Uno de los aspectos que más se ha reivindicado en la “nueva política” es el de renovar los métodos de funcionamiento de los partidos, democratizarlos, dar la palabra a los afiliados, utilizar las posibilidades de participación que facilitan las nuevas tecnologías, acabar con las decisiones de las cúpulas y profundizar en las decisiones colectivas.
Pues bien, ha bastado que un partido político, el PSOE, haya decidido poner a votación un acuerdo concreto, con un documento escrito negro sobre blanco, y un socio conocido, Ciudadanos, para que todos los comentarios que escucho y leo, sean para poner pegas, para minusvalorar la consulta, para buscar segundas intenciones malévolas de los convocantes…, en resumen para “ciscarse” (término que escuché por primera vez al inolvidable Santiago Carrillo), en la democracia interna y en la participación de los militantes.
En mi opinión es un paso adelante el dado por el Partido Socialista, que crea precedente para el refrendo de futuros posibles acuerdos, sea con el partido que sea, y que pone en evidencia una frase muy repetida los últimos años. Si se quiere, se puede.
En efecto, ya no se podrá argumentar que no hay tiempo para dar la palabra a la militancia en temas relevantes. Se está demostrando que en pocos días se puede llevar a cabo todo el proceso de participación.
No es justo medir la eficacia o no de un proceso de participación por el número de personas que vayan a votar. Recientemente Podemos hizo varios procesos de votación interna para su programa y elegir sus candidatos y aunque muy poca gente participó, eso supuso un impulso democrático, que, entre otras cosas, le ha ayudado a conseguir un buen resultado electoral. El derecho a votar es lo que cuenta. Si se ejerce o no es decisión personal de cada miembro de una organización.
Muchas críticas se están haciendo a la decisión del Comité Federal del PSOE. Algunas de ellas desde la derecha que no merece la pena contestar. Si creo sean dignas de mención las que se hacen desde el interior del PSOE o desde otras formaciones de los partidos que se consideran a sí mismas, la única izquierda.
El primer argumento es que la votación no tiene sentido porque no es vinculante.
Es correcto desde mi punto de vista que se compagine la votación de todos los militantes con el respeto a los órganos de los partidos que tienen asignada estatutariamente la competencia de los pactos. En este caso el Comité Federal. Creo que es una buena forma de compatibilizar ambas legitimidades.
Sin embargo, es evidente que si sale un resultado negativo, muy difícilmente el Comité Federal del PSOE ratificará el acuerdo contra la opinión mayoritaria de sus militantes.
No sólo porque cualificados dirigentes se arrogarían el triunfo del NO, sino porque un mínimo de sentido común llevaría a la dirección a no insistir en el asunto.
Ejemplos hay de lo contrario y sus resultados están a la vista. Izquierda Unida de Madrid hizo un proceso interno de primarias para las elecciones municipales y autonómicas, sus resultados no fueron aceptados por la dirección …, y como consecuencia, al margen de otras cuestiones, la organización explotó y no ha conseguido representación ni en la Asamblea de Madrid ni en el Ayuntamiento de la capital de España. No cuestiono la corrección o no de la decisión de Izquierda Unida. Me atengo a los hechos.
Otro argumento que se utiliza es que Pedro Sánchez y su equipo directivo han propuesto este referéndum como una forma de “reforzarse” o “blindarse” frente a otros sectores del PSOE. Cuando se utilizó esta tesis se decía que como iba a pactar con Podemos y las estructuras territoriales del PSOE no estaban de acuerdo, se quería “apelar” a las bases para vencer esa resistencia y dar un golpe de autoridad con el apoyo de los militantes, “que son más de izquierdas que su dirección”. Los contrarios a Pedro Sánchez querían “atar corto” y “marcar los límites de la unidad de España” y la dirección contestaba apelando a la base. Ahora que se pacta con Ciudadanos y se refuerza ”la unidad de España” nadie lo reconoce.
Este argumento se ha caído sólo por los suelos. No han pactado con Podemos y ahora se podrá decir si triunfa el SI que los militantes del PSOE son de derechas, tragan con cualquier cosa, etc. etc. El caso es denigrar a los socialistas y alimentar el discurso contra un partido y unos dirigentes que están tratando de lidiar una situación compleja.
Tampoco se valora que Pedro Sánchez con esta decisión arriesgada corre el peligro de perder la votación. Como se suele decir, los referendums los carga el diablo. Sin embargo la dirección del PSOE ha optado por otro lema "Arriesgarse compensa"
El tercer argumento, y con esto acabo, es decir que no tiene sentido el referéndum “porque no va a salir elegido”, ya que no hay votos suficientes.
Creo que eso es jugar a ser adivino. Todavía hay que esperar a la primera votación. Hay que ver como de fuerte se ha movido el árbol de la situación política española y ver, más allá de las palabras a la prensa y para la galería, como se desarrollan las cosas tanto en el Partido Popular como en Podemos y las negociaciones que de forma discreta todas las formaciones siguen teniendo.
Si como todos dicen, están dispuestos a seguir negociando, hay hechos objetivos que marcarán la nueva situación.
Sin duda el acuerdo alcanzado será la base de diálogo tanto con unas fuerzas políticas, como con otras.
Si se consigue un nuevo acuerdo y no se va a nuevas elecciones, bien sea con Podemos o con el Partido Popular, los militantes, no sólo del PSOE, podrán reclamar a sus direcciones que se den unos días de margen para poder votar.
Conviene no olvidar que en ese pequeño país de la Unión Europea llamado Alemania, gobierna un partido con el apoyo de otro que puso a votación entre sus militantes si apoyaba a la Señora Merkel y entraba a formar parte de su gobierno. Más de un 75% de sus militantes votó a favor de esa decisión.
Confío que nadie se atreva a minusvalorar y a faltar al respeto a los militantes del SPD por la decisión que tomaron y de la que parece siguen estando muy satisfechos.