miércoles. 24.04.2024

Celsa: Sindicalismo atípico para tiempos horribles

Hace muchos años –de casi todo hace muchos años, coño-, siendo Josep Barceló secretario general de la USO de Catalunya, tras ganarle limpiamente un congreso a un personaje como Paco Gimenez, y siendo yo secretario general de la USO de toda España (o del “estado” que dirían los cursis) hubo una acción sindical atípica que les traslado como arranque de estas líneas. En un famoso meublé (vulgarmente mueblé, hotel por horas para emergencias amorosas), de la parte alta de la ciudad de Barcelona, su dirección empresarial maltrataba a las compañeras encargadas del buen orden y limpieza del nidito. La tal dirección se pasaba por el forro las demandas de la USO, a la que pertenecían las víctimas. Un activista del sector de limpieza y servicios, que lleva ya años viviendo en Cuba, Negrete, (pienso que era apellido pero no descarto que fuera apodo pues era casi mulato el jodido, pese a su españolidad), se plantó a las puertas del mueblé con una humilde cámara fotográfica y fotografió a unos cuantos clientes, y la compañía, según entraban en él … No hizo falta más. La dirección, ante la perspectiva de que no entrara nadie en aquel templo del placer prohibido, llamó a la USO, aceptó cuantas justas reivindicaciones planteaban las empleadas pero exigió que “por favor, llévense de aquí a ese negro y a su máquina de fotos …”.

Hoy estamos ante algo similar aunque distinto, expresión de esta brutal impunidad y arrogancia con la que muchas empresas confrontan, o violan directamente, los derechos y la dignidad del Trabajo y de los trabajadores, del Sindicalismo y los sindicalistas. Verán:

Erase una vez una empresa, CELSA (Compañía Española de Laminación SA), ubicada en el Baix Llobregat profundo de Barcelona, con una plantilla de 851 trabajadores, entre oficinas y talleres que se decía antes, y con factorías en otras partes de España y de Catalunya, como Asturias, Cantabria o Cerdanyola… Una empresa siderúrgica importante, vamos.

En la empresa puede decirse que reinaba la paz, administrada al alimón por CCOO y UGT que se repartían casi a partes iguales el comité.

Aunque, tal vez, la paz no fuera tan justa, pues en las elecciones sindicales de 2013 la  USOC presentó candidatura en CELSA por primera vez en su historia y, contra todo pronóstico, obtuvo 5 delegados por 6 de UGT y 7 de CCOO… Y ahí empezó todo.

Como sindicato nuevo y emergente en CELSA, la gente de USOC, tanto desde el comité como desde la sección sindical, empezaron a mover las aguas, a plantear cosas, a arañar el “estatus de paz”, para entendernos.

Al poco tiempo, los sindicalistas de USOC en CELSA-Castellbisbal empezaron a sentirse acosados, perseguidos, acechados, espiados en suma (desconocemos si sintieron lo mismo otros sindicatos)… Encontraron alguna cámara y algún micrófono ocultos en las dependencias del centro de trabajo … Pero también en su ámbito privado, familiar, lúdico o de ocio, percibían esa presión.

Un día, tras una hábil maniobra, lograron pillar a un tipo al que tenían ya muy enfilado de ocasiones anteriores (el coche, la misma matrícula, etc.). Sin tocarle ni un pelo, el tipo se declaró detective (un trabajador como ellos vino a decir) en acto de servicio para “alguien”. Se cuidó muy mucho de decir que ese “alguien” fuera CELSA, por ejemplo.

Total que, asesorados por su sindicato, la USOC, los compañeros han decidido presentar querella criminal en el juzgado de Sant Feliu de Llobregat contra la empresa de detectives que, supuestamente,  los espiaba a favor de CELSA. Las razones de la querella son muchas y se caen por su peso: espionaje, persecución, violación del derecho a la intimidad, obstrucción a la libre representación sindical, etc.

Ojalá los compañeros ganen esta querella y creen con ello un valioso precedente, como ya ocurrió con otras sentencias clave ganadas por la USO sobre negociación colectiva, doble escala salarial, etc., pues estas prácticas abusivas y delictivas se están dando en infinidad de empresas grandes.

El trasfondo para mí está muy claro: Ante la confesada ofensiva patronal para destruir el Derecho Laboral y con él la dignidad y calidad del Trabajo Humano y a su mejor herramienta de organización y defensa, el Sindicalismo de Clase y Solidario, y la complicidad servil de las fuerzas políticas que le son funcionales y provocan desastres en forma de sucesivas “reformas laborales” … es obligación del Sindicalismo de verdad plantear la lucha, resuelta e insobornable, en todos los frentes, muy en especial junto a los trabajadores sin trabajo o en pobreza pese a tenerlo, las mujeres discriminadas, los inmigrantes y refugiados a los que se maltrata y explota pese a cuánto los necesitamos para ganar un futuro que valga la alegría …

En unos días espero entrevistarme con los compañeros de USOC en CELSA y empaparme a fondo de esta acción sindical. Atentos a la pantalla.

Celsa: Sindicalismo atípico para tiempos horribles