jueves. 18.04.2024

2015 ha comenzado

Se empecina el jefe del ejecutivo, el legislativo, el judicial y el mediático en olvidar, o eludir al menos, temas tan hirientes y que tanto daño han producido a la ciudadanía...

2015, año del "despegue definitivo de la economía" dice con desparpajo Mariano Rajoy, quien sigue afirmando, resoluto él, 'que la principal prioridad del Gobierno sigue siendo el bienestar de los españoles "y así será hasta que España recupere lo que se llevó la crisis", indicó también que el año que viene habrá en España menos personas en paro y más trabajando y cotizando a la Seguridad Social, y afirma que, más allá de un número en una estadística, cada persona que encuentra empleo es "una esperanza para todos aquellos que aún no lo han encontrado"'. Y sigue, tan ufano él, en su convencimiento de todos los ‘impagables beneficios’ que debemos al Partido Popular y a él mismo en especial, y que hacen que España sea el motor de la economía europea, se han logrado "sin menoscabar el Estado del bienestar". Un artículo, el aquí citado, que encierra los más y mayores despropósitos juntos en tiempo leídos.

Se empecina el jefe del ejecutivo, el legislativo, el judicial y el mediático en olvidar, o eludir al menos, temas tan hirientes y que tanto daño han producido a la ciudadanía en sus tres años de mandato. Tres años que a una inmensa mayoría se nos han hecho   eternos y cuya duración hasta las elecciones de noviembre se nos representa insoportable.

A la vez, se nos descubre un Rajoy insensible, frío, cínico, inhumano. Conocíamos, sí, aquellos escritos suyos cuando era, allá por 1983, diputado de AP en el Parlamento gallego sobre 'los hijos de "buena estirpe"'. Escritos de tinte claramente nazi, pero cierto que siempre puede quedar la distancia de los veinte años transcurridos y la evolución en el pensamiento de tanta gente... Pero Rajoy Brey no evoluciona. Involuciona. Y así ha conseguido hacer con todos nosotros: involucionarnos en nuestros derechos sociales, económicos y personales no veinte años, sino bastantes más. Hundirnos en la ciénaga que el dictador dejó atada y bien atada y que la llamada "Transición" -el Régimen del '78- ha perpetuado.

Una enfermedad muy grave asola a España, un cáncer de dificultosa curación corroe el alma de estas tierras, su nombre es corrupción y no se han encontrado antídotos capaces de superarlo. Una corrupción sistémica traspasa a los dos grandes partidos, fundamentalmente.

En cualquier país desarrollado y que dice ser democrático un ápice de esta brutal corrupción hubiera conllevado la dimisión de todo el Gobierno en bloque y la convocatoria de elecciones generales. Pero España es diferente, una especie de cirrosis ética corre por las venas de los políticos y también de esa mayoría de ciudadanos 'silenciosos', cómplices de que el Partido de este Gobierno, el PP, tenga el suelo de un 28% de votantes pase lo que pase.

Ni Mariano Rajoy, ni nadie de su gobierno, ni nadie de sus dirigentes (centrales y autonómicos) ni nadie de los que siguen apoyando estas maldades, ni nadie de demasiados cargos institucionales del PSOE,  parecen ser permeables al sufrimiento de miles de millones de personas que padecen en propias carnes tan despiadadas decisiones.

¿Olvida el de Pontevedra que su brillante aumento de empleo consiste en que 9 de cada 10 contratos son temporales y a tiempo parcial? ¿Desconoce la burla que supone su subida salarial del 0'5 al 1% es solo para trabajadores de grandes empresas y que el resto se va a quedar igual o peor? ¿Se chotea de aquellos que cobran el SMI (demasiada gente) a los que se les aumenta un 0'5% de tal miseria? ¿Pretende embaucar a los pensionistas con la ‘enorme’ subida de sus percepciones -tras toda una vida entregada al trabajo y su correspondiente aporte a través del IRPF- de un 0'25%? ¿A quién pretende engañar con un aumento del 1'8 de los billetes de trenes de cercanías, esos que suelen coger diariamente trabajadores, estudiantes y demás gente normal, mientras se mima el AVE y los peajes?

¿Han dejado de existir para el peor presidente de esta deficiente democracia los enfermos de hepatitis C? ¿Qué sucede con la asistencia sanitaria para todos los funcionarios del Estado español, a través de sus respectivas mutuas MUFACE, MUJEJU e ISFAS?

Y no hablamos de los famosos recortes en Sanidad, Educación, Dependencia... ni tampoco nos detenemos en la ferocidad de los desahucios y los miles de suicidios que han sido provocados por los mismos, ni en la pobreza infantil, tema en que Rajoy ha obtenido ya la medalla de plata de este soez ranking, ni en la sustracción continua del Fondo de Reserva, ni en la brutal y cada día mayor brecha social entre pobres y ricos, ni tan siquiera nos percatamos de esos viles y torpes apoyos a tantos y tantos que, o bien están ya entre rejas, o todavía imputados o a punto de estarlo... No. De estos asuntos mucho se ha escrito y comentado en estos tiempos, ¿para qué incidir en ellos nuevamente?

Es este un apunte tan solo acerca de la insensibilidad o inhumanidad o incapacidad o idiocia de un personaje que hace aguas por todas partes, aunque se aferra al cargo como los percebes hacen a la espera de que la tempestad acampe, y escupe lo que muchos sabemos, esa inmediata alianza con el reverso de un bipartito que demasiado hartazgo ha provocado a lo largo de esta cansina alternancia de más de treinta y seis años, tras la peculiar restauración después de la muerte en el lecho de un criminal dictador sangriento.

Expectación, y muy grande, es lo que despierta este 2015 recién estrenado. Muchas contingencias se abren ante nuestros ojos, alguna de ellas plena de esperanza hasta convertirse prácticamente en el único soporte en el que apoyarnos en estos tan desafortunados tiempos.

2015 ha comenzado