jueves. 28.03.2024

Inmigrantes, malvados y botes de humo

Una persona se ahoga en el agua y pide ayuda, pero esta le llega en forma de pelotas de goma y botes de humo...

El 6 de febrero, guardias civiles a las órdenes del delegado del Gobierno, del director general de la Guardia Civil y del ministro del Interior, dispararon pelotas de goma, botes de humo y cartuchos de fogueo contra 200 inmigrantes subsaharianos que trataban desesperadamente de llegar a la orilla de la costa de Ceuta. Gente que se ahogaba en el mar atacada con material antidisturbios, como si estuviéramos en la Gran Vía de Madrid. Resultado: 15 personas muertas…de momento.

Las tropelías cometidas por este Gobierno han llegado por tierra, mar y aire. Pero me atrevo a calificar estos hechos sucedidos en la costa de Ceuta, como la acción más malvada de sus dos años de mandato. Una acción que fue retorcidamente explicada en las primeras horas y que ganó en fabulación y cinismo a medida que pasaban los días. Finalmente, el 13 de febrero compareció en el Congreso de los Diputados el ministro del Interior para dar cuenta de lo ocurrido, y con él llegó el escándalo. Hasta entonces sus empleados habían construido una historia de mentiras y cintas de vídeo, cabe suponer que siguiendo sus recomendaciones. Pero el ministro del Interior, quizás el personaje más conservador y autoritario del Ejecutivo, superó todas las previsiones. Como si estuviera interpretando un dato estadístico, defendió la actuación de la guardia civil a modo de ejercicio de patriotismo de guerra.

Una persona se ahoga en el agua y pide ayuda, pero esta le llega en forma de pelotas de goma y botes de humo, para que cambie de rumbo y se dirija mar adentro, brazada a brazada, a su lugar de origen. Una acción muy en sintonía con la Declaración Universal de Derechos Humanos, que ha merecido incluso la amonestación de las autoridades comunitarias. Deberíamos estar hablando de una acción criminal contra seres humanos dispuestos a poner su vida en peligro para tocar la playa con sus manos. Quince personas murieron ahogadas y/o rematadas por el material antidisturbios de la guardia civil -15 son los cadáveres que han aparecido hasta la fecha-. Quince personas, cuya muerte asumen con la indolencia de los malvados, los responsables de Interior del Gobierno de España.

En la novela “Los miserables”, de Víctor Hugo se recuerda “qué extraña es la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien”. No lo permitamos. Respondamos a los malvados, denunciemos sus tropelías, y utilicemos todos los medios a nuestro alcance para que hechos como los de la costa de Ceuta no queden impunes. Si se salen con la suya, el siguiente paso será condecorar al comandante que dirigió la operación contra los inmigrantes. Y le colgará la medalla el responsable mayor de la tragedia, el amante de la vida, el de comunión diaria, el antiabortista. Dan asco.

Inmigrantes, malvados y botes de humo