Los habitantes de Cuévano, capital del estado de Plan de Abajo (en el universo novelístico de Jorge Ibargüengoitia) solían decir: “modestia aparte, somos la Atenas de por aquí”. No les acomplejaba que en el mismo estado hubiera otra ciudad más grande llamada Pedrones: “los de Pedrones confunden lo grandote con lo grandioso”.
España y Portugal somos la Grecia de por aquí. Tantos sacrificios ibéricos pueden venirse abajo si se hunde Grecia. Salvarla no significa que los griegos no tengan que hacer tantos sacrificios como nosotros sino un mínimo respiro para secarse el sudor de los esfuerzos que ya están haciendo. A Grecia se le quiere dar doble dosis de la medicina de la austeridad que ha demostrado su ineficacia en tantos países.
Pedir que los griegos ganen aún menos es como lo del burro del baturro que dejó de darle de comer para ahorrar pero se le murió y tuvo que gastar mucho mas en comprar otro. No hay que cortar el riego a Grecia sino reestructurar su deuda y ayudarla a salir del pozo para que pueda hacer las reformas sin tener que renunciar a vivir mientras se recupera.
Pablo Iglesias, el menor, humilla a Izquierda Unida: "No os acerquéis, cenizos".
¿No quiere el politólogo la convergencia y la unidad popular? Sí, pero seleccionando él a los afortunados que podrán tocarle la coletilla. Por ejemplo los nacionalistas de izquierda (contradictio in terminis) esos sí.
Pero hay que reconocer que en la IU de ¡Cayos y Centellas! tenemos mucho cenizo, y antes cuando teníamos la luminosidad anguitiana era aún peor.
Iglesias se dice arrepentido de su coz fraterna, y ha explicado que no es nada personal, al contrario, que quiere mucho a los rojos, a su trapo, a su hoz y a su martillo. Pero que con eso no se gana y que lo que él quiere es ganar, o sea que los queridos camaradas vayan a él de uno en uno y con el carnet en la boca.
Sin embargo está dispuesto a hacer excepciones en lo que se refiere a la marca electoral en las comunidades con lengua propia. En las que la tenemos prestada Podemos o Podemos. Parecería lógico que los grupos que han impulsado Ahora Madrid demandaran una fórmula parecida para las generales pero no.
El más de 4% de votos que tuvo en las últimas elecciones IU es un porcentaje que no me cuadra que Podemos desprecie. Esperan que el canguelo a desaparecer (de los cargos) provoque una entrega inmediata del sector garzonil y, con ello, absorber la mayor parte de ese pequeño pero goloso electorado.
Lamentablemente yo no estoy tan seguro como Almudena Grandes de que Roma no pague traidores.
Si por desgracia para IU hay reparto de denarios espero, por el bien de Europa, que el dracma no vuelva a circular.