viernes. 19.04.2024

'Cerrame la ocho', ¿brote psicótico o sincericidio?

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Está claro que vivimos en un mundo del revés, en clara consonancia con lo planteado por el escritor uruguayo Eduardo Galeano y con la cantautora argentina María Elena Walsh. Hace algunos meses un expresidente argentino, Eduardo Duhalde, se dirigió con tono desafiante a una cámara y presagió un escenario golpista sin elecciones en 2021 y que “puede terminar en una especie de guerra civil”.

Un tiempo atrás se celebraron en este mismo país y con una diferencia de algunos días dos manifestaciones de gran convocatoria, ambas en las antípodas del pensamiento. La primera, el 12 de octubre, un banderazo en inmediaciones al Obelisco y en la gran mayoría de las ciudades del territorio nacional en contra de la administración de Alberto Fernández, reclamando contra una agenda clandestina del oficialismo, la impunidad para llevarse “puestos a los jueces", la crisis económica y el regreso a las aulas de los estudiantes. Cinco días después, el 17 de octubre y conmemorando los 75 años del peronismo, el famoso dia de la lealtad justicialista, el movimiento político que controla las riendas de la tierra de Maradona y de Messi en la actualidad, este otro banderazo aglutinó a una multitud que cubrió las principales arterias próximas a la emblemática sede central de la Confederación General del Trabajo. Es preocupante saber que ambas manifestaciones pusieron en riesgo la salud de los habitantes que asistieron, si es que tenemos en cuenta el presente que está viviendo el país por esta cuarentena que se ha impuesto desde el 20 de marzo pasado. Lo irrisorio es que solo la primera de ellas fue catalogada por el gobierno como inconsciente y se hizo caso omiso de la segunda. Cómo explicar en tiempos de rutas cerradas debido a la pandemia que autobuses hayan llegado de distintos puntos del país para celebrar esta fecha tan importante para los justicialistas, recordemos que el exmandatario está en las filas de ese movimiento. Hay sectores que tienen sus secretos y que merecen ser contados, hay realidades idénticas pero que son vistas desde distintos prismas como opuestas, pero no lo son. Divide y reinarás.

Los argentinos hemos perdido la capacidad de asombro, ¿qué más se puede agregar a las palabras de Eduardo Duhalde? Las benditas voces de la política, divide et impera nos decía el gobernante romano Julio Cesar y no estaba tan equivocado, haceme un favor, cerrame la ocho y tráeme la cuenta

En un intento frustrado por frenar la ola de rechazos que generaron sus declaraciones, Duhalde pretendió relativizar sus dichos. “Es muy posible que yo también esté afectado psicológicamente”, admitió. “Es muy posible que mi comportamiento no esté diez puntos, que exageré, que mi único intento de unir a los argentinos me lleve a decir cosas de las que me tenga que arrepentir”, dijo a radio Mitre. En Crónica TV reconoció que “llega un momento en que la psiquis no aguanta y empieza a ver cosas que no existen” y recordó que ya durante su lejano gobierno en 2002 “vi un río en Olivos con pescaditos saltando”.

Hay pocas cosas claras en el horizonte argentino en estos tiempos, y no es un diagnóstico solo de estas décadas que nos antecedieron, no es una pugna entre liberales y progresistas, es un lastre que viene desde mucho tiempo atrás. Para leer el panorama de intereses contrapuestos y del poder desmedido podríamos volver al 23 de julio de 1935, Enzo Bordabehere, senador electo por Santa Fe, quiso proteger a Lisandro de la Torre y terminó muerto por un disparo en pleno recinto.

Los argentinos hemos perdido la capacidad de asombro, ¿qué más se puede agregar a las palabras de Eduardo Duhalde? Las benditas voces de la política, divide et impera nos decía el gobernante romano Julio Cesar y no estaba tan equivocado, haceme un favor, cerrame la ocho y tráeme la cuenta.

'Cerrame la ocho', ¿brote psicótico o sincericidio?