jueves. 28.03.2024

Toxo o la revolución discreta en CCOO

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Bajo el mandato de Toxo, el sindicato ha hecho frente a situaciones negativas renovando sus prácticas sindicales, rebajando los “michelines” burocráticos fruto de épocas de “vacas gordas”, y estableciendo un Código Interno de prácticas sindicales para evitar conductas sindicalmente incorrectas

Los ocho años de los dos mandatos de Ignacio Fernández Toxo al frente de las CCOO de España han sido difíciles por la coyuntura que ha tenido que afrontar y muy importantes en cuanto a la transformación interna del sindicato.

La llegada de Toxo al frente de CCOO significó el final de una época. Él simbolizó una reacción de una gran parte del sindicato ante la forma de dirigirlo de Fidalgo más propia del despotismo ilustrado. Fue una rebelión frente la dirección fidalguista y sus políticas internas y externas. Su elección por tan sólo 28 votos de diferencia dejó la visión de un sindicato dividido por la mitad y con múltiples fracciones diferenciadas.

Pero desde el primer momento la actuación de este gallego discreto y de fuertes raíces sindicales y de convicciones profundas fue dirigida a suturar todas las heridas. Lo primero que hay que reconocer a Ignacio es que ha conseguido poner fin a las divisiones fratricidas en el interior de la organización. Y lo hizo con éxito integrando a dirigentes escogidos en la lista fidalguista en cargos destacados de responsabilidad. En su reelección se presentó al frente de una lista única votada por una amplísima mayoría de los delegados al congreso del sindicato.

Por tanto hay que destacar su capacidad unificadora y pacificadora fruto de su forma paciente y discreta de afrontar los problemas a partir del diálogo y huyendo de la imposición.

Pero el líder sindical de CCOO ha debido afrontar el cambio de la situación económica y social del país derivada de la llegada de la crisis económica y de las actuaciones de los gobiernos primero de Zapatero y después de Rajoy con sus reformas laborales, especialmente la del gobierno del PP que atacó la “medula” de los derechos sindicales, el de la negociación colectiva. CCOO junto con UGT respondieron con tres huelgas generales, pero a pesar de ello tuvieron que afrontar una situación difícil ya que las crisis producen crispaciones sociales pero también desmovilización derivada del miedo.

Han sido años difíciles para el sindicalismo pero a pesar de ello y las dificultades por el incremento desorbitado del paro, la precariedad y la desigualdad, que comporta debilidad y pérdida de la afiliación sindical, el sindicato ha mantenido su espíritu de lucha. En este sentido hay que remarcar que el sindicalismo español ha atravesado una larga travesía del desierto, olvidado cuando no criticado por los grandes medios de comunicación y perseguido por leyes represivas que han comportado que más de 300 sindicalistas de CCOO hayan sido encausados como consecuencia de su actuación sindical.

Pero pese a esta coyuntura difícil, el sindicato ha continuado llevando a término tanto la defensa de las condiciones laborales de los trabajadores en las empresas y planteando a la vez propuestas de mejora de las condiciones de los sectores más desfavorecidos o de los derechos de ciudadanía mediante la presentación de Iniciativas Legislativas subscritas por centenares de miles de ciudadanos.

Asimismo pese a un período de pérdida afiliativa en el período más grave de la crisis y que parece cambiar últimamente con una recuperación de la afiliación, CCOO ha mantenido e incluso aumentado su representatividad en las Elecciones Sindicales.

En el ámbito interno la dirección sindical encabezada por Toxo ha sabido hacer de la necesidad virtud y ha llevado a cabo una profunda reestructuración política y organizativa internas. El sindicato ha fusionado organizaciones federativas, estableciendo economía de escaleras en el ámbito organizativo. Pero a la vez el sindicato ha hecho frente a situaciones negativas renovando sus prácticas sindicales, rebajando los “michelines” burocráticos fruto de épocas de “vacas gordas”, y estableciendo un Código Interno de prácticas sindicales para evitar conductas sindicalmente incorrectas. Especialmente importante ha sido el debate que se ha llevado a cabo en toda la estructura del sindicato denominada “Repensar el sindicato” a partir de reflexionar sobre la propia historia del sindicato, de su pasado, su presente y su futuro. Este proceso ha servido fundamentalmente para recordar los orígenes y las ideas básicas que dieron lugar al nacimiento de las Comisiones Obreras bajo la dictadura, reflexionar sobre la historia, aprovechando la conmemoración de momentos importantes en la historia del sindicato. Pero no ha estado en ningún caso una conmemoración de la historia sino que se ha utilizado para actualizar los compromisos con las ideas adecuándolos a la realidad de la actual situación. Se ha tratado de actualizar el sindicato para adaptarlo al momento de cambios profundos en el mundo del trabajo y en la propia evolución de la clase trabajadora hoy mucho más plural y diversa que la existente en el momento fundacional del sindicato.

La renovación interna del sindicato, su actualización ha sido uno de los objetivos básicos de este dirigente discreto que con pulso firme pero con “guante de seda” ha impulsado el cambio interno.

No hay duda que Ignacio Fernández Toxo ha sido un Secretario General apreciado por la gente del sindicato que le reconoce la dificultad del momento vivido y la importancia del cambio impulsado. El discurso político de Toxo ha sido potente y sin mucho barroquismo, diciendo las cosas claras, medidas y meditadas con una profunda convicción ideológica en sus análisis.

En este momento se puede decir que CCOO es la organización más preparada, organizativamente y en cuanto a la capacidad propositiva de alternativas en temas económicos y sociales, del conjunto de las fuerzas políticas y sociales de la izquierda. Y deberá ser un elemento imprescindible para cualquier alternativa de cambio político y social en profundidad. Ahora habrá que ver también si las fuerzas que se reclaman de la izquierda y del cambio son capaces de devolver al sindicalismo los derechos que le fueron arrebatados por las políticas de la derecha antisocial.

Toxo tenía garantizado su derecho a renovar nuevamente su mandato al frente del sindicato, pero como sindicalista consecuente que es ha llevado a cabo la renovación hasta el final de acuerdo con su convicción personal. Era tiempo de personificar también la renovación y por lo tanto ha optado, después de un amplio diálogo con todos los representantes de las organizaciones confederadas, por dar un paso al lado y proponer como nuevo secretario a una persona veinte años más joven que él. Hay que decir que esta renovación de las ideas y las personas no se da tan sólo al más alto nivel del sindicato. La renovación también se está dando de forma generalizada en muchas de las grandes organizaciones del sindicato desde Cataluña a Andalucía donde una nueva generación que ya se ha criado en democracia se va a hacer cargo del timón de la dirección de la principal organización sindical y social. Y todo ello con el objetivo de continuar, agrandar y mejorar el histórico legado de las Comisiones Obreras.

Toxo, persona discreta pero de profundas convicciones y sensaciones personales ha decidido hacer pública su decisión en unas fechas que tienen mucho significado para él, cuando hace 45 años de la muerte, durante la Huelga General del Ferrol de 1972, de dos personas importantes para él cuando tenía 20 años, los dirigentes de CCOO, Amador Rey y Daniel Niebla.

Toxo o la revolución discreta en CCOO