jueves. 28.03.2024

Los nuevos copagos en farmacia: Obstáculo a los más pobres y más enfermos de gestión costosa y complicada

El RD 16/2012 cambia el copago de los medicamentos, aumentándolo e incluyendo a los pensionistas. Se establecen 3 tramos para los trabajadores activos (ojo: trabajador activo no quiere decir con trabajo, por lo que se incluyen los parados) que suponen una aportación del 40% para los de rentas menores de 18.000€, 50% para rentas entre 18.000 y 100.

El RD 16/2012 cambia el copago de los medicamentos, aumentándolo e incluyendo a los pensionistas. Se establecen 3 tramos para los trabajadores activos (ojo: trabajador activo no quiere decir con trabajo, por lo que se incluyen los parados) que suponen una aportación del 40% para los de rentas menores de 18.000€, 50% para rentas entre 18.000 y 100.000€ y 60% para las rentas superiores, y una aportación del 10% para los pensionistas con topes máximos de aportación mensual (8€ para las rentas menores de 18.000 €, 18€ para las rentas entre 18.000 y 100.000€ y 60€ para las rentas superiores a 100.000€.

Lo primero que llama la atención es la fijación que parecen tener nuestros gobernantes con las rentas mayores de 100.000 € que son un porcentaje insignificante de la población (253.000 personas según la renta de 2010 que ahora, con la crisis, serán muchos menos) y mas aún el descubrimiento de que hay pensionistas que declaran rentas superiores a 100.000€, un grupo, que de existir, difícilmente superara el millar de personas. Lo lógico seria establecer un tramo superior en la declaración de la renta y así fácilmente mejorar la recaudación, pero no se hace seguramente por dos motivos, el primero es la demagogia de las declaraciones de los políticos de turno y el segundo es seguir diciendo que no se suben los impuestos, cuando es obvio que a los pensionistas se les acaba de propinar, en la practica, una brutal reducción de sus pensiones por la vía de la prestación farmacéutica.

Lo segundo es la forma en que se establecen los topes máximos de aportación, es decir que los pensionistas tendrán que pagar el 10% de los medicamentos y 6 meses después se le devolverán los excesos de gasto. Este mecanismo plantea gravísimos problemas en la practica, el fundamental es que se constituye en un obstáculo para el acceso a los medicamentos, porque, como conviene recordar, según los datos de Hacienda a 1 de diciembre de 2012, el 8,51% de los pensionistas cobraban menos de 300 € mensuales y el 54,02% menos de 650€, existiendo incuso un grupo de 147.402 personas que cobraban hasta 130€ al mes, es decir la mayoría de los pensionistas viven en el umbral de la pobreza y van a tener muy serios problemas para poder adelantar el 10% de los medicamentos que consumen de manera generalizada (mas del 80% de los pensionistas toma medicamentos y mas del 70% toma tres o mas medicamentos de manera habitual). Por otro lado la devolución por parte de las CCAA en el plazo de 6 meses del exceso de gasto conlleva una gestión problemática ¿tendrá que solicitarlo los pensionistas de manera individualizada?, ¿se hará de oficio?, ¿qué sucederá con los que fallezcan en ese periodo? (que inevitablemente serán algunos, y quizás explique en parte esa demora en el cobro, para ahorrarse el reembolso), en cualquier caso lo previsible teniendo en cuenta la demora habitual en el pago a los proveedores por parte de las CCAA, lo de los 6 meses muy probablemente quedara en “una buena intención”, con los problemas añadidos que supondrá para los afectados.

