viernes. 29.03.2024

Patxi va un domingo a misa...

vela

Patxi va un domingo a misa, y el cura pronuncia un sermón de dos horas hablando del pecado. 
Vuelve a casa y le pregunta su mujer, que estaba enferma en la cama:
—¿De qué ha hablado el cura? ¿Me lo quieres contar?
—Sí, mujer. Ha hablado del pecado.
—¿Y qué es lo que ha dicho?
—Que no era partidario.


Sean o no sean reales los más de dos millones de votos que dicen han conseguido los independentistas, les dan la fuerza suficiente para seguir el camino que tienen marcado

Al igual que el cura vasco, la semana pasada hablé con varias personas que viven y trabajan en Barcelona y todos me decían lo mismo sobre “lo del 1 de Octubre”.

Que no eran partidarios.

Sin embargo todos me añadían que en los ámbitos donde se mueven, centros de trabajo, universidades, asociaciones de vecinos, ámbitos culturales, grupos de wasap, barrios y pueblos eran absoluta minoría.

A uno en concreto le habían invitado a marcharse del pueblo del interior de Tarragona donde veranea desde hace más de cuarenta años y a otro le habían borrado de un par de grupos de wasap por no ser abiertamente partidario.

El cura vasco no era partidario del pecado pero era consciente que casi todos los que le escuchaban eran pecadores. Mis amigos no son independentistas ni han participado en la consulta del 1 de Octubre pero me trasmitían que la mayoría de los que les rodean cometían ese "pecado".

Negar que existe una fuerte tensión entre catalanes, que según doctrina establecida son todos los que viven y trabajan en Catalunya, es mentir. El enfrentamiento es muy fuerte. La sociedad catalana está fuertemente dividida y cada parte tiene su cuota de responsabilidad. Cada uno pone los porcentajes de culpa de unos y otros aunque ahora esto no parece que sea lo más relevante.

En mi opinión los que no son partidarios del “procés” han sido muy responsables desde el 2006 hasta el 2014 y los partidarios son muy responsables de esa división desde el 2014 hasta la actualidad que han pisado el acelerador hasta límites insospechados sin pensar que pueden reventar el motor.

Pero lo que yo opine no sirve absolutamente para nada. No tiene ninguna traslación real en lo que allí ocurre o vaya a ocurrir en los próximos días.

Lo relevante es lo que van a hacer los protagonistas de esta película. El PP, Ciudadanos, el PSOE, Podemos, Junts pel si, la CUP, CSQP, y las asociaciones civiles que se mueven en torno a los diferentes partidos.

Las respectivas policías hacen lo que les manda el poder político que para eso ha sido elegido directamente por el pueblo y tiene esa responsabilidad. La Judicatura, si se respetara la separación de poderes, debería adoptar sus propias decisiones. Pero eso no es así. La independencia de los jueces y tribunales me temo que hace tiempo no se lo cree absolutamente nadie y los últimos acontecimientos así lo corroboran. Funcionan con las urgencias que les requieren y a las órdenes que les da el poder político superior que emana directamente de La Moncloa, que en este caso es el Poder del Estado y Estado, por ahora, sólo hay uno. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Catalunya, a instancias del Partido Popular, es en gran parte responsable de todo lo que está pasando actualmente.

Después del 1 de Octubre, si existe un mínimo de cordura todavía en algunas mentes de los responsables de este desaguisado, deberían parar un poco, sosegar los ánimos y tratar de buscar puntos de acuerdo.

No quiero usar términos deportivos tan de moda últimamente, ni símiles de ningún otro tipo, solamente criterios políticos.

En ese ámbito creo, sinceramente, que ninguno ha vencido políticamente al otro, ni el uno de octubre ni lo va a poder conseguir fácilmente en el próximo futuro.

Sólo queda la vía del acuerdo. En este sentido las vías abiertas por partidos como el Partido Nacionalista Vasco o el Partido Socialista Obrero Español, de negarse a estar en un bloque u otro son las sendas que se deben explorar y pueden ser útiles tanto a la sociedad catalana como a la española.

Si algo me resulta incomprensible de todo punto en estos días es la actitud de la dirección de Podemos, fijando prácticamente en exclusiva sus declaraciones en decir al PSOE lo que debe hacer mientras sus líderes más conocidos se posicionan abiertamente con los independentistas catalanes y su hoja de ruta.

Ada Colau debe valorar que su proclamación de votar nulo o en blanco ha tenido escasísimo eco. Podemos y dirigentes de CSQP (Nuet) participaron en el acto de final de campaña en Montjuic.

Nuevamente pinchan en hueso, equivocan el enemigo y favorecen a los sectores más extremistas del Partido Popular y de los nacionalistas catalanes.

Ciudadanos por su parte parece haber decidido disputarle el voto de extrema derecha al Partido Popular con frases y actitudes que buscan la confrontación pura y dura, la negativa a cualquier diálogo y la exclusiva exigencia de la aplicación de la conocida política del palo y tente tieso.

El Gobierno español debe salir de su inmovilismo cada vez más incómodo y cuestionado dentro y fuera de nuestras fronteras, sobre todo después de las violentas imágenes vistas y la nefasta gestión del Ministerio del Interior estos días.

El Gobierno de la Generalitat no debe seguir la hoja de ruta marcada en las últimas semanas y el Parlamento de Catalunya no debe aprobar la Declaración Unilateral de Independencia. Después de las declaraciones de Puigdemont, hoy, todo apunta a que la decisión de declarar la DUI lamentablemente está tomada. Sólo una propuesta real de negociación por parte del gobierno de España, que tampoco parece se vaya a dar, podría retrasarla o frenarla.

Sean o no sean reales los más de dos millones de votos que dicen han conseguido los independentistas, les dan la fuerza suficiente para seguir el camino que tienen marcado.

Si como me temo, ninguno de los dos está en condiciones de ceder un ápice, sólo queda el recurso democrático de convocar elecciones en Catalunya con el compromiso de no tomar decisiones unilaterales por ninguna de las partes y no cerrar ningún ámbito de negociación.

Evidentemente, el gobierno catalán se opondrá a que se le convoquen elecciones porque puede poner en riesgo su exigua mayoría parlamentaria. Sin embargo, pienso que eso es lo mínimo que se debe hacer fundamentalmente porque ellos han roto su propia legalidad con las decisiones, reconocidamente ilegales, que adoptaron en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre.

La mayor virtud de esas elecciones sería dar una oportunidad de expresarse a los “no partidarios”, a todos aquellos votantes de Cataluña que no han querido conscientemente o no han podido participar en la votación del 1 de Octubre por las más diversas causas. Sobre un censo del entorno de 5,6 millones de votantes y ante un momento tan trascendental podría darse un nivel de participación muy superior al del 1 de Octubre o anteriores elecciones autonómicas.

De esta forma se podría conocer realmente la voluntad del conjunto de los catalanes, no sólo de una parte,  y restablecer la autoridad del Parlament de Catalunya y el cumplimiento de sus reglas.

Más adelante ya tocará hablar de las elecciones generales en España y cómo expulsar de la Moncloa al peor Presidente de la historia democrática de nuestro país.

Patxi va un domingo a misa...