la Unión.

Europa no encuentra el camino ni el equilibrio necesario para volver a la senda del crecimiento solidario, y todos los esfuerzos de años pueden saltar por los aires…, del regreso al “sálvese quien pueda” y a los nacionalismos estériles.

En menos de dos semanas, escucharemos el veredicto en las urnas del pueblo griego, convertidos sin buscarlo, en punta de lanza de la nueva situación.

El hartazgo del pueblo griego