miércoles. 24.04.2024

TV3, herramienta de adoctrinamiento

tv3

Con la llegada de Artur Mas al Govern, el Gobierno de CiU con el apoyo del PP cambia la ley de forma que los órganos de Gobierno de la CCMA podrían ser escogidos por mayoría absoluta del Parlament, en una segunda votación, y no por mayoría cualificada como antes

Durante muchos años Tv3 fue una televisión de una calidad aceptable en su programación y a pesar de que no escondía la su deriva nacionalista era aceptada por una buena parte de la ciudadanía.

La televisión autonómica catalana está integrada dentro de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y empezó a emitir a principios de 1984 bajo la iniciativa de la presidencia de Jordi Pujol en la Generalitat de Cataluña. Fue desde el inicio una “niñade los ojos” de Pujol, y se consideró que era uno de los instrumentos necesarios para la normalización de la lengua catalana. En su nacimiento Tv3 cumplía de forma apropiada los parámetros para considerarla una televisión pública y por lo tanto con garantía de pluralidad en sus emisiones. Con el tiempo pero, se fueron incorporando de cargos de dirección de forma continuada e incluso de forma desmesurada, es lo que en el propio seno de la televisión se denominaba como la “nube”, un puñado de directivos algunos sin trabajo concreto y con unos niveles salariales respetables y políticamente comprometidos con CDC.

Durante las décadas de mandato pujolista la televisión pública catalana mantuvo la coexistencia entre sus características pro-convergentes y un respeto mínimamente aceptable hacia la diversidad plural de la sociedad catalana. 

En el mandato del segundo Govern del Tripartit de PSC-ERC-ICV-EuiA, se redactó una Ley de la CCMA con la voluntad de democratizar y dar pluralidad a su Gobierno. En este sentido se aprobó por el Parlamento que el Consejo de Gobierno de la CCMAy el Consejo Asesor de Contenidos y Programación serían escogidos por una mayoría de 2/3 del Parlament lo cual garantizaba la necesidad de consenso y pluralidad. 

A pesar de ello debe reconocerse que en razón del reparto de competencias entre los partidos del Tripartito, Tv3 quedó bajo la presidencia de ERC lo cual  incluso incrementó el carácter nacionalista de la televisión pública, especialmente en cuanto a los informativos, pero manteniéndose dentro de unos límites mínimamente aceptables. 

Con la llegada de Artur Mas al Govern las cosas cambian de forma radical. Se echó atrás la reforma legislativa del Govern Tripartit. El Gobierno de CiU con el apoyo del PP cambia la ley de forma que los órganos de Gobierno de la CCMA podrían ser escogidos por mayoría absoluta del Parlament, en una segunda votación, y no por mayoría cualificada como antes. 

(Es en desacuerdo con este cambio legislativo que personalmente renuncié a la Presidencia del Consejo Asesor que ostentaba el 21 de mayo del 2012. Lo hice por coherencia puesto que el cambio del sistema de elección implicaba una reducción de la pluralidad, la cual era necesaria para mantener unos medios públicos de comunicación de calidad, plurales, neutrales y objetivos. El tiempo lamentablemente me ha dado la razón).

En paralelo se aprovechó para cambiar también la Ley del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) que es la autoridad responsable de la regulación de la comunicación audiovisual y que venía funcionando con una gran profesionalidad y consideración. También en este caso se impuso para escogerlo en lugar del voto cualificado de los dos tercios del Parlament el voto de mayoría absoluta, con lo cual por primera vez este órgano quedaba también supeditado al poder político de turno.

A partir de este momento se inicia una historia del control “in crescendo” de los medios de laCCMA(televisión y radio públicas) por el gobierno de turno. En un primer momento esto pasa por el control directo del Conseller de Presidencia Homs sobre los informativos.

A raíz del inicio del “proces” la utilización partidista por parte de la mayoría unilateralista no ha parado de crecer hasta llegar a un momento en que el “relato procesista” inunda toda la programación, y se le da el carácter de verdad indiscutible.

Ya no sólo los informativos sino que toda la programación gira alrededor del “proces” y de afirmar como verídico su relato. Incluso los documentales y muchas de las películas de gran audiencia se programan de acuerdo con momentos del “proces” o con el objetivo de que poder utilizarlo como referencias.

