miércoles. 24.04.2024

Companys es patrimonio moral de todos, catalanes o no...

Cabe ser más miserable que un tal Pablo Casado, portavoz de no sé qué del PP, que declaró hace unos días que tal vez a Puigdemont le espere la misma suerte que a Lluis Companys, último Presidente de la Generalitat republicana, que fue torturado y asesinado por el franquismo un 15 de Octubre de 1940 ..

Sí, se puede ser igual de miserable o más. Es el caso de Puigdemont hoy, con ocasión del 77º Aniversario del fusilamiento del President Companys en el Castillo de Montjuich. Ha equiparado aquella tragedia horrible, que debe ser irrepetible a toda costa, con esta comedia de hoy que él protagoniza tan ufanamente. Y de modo subliminal ha dado a entender que España-Franco fusiló a Catalunya-Companys como antecedente del mismo antagonismo que la España de hoy tiene y practica contra la Catalunya-Puigdemont ... No cabe ser más miserable, más sectario, más irresponsable, más insensible y despectivo con los sentimientos y la memoria democrática de la ciudadanía de Catalunya y de la del conjunto de España.

Puigdemont, presidente de los secesionistas sólo, sabe, o debiera saber, que un 15 de Octubre de 1940, además de a nuestro President Companys, Franco fusiló a centenares de compatriotas, o a miles, en las mismas fortalezas militares, prisiones, paredones informales o tapias de cementerios silenciosos en toda España... Porque era la "lógica" de una siniestra postguerra en la que los vencedores, golpistas militares perjuros y traidores a España y a la República, y a Catalunya, por lo tanto, daban cuenta de quienes la habían servido lealmente pero ni murieron en la contienda ni marcharon al exilio ...

Esta España, en la que Catalunya ha conocido el más largo periodo de autogobierno, prosperidad y desarrollo de su identidad cultural y linguistica de la Historia, no tiene nada que ver con aquella España de los trágicos años de guerra y postguerra civil, ni Puigdemont es hoy, ni remotamente, equiparable al President Companys...

El sucesor natural, y ejemplar, del President Companys fue el President Tarradellas, al que todos honramos desde los tiempos del forzoso exilio y desde su memorable retorno a Catalunya, y a España, en 1977. Y al que deshonran hoy quienes atentan contra la convivencia y la paz civil en Catalunya y pretenden embarcarla en una aventura secesionista de altísimo riesgo para sí misma y para el rol de solidaridad y protagonismo que Catalunya debe seguir jugando, cada vez más a fondo, en el conjunto de España y en la construcción federal y social de Europa.

Companys es patrimonio moral de todos, catalanes o no...