jueves. 25.04.2024

La imaginación cuesta menos

No han faltado voces que han calificado este programa y las ayudas como “limosna”. Otros como “apoyo innecesario al Gobierno”. Dos errores en uno. 

AYUDA A LAS PERSONAS EN PARO DE LARGA DURACIÓN

CCOO y UGT han presentado el llamado Programa extraordinario de activación del empleo, dirigido a las personas en paro de larga duración, que han agotado su prestación por desempleo. Su objetivo, la inserción en el mercado laboral de una parte significativa de este colectivo, dando prioridad a quienes, estando en esta situación, tienen cargas familiares, mediante un tratamiento individualizado desde los Servicios Públicos de Empleo. El programa incorpora una ayuda económica básica de 426 euros mensuales, el 80% del IPREM, a percibir durante seis meses. Las personas afectadas serían  ntre 400 y 450 mil.

No han faltado voces que han calificado este programa y las ayudas como “limosna”. Otros como “apoyo innecesario al Gobierno”. Dos errores en uno. Como si las personas en paro de larga duración con cargas familiares, o aquellas que queriendo no pueden trabajar dejasen de necesitar ayuda (¿limosna?) cuando los profetas de la revolución dictan sus proclamas. Seguramente, estos portadores de la felicidad se crean dueños de la imaginación y se atribuyan en exclusiva esa máxima del deseo que consiste en esperar hasta alcanzar el salario ideal, la pensión ideal, el SMI ideal, la prestación ideal, la ayuda ideal,…la sociedad ideal. Eso sí, disfrazando el tránsito al paraíso de una encomiable retórica radical de lucha imaginaria en interminables reuniones grupales. Es posible que, de llegar la revolución, a algunos les pille reunidos hablando de ella.

El escritor americano Williams Curtis decía que “La imaginación sirve para viajar y cuesta menos”.  Es una licencia que se pueden permitir los programadores de sueños, pero no los sindicatos. Hacer sindicalismo, muy distinto a moldear un proyecto partidario y adecuarlo a la tendencia de las encuestas, y a la vez muy distinto a un concurso de programas electorales, exige poner la imaginación (imprescindible) al servicio de los problemas terrenales. Es decir, mientras un programa electoral se somete a la consideración de la ciudadanía cada cuatro años, y con frecuencia suena bien la fabulación, un convenio colectivo, un expediente de regulación de empleo, un despido, un salario, un contrato, una pensión, una ayuda, una jornada laboral, un servicio público, una huelga o un acuerdo suceden un día sí y otro también. Además, y aunque parezca una perogrullada, hemos de reiterar que un partido y un sindicato tienen papeles netamente diferenciados en democracia.

Por eso, CCOO celebra que cientos de miles de personas, y por tanto otras tantas familias, dispongan durante un periodo determinado (que pueda ser prorrogable o sirva para lograr un empleo) de una ayuda de 426 euros, sobre todo si advertimos que estas personas lo venían reclamando y los sindicatos negociando desde hace tiempo. No, no hemos renunciado a objetivos sindicales más ambiciosos. No hemos dejado de rechazar la política económica y social del Gobierno, de exigir pensiones dignas y servicios públicos de calidad; de restituir el derecho del trabajo que la reforma laboral en parte liquidó; o de seguir peleando por una sociedad más justa e igualitaria y un estado de bienestar más avanzado. Acuerdos como el citado nos animan a seguir en la brecha. Lo que ocurre es que hasta que llegue “la sociedad deseada”, hay personas de carne y hueso, familias y colectivos sociales que necesitan comer todos los días, vivir con la mayor dignidad y hacer que la felicidad se convierta en salud.

La imaginación cuesta menos