Se ha optado por la peor decisión posible porque penaliza de manera muy importante a un colectivo muy desfavorecido económicamente y con una salud muy precaria. Pero además con un coste muy elevado, si se lee la disposición final séptima se descubre que hay que cambiar las tarjetas sanitarias a toda la población y que el cambio va a ser establecer 5 variables incorporando 3 dígitos (001 a 005) lo que dará poca información, tan solo el nivel de aportación (se incluye una única tarjeta para todos los pensionistas, código 002, lo que impide que conozcan los topes máximos), con unos costes no calculados (renovar 45 millones de tarjetas cruzando los datos con Hacienda supondrá no menos de 50 millones € y tardara en hacerse, con mucha dificultad se habrá finalizado la renovación a final de año), y para mayor escarnio en esa misma disposición se establecen los 7 tipos de talonarios de recetas que tendrán a su disposición todos los médicos de la Sanidad Pública del país (mas de 70.000 talonarios para contemplar a los 253.000 perceptores de rentas mayores de 100.000€ ¿Qué costes tendrán estos talonarios de escasa utilidad?, ¿donde estará la eficacia económica de la medida?, ¿cuánto complicara el funcionamiento de las consultas esta exhuberancia de talonarios?, ¿o es que nuestros responsables sanitarios desconocen que hay una mayoría de médicos en el país que siguen utilizando la prescripción manual?.

La medida en cuanto a los tramos de renta es también injusta para los no pensionistas porque recogerá la situación de estos el año anterior, y en muchos casos, previsiblemente ahora será peor (el gobierno dice que el paro se incrementará en 650.000 personas en este año, habrá personas que pierdan la prestación, recortes salariales con la aplicación de la reforma laboral, etc).

Conviene recordar algunos aspectos básicos que hacen que el copago sea ineficaz e ineficiente. El primero y fundamental es que es incapaz de discriminar entre la demanda adecuada e inadecuada y por lo tanto su capacidad de influencia sobre el consumo de recursos esta mediatizada por el nivel de renta de las personas, además penaliza a las personas mas enfermeras que son las que mas necesitan utilizar el sistema sanitario. Por otro lado tiene costes de transacción que pueden ser elevados y produce aumento de utilización, muchas veces inapropiada de recursos en aquellas partes del sistema sanitario que no están sujetas a copagos ( el caso de las urgencias y las hospitalizaciones está bien estudiado). Al final es injusto, insolidario y fomenta la inequidad. (los interesados pueden consultar el informe copago sanitario ¿eficiencia, eficacia o negocio? publicado por la fundación 1 de mayo http://www.fadsp.org/media/nuevatribuna/editmaker/pdf/LibroCopago.pdf). 

¿Estamos solo ante unos responsables sanitarios que son unos incompetentes con la misma sensibilidad social que una piedra pómez?, o ¿hay algo mas?. Desde hace tiempo algunos venimos señalando que el interés por la introducción del copago tiene mas trasfondo del que parece Hay una especial insistencia en establecer el copago que, a primera vista, no se entiende. En efecto, hay muchos datos que muestran que el copago no sólo no contiene el gasto, sino que es incapaz de discriminar la demanda apropiada de la inapropiada y que tiene efectos muy negativos sobre las personas más enfermas y con menos recursos. Siendo así, ¿por qué hay tanto interés en ponerlo en marcha? Hay al menos tres motivos evidentes: primero, se quiere mercantilizar la atención sanitaria y acabar con su carácter solidario y redistributivo para convertirla en un producto más de consumo, en una mercancía, y ya se sabe que el acceso a las mercancías está ligado a la capacidad económica de cada uno y no a las necesidades de las personas; segundo, porque establecer sistemas de pago en el acceso a las prestaciones sanitarias favorece a los seguros sanitarios por dos vías: porque comparativamente se vuelven más baratos y porque se pueden articular seguros privados que cubran estos copagos; y tercero, porque el “ruido” sobre el copago crea una cortina de humo sobre los despilfarros del gasto sanitario, es decir, sobre el elevado gasto farmacéutico y la sobreutilización tecnológica, que son los problemas reales de nuestro sistema sanitario.

La última, todavía peripecia del Gobierno con la banca (el caso Bankia) pone de relieve que los recortes en Sanidad no son un problema de fondos (casualmente, ¿o no?, vamos a dedicar a reflotar Bankia el mismo dinero que se pretende ahorrar en Sanidad, 7.000 millones de €), o sea que no era necesario para asegurar el cumplimiento del déficit el ahorro en Sanidad, sino que los intereses económicos y sociales que sustentan a este Gobierno necesitaban ese dinero y lo sacan de los pensionistas y los enfermos. Es toda una lección practica sobre lucha de clases, se ve que ellos lo tienen muy claro… a ver si aprendemos.

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