viernes. 29.03.2024

BBVA-Sabadell, la fusión “fake”

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Pese a que ya se ha explicado de forma exhaustiva en la prensa económica muchos se preguntan ¿Cómo ha podido fracasar una fusión ya anunciada? La razón es simple, es fruto de un intento de fusión no deseado y mal planteado. Las dos entidades habían llegado a un principio de acuerdo de intercambio de acciones que premiaba a las del Sabadell con un 25% de prima sobre su valor, pero durante este proceso el BBVA vendió las acciones de su filial americana lo que provocó un incremento del 15% en el valor de sus acciones. Esta venta provocó un incremento especulativo de más del 25% en las acciones del Sabadell. Ante ello el BBVA quiso revisar la prima de absorción del 25% acordado, unos 500 millones de euros. Y ahí se provocó la ruptura.

Esta fusión era claramente forzada por la situación del propio sector financiero y una respuesta defensiva a la fusión de Caixabank y Bankia. Todas las fusiones actuales no tienen una voluntad expansiva sino de defensa buscando una  concentración, que permita economías de escalas reduciendo de forma importante tanto oficinas como plantillas para afrontar una realidad de bajos tipos de interés, estrechos márgenes, escasez de beneficios y deterioro del valor en bolsa. Sin embargo no todas las fusiones son iguales.

A diferencia de la fusión de las antiguas cajas de ahorros, ésta tiene diferencias notables. En primer lugar la primera tenía en las dos entidades accionistas de referencia, Fundación La Caixa en Caixabank y la propia participación del Estado en Bankia. En el caso de la fusión de BBVA y Sabadell tienen un accionariado muy diversificado con importante peso de fondos de inversión. Asimismo tienen culturas empresariales muy diferentes. Podríamos decir que era una fusión más potenciada por la necesidad que por el deseo.

Esta operación ha estado mal planteada, mal planificada y mal ejecutada con lo que el resultado ha sido pésimo para ambas entidades con mayor repercusión en la menor pese a que aún no haya perdido en bolsa todo lo que la hizo subir el anuncio de la operación de fusión

Si analizamos el BBVA debemos decir de entrada que actualmente nada tiene que ver con la antigua solidez del BBV de los tiempos de Asiain y Toledo con el peso que tenía el capital vasco “el Neguri”. Todo ello cambió con la fusión con Argentaria, impulsada y autorizada por Aznar y la entronización de Francisco González al frente del BBVA. El BBVA ha realizado una amplia expansión en América Latina, el 50% de sus beneficios provienen de México y Turquía donde ahora tiene una fuerte presencia y de donde procede su consejero delegado. Es decir de zonas delicadas que pueden condicionar su futuro. La gestión realizada por González, más propia de un “agente de cambio y bolsa” y su obsesión por la seguridad ha llevado a poner en riesgo reputacional a la entidad. Cabe decir que el BBVA está en el punto de mira de entidades bancarias europeas, es decir podría ser objeto de compra por parte de alguna entidad en el contexto de fusiones comunitarias. Se comenta que una importante entidad francesa lo tiene en estudio. Todo ello derivado de la falta de un núcleo duro accionarial.

El Sabadell ha sido siempre un banco bien posicionado en el ámbito de las “pymes”, éste es hoy su “talón de Aquiles” en una situación de pandemia como la actual. Su política de expansión se basó en la adquisición de entidades financieras con problemas a través compras o subastas como la de la CAM, entidad en situación equivalente a su paisana Bancaja. Un ejemplo de sus compras fue su adquisición del Banco de Asturias (fruto de la adquisición del NatWest) en 1996 que contaba con 85 oficinas en el Principado de Asturias y posteriormente la compra en 2001 a “la Caixa” del asturiano Banco Herrero con más de 150 oficinas en la región asturiana, una de las regiones con menor PIB de todo el estado. Cabe decir que “la Caixa” se desprendió del Herrero al considerar que fue un error su adquisición.

Más grave como operación fallida fue la compra del británico TSB que ha dañado su rentabilidad y que ha provocado en los últimos años una fuerte depreciación del valor del Sabadell en Bolsa.

En resumen podríamos decir que esta operación ha estado mal planteada, mal planificada y mal ejecutada con lo que el resultado ha sido pésimo para ambas entidades con mayor repercusión en la menor pese a que aún no haya perdido en bolsa todo lo que la hizo subir el anuncio de la operación de fusión.

No hay duda de que los movimientos en el sector financiero, derivados de la negativa situación del mismo, no han finalizado al contrario desde la UE se sigue alimentando la necesidad defensiva de fusiones intracomunitarias que hasta el momento no se han materializado.

BBVA-Sabadell, la fusión “fake”