jueves. 28.03.2024

Rajoy, rozando el ridículo

Después de cuatro años gobernando, la máxima aspiración del PP es dejar el nivel de empleo que había… ¡con Zapatero!

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Después de cuatro años gobernando, la máxima aspiración del PP es dejar el nivel de empleo que había… ¡con Zapatero!

El gobierno de Rajoy se ha fijado un objetivo estrambótico en materia de empleo: terminar su legislatura con el mismo número de personas trabajando que cuando empezó. Si no fuera por la gravedad del asunto, provocaría risa. Después de cuatro años gobernando, la máxima aspiración del PP es dejar el nivel de empleo que había… ¡con Zapatero!

¿En esto consiste lo que Rajoy llama «el milagro económico español»? ¿Cómo es posible presumir de gestión económica, de política de empleo o de reforma laboral, cuando el resultado final es que no se habrá creado ningún empleo neto después de cuatro años de gobierno?

Recordemos lo que decía el PP cuando era la oposición del gobierno de Zapatero: era el responsable de la recesión de la economía española pero, sobre todo, el culpable de la destrucción de puestos de trabajo, el presidente del paro que dejó a España en una situación insostenible. Por eso resulta desconcertante el actual objetivo del PP: ¡volver a los niveles de empleo que les dejó Zapatero!

Los datos están ahí, a pesar de la demagogia del Gobierno: en agosto de 2015 hay 319.618 afiliados menos a la seguridad social que en agosto de 2011

Pero lo peor —no para ellos, sino para la ciudadanía— es que ni siquiera serán capaces de alcanzar este objetivo mediocre. Los datos están ahí, a pesar de la demagogia del Gobierno: en agosto de 2015 hay 319.618 afiliados menos a la seguridad social que en agosto de 2011. Esta cifra de destrucción de empleo es todavía peor si se utiliza la información más reciente de la epa, la estadística más fiable sobre el mercado de trabajo: según los datos del segundo trimestre de 2015, hay 756.200 personas menos trabajando que en el mismo trimestre de 2011. En ese mismo periodo, el número de parados aumentó en 304.800 y, si no lo hizo más, se debió a que la población activa se redujo en 451.000 personas, muchas de ellas camino de la emigración.

Es evidente, por lo tanto, que cuando Rajoy convoque las próximas elecciones habrá menos gente con empleo en España que cuando ganó las de 2011. Eso solo se puede calificar como un enorme fracaso. El empleo era en 2011 —y lo es en 2015— el principal desafío de la sociedad española, por eso el balance de la legislatura del PP es un absoluto fiasco. Hemos perdido cuatro años porque acabamos peor de lo que estábamos al iniciar la legislatura.

La caída del PIB en los dos primeros años de gobierno de Rajoy, 2012 y 2013, fue mucho peor de los que nos habían dicho y la mayor responsabilidad de ese deterioro está en el consumo de las familias, atenazado por la falta de empleo

El fracaso se agrava si ponemos el foco en la calidad del empleo. Con su reforma laboral, Rajoy ha cambiado empleo estable con jornada completa por empleo temporal con jornada parcial, ha devaluado los salarios, ha facilitado y abaratado el despido, ha recortado los derechos laborales. Eran sacrificios necesarios, nos decía, para volver a crear empleo, para acabar con la nefasta herencia de Zapatero. Todo ese sufrimiento para nada. Un brutal deterioro de las condiciones laborales, que apuntan a un cambio en el modelo social, que no ha servido para crear empleo.

Ni tampoco para impulsar la recuperación de la economía. Porque no es cierto que la reforma laboral ––el instrumento básico de la devaluación salarial–– sea  la razón que explica la salida de la recesión. Todo lo contrario. La política de austeridad y la devaluación salarial son las culpables de que hayamos sufrido el periodo recesivo más largo de nuestra historia moderna. Una recesión que no debería haber durado más de dos años se extendió durante casi seis por culpa de la política económica impuesta por la troika y aplicada con fruición por el gobierno del PP.

La reciente revisión de las cifras de la Contabilidad Nacional así lo demuestra: la caída del PIB en los dos primeros años de gobierno de Rajoy, 2012 y 2013, fue mucho peor de los que nos habían dicho y la mayor responsabilidad de ese deterioro está en el consumo de las familias, atenazado por la falta de empleo, la reducción de los salarios y los recortes en las prestaciones públicas.

En unos meses van a ser las elecciones generales. Las terribles cifras de paro fueron una de las razones fundamentales de la derrota del PSOE en las de  2011. Ahora, el PP se presenta con datos todavía peores ¿qué es lo que va a decir la ciudadanía?

Rajoy, rozando el ridículo