viernes. 29.03.2024

Las sensaciones de un ciudadano de Madrid

Soy una persona de Madrid, que vive en Vallecas y tiene cierta edad como para ser encuadrado en la situación de riesgo por la pandemia. Vivo reducido a escasos espacios vitales, casi pre-confinado, para defenderme de lo que sospecho como riesgo permanente.

Desde esta situación escucho a los políticos, especialmente a quienes deberían cuidar de la salud de los ciudadanos madrileños por ser sus gobernantes, y me exaspero observando cómo “excursionan” en sus alocuciones por caminos verbales alejados de las aprensiones que invaden la inquietud de ciudadanos cercanos a mi inquietud. ¿Pero no les da reparo mirar hacia lados que nada tienen que ver con soluciones a los problemas de salud que nos preocupan?

Les dieron un dinero extra para invertir en salud y no tenemos ni más médicos ni más asistencia sanitaria ni, desde luego, más rastreadores. Todo ello incide en que Madrid tenga tasas de incidencia de la pandemia superiores a ciudades Europas, tan importantes como Madrid, que ya han tomado medidas drásticas y más potentes. Yen Madrid seguimos en las excursiones mentales de los políticos que dicen gobernarnos.

Dicen en los titulares de los periódicos, o de los telediarios, que Madrid ha comprado muchas cosas (epis, mascarillas y demás instrumentos para curar o defendernos del virus), que han venido varios aviones desde China, o de otros países, trayendo esas “cosas” y que tienen facturas y fotos demostrándolo, pero ni se ven las facturas, ni las fotos, ni las cosas compradas. De ello, lo que sí parece que es verdad, es que nos hemos gastado el dinero público en no se sabe qué, desde luego no en algo que nos defienda de la pandemia pues ni hay más médicos, ni más asistencia primaria de la que se necesita.

En los comienzos de esta depresión sanitaria, allá por los meses de marzo-abril de este año, murieron demasiadas personas, entre las que había personas mayores (más de 6.000) que no recibieron la asistencia médica que necesitaban, algunas ocultas en sus residencias dando golpes a las puertas para que no les encerraran (eso dice el informe de Médicos sin Fronteras) o se encontraron, como sorpresa, muertos encerrados en sus habitaciones de la residencia (eso dicen los informes del Ministerio de Defensa cuando fueron a desinfectar esas residencias) o aparecieron instrucciones del Gobierno de la Comunidad de Madrid diciendo que no se llevara a estas personas mayores a los hospitales (instrucciones que se divulgaron a los hospitales y residencias pero que, más tarde, dijeron quienes gobiernan la Comunidad que solo eran borradores).

Tantos muertos hubo que no se podían incinerar en Madrid y hubo que llevarlos a otras ciudades sin avisar a sus familiares, que recibían las cenizas, admitiéndolas como las de sus familiares desde su acto de fe expresado en la debilidad de sus fuerzas emocionales. Todo un esperpento cargado de dolor y desgarro… y de silencio, de ese silencio que expresa desbarajuste interno, arañazos en el alma.

Y los que dicen que gobiernan la Comunidad de Madrid siguen en excursiones verbales, que ellos mismos califican de políticas, para justificar no sé qué contra el Gobierno Central, pero olvidando que la tragedia desgarra los suelos de ese territorio del que alardean gobernar. Como si la tragedia fuera fantasía ciudadana y el dolor una expresión teatral. No miran a las personas, a las familias, a los desgarros sufridos, a los miedos que aterran a personas concretas para que no se repita lo que ya vieron como desgarro emocional. ¿Es que no tienen corazón que les obligue a mirar a las personas, a su territorio, y les ponga a buscar soluciones dejando a un lado (o para otro momento) batallas contra las nubes del poder?

Soy un ciudadano normal de Madrid, que vive en Vallecas, con temores por estar en edad de riesgo, que le gustaría que sus gobernantes miraran el dolor y los temores de sus ciudadanos y se pusieran manos a la obra dedicando dinero y energías a la solución del problema pandémico en Madrid. O dicho de otra manera, que le gustaría que no desviaran ni dinero ni energía para potenciar la sanidad publica y dotarla de medios apropiados para solucionar este grave problema sanitario. Y, seguro, si la enfermedad se vence, se recuperará la economía, no al revés. Ojalá esos que dicen gobernar Madrid se den cuenta de esto.

Marcos de Castro Sanz. UDP Madrid

Las sensaciones de un ciudadano de Madrid