El Consejero de Sanidad madrileño y la Ministra de Sanidad deben de dimitir por el desastre de la gestión de la crisis del Ébola y por el desgobierno a que someten a la Sanidad de este país. Recordemos algunos hechos:
1) Desde el Ministerio de Sanidad se decide trasladar a 2 enfermos con Ébola a nuestro país sin haber garantizado previamente que existían ni las infraestructuras ni el personal debidamente entrenado para su atención
2) La Consejería de Sanidad madrileña es la responsable de haber desmantelado el Hospital Carlos III convirtiéndolo en un centro de media y larga estancia, de haberlo reabierto en condiciones precarias y de intentar cerrarlo en 2 ocasiones tras la llegada del primer enfermo de Ébola. Todo ello ante el silencio y la aceptación del Ministerio de Sanidad
3) La Comunidad de Madrid cerró el Instituto de Salud Pública y la Dirección General de Salud Pública en 2008, dejando a la región sin organismos con capacidad técnica para abordar emergencias de salud pública, y este hecho no se subsano a pesar de los nuevos riegos existentes
4) La Consejería de Sanidad madrileña asumió el tratamiento de enfermos de Ébola en el hospital Carlos III sin garantizar ni los medios técnicos ni la formación ni el entrenamiento suficiente del personal sanitario que atendía a estos enfermos.
5) La Consejería de Sanidad se responsabilizo del seguimiento de los sanitarios que trataron a los enfermos y lo realizo de una manera irregular, sin granitas suficientes.
6) La Consejería de Sanidad cuando la enferma actual informo de que presentaba síntomas no adopto las medidas adecuadas para su tratamiento y aislamiento con los riesgos que ello supone tanto para la enferma como para la diseminación de la enfermedad.
7) La atención a esta enferma no se realizo con las suficientes garantías de seguridad para el personal sanitario.
8) La información suficiente, el registro y la encuesta epidemiológica de las personas que vivían en el mismo edificio de la afectada se realizo tarde y mal.
9) El Ministerio de Sanidad fue incapaz de liderar la información y la gestión del problema dando una impresión lamentable de improvisación y de falta de liderazgo que agravaba el problema ante la opinión publica y los profesionales
10) En este contexto el Consejero de Sanidad intenta trasladar sus responsabilidades a una persona enferma que lo esta por atender voluntariamente y con poco entrenamiento a un enfermo con alto riesgo de contagio. La actitud del Consejero es éticamente despreciable e insultante para los profesionales sanitarios. Desde el ministerio aunque de una forma menos grosera se ha intentado seguir la misma línea, que podría simplificarse en “nosotros lo hicimos todo bien pero hubo un fallo humano”.
En el momento actual la ministra de Sanidad esta tutelada por la vicepresidenta del gobierno y el consejero de sanidad madrileño escondido y acallado, por lo que es evidente que son incapaces de pilotar ninguna intervención sanitaria y han sido desautorizados por sus jefes políticos y son rechazados mayoritariamente por la ciudadanía y los profesionales de la salud.
En este momento es urgente la inmediata dimisión de dos personajes incapaces de asumir esta crisis con un mínimo de eficacia y esta claro que su permanencia en el cargo es un escarnio y un grave riesgo para la salud de la ciudadanía madrileña.