La pluralidad desaparece de raíz. En los programas de debate en el mejor de los casosla correlación entre partidarios/rias del “proces” y los/las que no lo son o son transversales, está en una proporción de cinco a uno, y hay que incluir que los presentadores o presentadoras actúan en la mayor parte de los casos como “hooligans”de la mayoría.

La situación no sólo no ha revertido sino que se ha incrementado desde elección de Sanchis como Director de Tv3 y la implantación del 155. Los medios de la Corporación siguen con una fidelidad total los postulados y relatos unilateralistas y con una especial atención a las actividades de Puigdemontal cual se le otorga la “plena legitimidad”. Para los medios públicos se trata del “President de la Generalitat” igual que se habla de los “exiliados” o de los “presos políticos”.

Es realmente paradójico que cuando desde la órbitaprocesistase plantea la regresión democrática de España e incluso llegan a compararla con Turquía. Y lo dicen mientras aquí a toda hora los medios públicos contactan para entrevistas diversas con Puigdemont en horarios de máxima audiencia o retransmiten en directo las manifestaciones de la ANC. E incluso en horario de máxima audiencia como puede ser un domingo a las 9 de la noche se realiza una entrevista en directo con Puigdemont de una hora entera y a continuación una “tertulia” política en las proporciones antes mencionadas sobre la entrevista previamente realizada. Esto no pasa evidentemente en la Turquía de Erdogan. También hay que añadir que los representantes de  la oposición política son en ocasiones maltratados verbalmente por los propios entrevistadores lo que ha llevado a que algunos declinen asistir cosa que quizás es el que se buscaba.

La manipulación del poder político en las televisiones públicas no es nueva. Los casos de TeleMadrid o Canal 9 son ejemplos claros. E incluso en la actualidad los informativos de TVE son un ejemplo de partidismo y utilización "burda" por parte del gobierno del PP. Hay que tener en cuenta que el PP copió la normativa aprobada por el Gobierno de CiU  para legislar la elección de los Órganos de Gobierno de RTVE. Y también hay que decir que en virtud de quien ha gobernado la apertura y la calidad de TVE en concreto se han visto afectadas para bien o para mal.

Pero el caso de Tv3 es mes sangrante por una cuestión que afecta a la propia profesionalidad de los trabajadores/ras. Ante la actuación del PP y su intervención y manipulación de las noticias en TVE se ha podido ver las múltiples protestas del Consejo de Informativos de los profesionales de televisión española. También hemos visto la protesta de los/las presentadores/ras especialmente vistiendo de negro los viernes en los informativos. E incluso  la campaña iniciada en Twiter por @MujeresRTVE y el hastag #Asísemanipula. Esto nos hace ver que una cosa es la dirección y otra la gente que trabaja en a la radiotelevisión pública española.

Nada parecido a esto podemos decir de Tv3, no ha habido ninguna reacción de su Comité Profesional ni de la plantilla ni de sus representantes ante la manipulación de la realidad, de la carencia de pluralidad y del papel “de herramienta de adoctrinamiento” de la ciudadanía que los medianos públicos tanto Tv3 como Catalunya Radio están jugando y que comporta que cada vez menos gente la considere “suya”. 

Los profesionales de Tv3 tendrán un problema si en la próxima campaña electoral quieren protestar contra los denominados “bloques electorales” que siempre han considerado que estaban en contra de los criterios profesionales y respondían a criterios políticos. Ahora  será paradójicamente el único momento en que se dé una cierta pluralidad y proporcionalidad informativa a las fuerzas políticas.

Toda esta situación es negativa para los propios medios pero especialmente para el conjunto de la ciudadanía. Porque a un medio público hay que exigirle mucho más que a uno privado. Un medio público tiene que ser profesional, ideológicamente neutral, con credibilidad, respetuoso con la pluralidad y de calidad. En la actualidad ninguna  de estas características se podrían ajustar a la realidad de los medios públicos catalanes. Y es evidente que como persona vinculada en algún momento a estos medios esto me duele de ver y escucharlo.

TV3, herramienta de adoctrinamiento