viernes. 29.03.2024

La Conferencia Política

En este fin de semana el PSOE aborda su largamente anunciada conferencia política, y lo hace con el objetivo de volver a presentarse ante la sociedad progresista...

En este fin de semana el PSOE aborda su largamente anunciada conferencia política, y lo hace con el objetivo de volver a presentarse ante la sociedad progresista con un programa y con un mensaje renovado.

Loable intento, pero no lo tienen fácil.

Primero porque la credibilidad política, en general, está bajo mínimos. Y segundo, porque lo urgente e inmediato para el Partido Socialista si quiere volver a ser creíble, es hacer un análisis y una autocrítica rigurosa, seria y profunda de sus dos últimos años de gobierno Zapatero. Algo a lo que hasta ahora se vienen resistiendo.

Los más de cuatro millones de votantes perdidos desde entonces no se van a conformar con menos.

Es el saber de donde se viene, para poder decidir a donde se quiere llegar.

Ni siquiera se si será suficiente para comenzar con la recuperación de la credibilidad perdida, pero si estoy convencido de que ese es un paso imprescindible.

Luego, claro está, deben venir las propuestas para una política de gobierno junto al compromiso de su cumplimiento, si o si o de la dimisión. Sí, así de radical. Cuando la credibilidad está tan mal como está, para la política en general y para el PSOE en particular, no cabe otra actitud.

No se puede avanzar en el terreno de la recuperación de la credibilidad y de la regeneración democrática sin establecer el firme compromiso del cumplimiento de las propuestas electorales.

No después de la huída de Zapatero en Mayo del año 2010. No, no se puede ni se lo van a aceptar.

Como no se puede recuperar la confianza y la credibilidad de esos millones de votantes perdidos, sin abordar toda  una serie de medidas necesarias para que se visualice la rectificación. A modo de ejemplo citaré algunas: la necesaria y absoluta incompatibilidad de los expresidentes a seguir cobrando del erario público a la vez que cobran sueldos, dietas, o contratos desorbitados de empresas privadas… O mientras se siga con la endogamia de cargos públicos que vienen enrocándose a perpetuida; o eso de la colocación de miles de amiguetes como asesores en todo tipo de puestos en las distintas administraciones…

La credibilidad no puede conseguirse, tampoco, proponiendo amnesias colectivas.

Nuestro País, y también la propia Unión Europea, necesitan una izquierda creíble con vocación de gobernar, pero a la vez sin las trampas viejas que mucha gente ya no está dispuesta a soportar ni un minuto más.

ALGUNAS DE LAS PROPUESTAS QUE SE PLANTEAN

Está muy bien todo lo referido a la adaptación de la Constitución a los tiempos actuales. O todo lo referente a la lucha contra la corrupción que tanto daño ha hecho a la política. Y me parece de destacar la reforma de tributación que se plantea. Pero insisto, me gustaría poder valorar toda una serie de medidas previas sin las cuales la credibilidad de este PSOE no mejorará.

Me encuentro en el bando de los que creen que otra política no sólo es posible, sino que resulta imprescindible.

Y aunque se que no son aspectos definitivos para asegurar otra forma de hacer política, no me resisto a señalar algunas cuestiones que desde luego sí son importantes en la forma de realizarla.

Asuntos como la realización de primarias abiertas a simpatizantes y votantes, que ayudaría sin duda a la participación. Algo que debería ser extendido a Alcaldes y a cabezas de cartel de todas las Comunidades Autónomas…

O el hecho de que el sistema electoral pueda recoger el que las listas sean abiertas y el que las personas elegidas deban rendir cuentas de su actividad en circunscripciones más pequeñas y cercanas a los ciudadanos. O el que el sistema electoral sea más proporcional, corrigiendo parte de las diferencias que ahora se dan. Así como el establecer por ley una delimitación de mandatos en todos los cargos representativos que son retribuidos…

No, no son definitivos y solo es una pequeña muestra de los cambios que ahora mismo son imprescindibles;  pero es claro que sí son elementos que comprometen a otra forma de hacer política y que servirían para acercar la política y a los políticos a sus bases electorales.

Son medidas que en una conferencia política que no busque sólo un mero “agiornamiento”  para que todo siga más o menos igual, deberían abrirse paso.

Porque, el verdadero desafío de la izquierda y el reto para el siglo XXI está en orientar la política hacia democracias más participativas y solidarias. Donde el crecimiento económico vaya acompañado de una mayor redistribución, y donde este compromiso esté sustentado por una política fiscal en la que aporten más quienes más tienen. En este punto he de reconocer que suena bastante bien la propuesta que se lleva a debate en la citada conferencia política.

Y por último, decir que el desafío para la izquierda, imprescindible desde mi punto de vista, debe estar además anclado en profundos principios éticos que ayuden a forjar una sociedad de valores.

Ese debiera ser el reto.

La Conferencia Política