jueves. 28.03.2024

La solución a la crisis del bipartidismo no es más bipartidismo sino más democracia

La crisis económica ha puesto de manifiesto la profunda crisis sistémica existente en España. Crisis política, social, territorial e institucional...

Las elecciones europeas y la abdicación del Rey Juan Carlos han sido dos hechos que han puesto nuevamente en evidencia la crisis del sistema político surgido de la transición. La crisis económica ha puesto de manifiesto la profunda crisis sistémica existente en España. Crisis política, social, territorial e institucional, de un sistema basado en el bipartidismo de la alternancia del PP y el PSOE, siempre con el acompañamiento de CiU.

Sin embargo hay quien considera, desde sectores del PSOE, como mi buen amigo Juanjo Azcona en su artículo Reforma del sistema electoral por favor! Y de la Constitución tambien! que el problema no está en la crisis del sistema bipartidista sino en la necesidad de reforzar este sistema basado en las dos opciones "más responsables". Así defiende la necesidad de: "fortalecer las mayorías y la gobernabilidad y luchar contra la proliferación de pequeños grupos que sólo defienden su pequeña parcela territorial o ideológica". Esta responsabilidad la sitúa incluso en la votación del proceso sucesorio, incluso acusan a grupos como Izquierda Plural de no comportarse con la responsabilidad que tuvieron en el momento de la transición.

Algunos parecen no entender que la crisis actual es de crecimiento democràtico. Estamos en una sociedad acosada por la crisis económica y que precisa de un salto adelante. Precisa superar la situación heredada de la transición. El acuerdo constitucional fue fruto de una situación que ahora después de tres décadas está por suerte superada. Hoy la sociedad es más libre para hablar de todo aquello que le preocupa y plantear de forma más clara sus opciones de futuro sin condicionamientos derivados de la salida de una dictadura. Por eso es hoy plenamente lícito plantearse por ejemplo la opción republicana, a pesar de la posibilidad de ser una opción minoritaria.

Hay quien parece incapaz de leer el resultado de las elecciones europeas, donde tres fuerzas situadas a la izquierda del PSOE, y de su práctica socioliberal, como Izquierda Plural, Podemos y Primavera Europea consiguieron 3.133.049 votos, es decir un 20,03%, muy cerca del PSOE que obtuvo 3.596.634 votos, un 23%. Esto significa que puede haber quien dispute en un futuro con posibilidades la hegemonía de la izquierda a unos socialistas que han abandonado hace tiempo este campo.

Es evidente que el socialismo español hoy está sometido a una profunda crisis de identidad derivada de una práctica alejada de un pensamiento de izquierdas. El socialismo español hoy tiene una identidad clara en la defensa de los derechos individuales pero ha abandonado la defensa de los derechos económicos y sociales. El punto más significativo, y del que todavía no ha hecho una autocrítica como organización fue la Reforma "express" del artículo 135 de la Constitución, donde consagró una lectura conservadora de la economía, al situar la deuda como prioritaria para encima de las necesidades de la sociedad.

La situación política hoy es muy fluida. En palabras de Antonio Gramsci podríamos decir que "lo viejo no terminar de morir y lo nuevo todavía no ha nacido". Hoy no hay duda de que se están dando movimientos en profundidad a la sociedad española, muchos y variados y habrá que ver cómo encajan.

La solución pues no está en establecer normas que garanticen ni modernicen el bipartidismo caduco, sino que está en superarlo mediante una profundización democrática en la práctica política y en las propias normas legales que regulan la acción política.

Es evidente que hay fuerzas tradicionales de la izquierda alternativa que tratan de resituarse y adaptarse a la situación actual, con dificultades y obstáculos. A la vez salen nuevas formas políticas alternativas que habrá que analizar cómo se sitúan y consolidan.

No hay duda de que hay un modelo a seguir, y que muchos reivindican, como es el de la construcción de una alternativa al estilo de la SYRIZA griega, pero también puede terminar en una suma de siglas o una disgregación de ellas derivadas de sectarismos, personalismos i/o populismos.

No hay duda de que hoy se dan las condiciones para la construcción de una ALTERNATIVA, a partir de la constitución de un Frente de todas las fuerzas renovadoras que quieran un cambio en profundidad desde el punto de vista institucional, de articulación territorial, de prioridades económicas y sociales para salir de una crisis provocada por los mismos poderes económicos que quieren quedar como ganadores de la misma.

De la responsabilidad de toda la gente que busca de forma decidida una alternativa a la actual coyuntura dependerá que en un próximo futuro se pueda vislumbrar un cambio que ilusione a la ciudadanía, terminando con un bipartidismo que nos hace recordar la vieja restauración borbónica de liberales y conservadores.

La alternativa a la alternancia es imprescindible y para ello debe haber una fuerza o una alianza de fuerzas que logren la necesaria hegemonía política e ideológica desde la izquierda, con la que según sea el proceso de profundidad en la renovación del PSOE éste podría sumarse como aliado político.

Ahora habrá que ver si la capacidad y la responsabilidad del mundo político de la izquierda alternativa es capaz de construir la alternativa y la ilusión o de caer en debates y discusiones cainitas de ver quién es la "alternativa real". Modestamente creo que todos están llamados y no se puede excluir de entrada a nadie ni de las nuevas opciones ni de las que han estado resistiendo desde siempre.

La solución a la crisis del bipartidismo no es más bipartidismo sino más democracia