viernes. 29.03.2024

Ampliar la mayoría política y social que apoye el estado de alerta y el desconfinamiento

La estrategia de la derecha española ya es evidente. Identificar al gobierno de coalición con la dictadura, con la represión y con la falta de libertades. Para eso necesitan provocar y que haya enfrentamientos en las calles.

Por eso no es de extrañar que el énfasis y el objetivo de la derecha en nuestro país y en el mundo sea la de identificar al socialismo con la dictadura, al gobierno español con países como Venezuela o Corea del Norte tratando de fijar en el ideario colectivo que la derecha es libertad y la izquierda confinamiento y restricción de todo tipo de libertades. Los videos que están divulgando por las redes sociales apropiándose de una canción de Nino Bravo (Libre) comparando al Gobierno español con el muro de Berlín y los muertos al intentar saltarlo así lo evidencian. Su agresividad y virulencia va en aumento.

¿Cómo se puede llamar impunemente por parte de responsables políticos a saltarse lo aprobado por el Congreso de España y el Gobierno de la Nación en un momento de pandemia en el que están muriendo decenas de miles de personas?

Libertad de creación y cierre de empresas, libertad de despidos, libertad de capitales, libertad para ir donde me da la gana, libertad de hacer con mi dinero lo que quiera, desaparición de los impuestos que limitan mi capacidad económica y mi libertad de gastar, libertad para llevar los beneficios o instalar las sedes sociales en paraísos fiscales, libertad de ir al médico que prefiera, libertad de ir a la universidad que coincida con mi ideario ideológico, ausencia de regulación por parte del Estado. Esa es la tesis que contraponen en el manifiesto firmado por Aznar, Cayetana Álvarez, etc. y que tan acertadamente valora en nueva tribuna Cándido Marquesan en su artículo "La pandemia de los malvados"

Resulta sarcástico, indignante y asqueroso que la derecha en este país mienta hasta el nivel de querer identificar su política con la libertad.

Si alguien luchó por la Libertad con mayúsculas en este país son las fuerzas políticas y sociales que configuran y apoyan al actual gobierno salido de las urnas y que tiene toda la legitimidad para dirigir el duro proceso que estamos viviendo todos los españoles.

Partidos como VOX o el Partido Popular que siguen sin romper sus ataduras con un Régimen dictatorial como el de Franco, del que son herederos directos por origen, extracción social y principios, quieren apropiarse del término Libertad y acusar al actual gobierno de querer una “Dictadura Constitucional” como explicitó Pablo Casado a Pedro Sánchez en sede parlamentaria, apelar como insulto al carácter “socialcomunista” de las actuales políticas de “represión de las libertades” para combatir el coronavirus, como están llevando a la práctica la casi totalidad de gobiernos de mundo, sean de la orientación política que sean, refleja que gentuza dirige los partidos políticos de la derecha española.

Por ello cobra mucho más valor todavía el acuerdo alcanzado entre la patronal, los sindicatos y el gobierno , como explica el Catedrático de Derecho del Trabajo Antonio Baylos,  para el proceso de reapertura de la actividad económica, la puesta en marcha de las fábricas y empresas de forma escalonada, ordenada, prudente y pactada. Los trabajadores y las capas populares no pueden y no van a ser los paganos de esta crisis.

¿Donde quieren llegar personajes como Santiago Abascal, Cayetana Álvarez de Toledo, Pablo Casado o Isabel Díaz, etc. impulsando la crispación, la desconfianza con los técnicos y funcionarios que asesoran al Gobierno, creando malestar y más miedo entre la población?¿A un golpe de estado de los militares? ¿A una situación de ingobernabilidad donde la policía se vea obligada a disparar a matar como en algún país ya está ocurriendo ante la indisciplina y el desprecio a las políticas de distanciamiento social?

¿Cómo se puede llamar impunemente por parte de responsables políticos a saltarse lo aprobado por el Congreso de España y el gobierno de la Nación en un momento de pandemia en el que están muriendo decenas de miles de personas?

Harían bien sectores relevantes de nuestro país como los principales dirigentes empresariales (no sólo la CEOE), las iglesias de diferente credo, los creadores de opinión en hacer un llamamiento al acuerdo, la sensatez y la prudencia, como hacen en bloque y sin fisuras cuando ven peligrar sus intereses económicos o confesionales.

Es evidente que este país que ha tenido que ir varias veces a las urnas para conseguir un Gobierno que no goza de mayoría absoluta en el Congreso de los diputados, no puede verse sacudido en estos momentos por nuevos procesos electorales más allá de los que reglamentariamente corresponde como son las elecciones aplazadas de Galicia y País Vasco.

Cataluña, no por la situación del coronavirus, sino por los conflictos internos dentro del propio Gobierno catalán y los hechos ocurridos en los dos últimos años, sabrá lo que tiene que hacer.  Los vaivenes de partidos como Esquerra Republicana ante el estado de alarma y su rechazo a un proceso de desescalamiento común con el resto de España no tienen ningún sentido en estos momentos y parece estar rectificando cara a próximas votaciones en el Congreso. 

Nunca como en el momento presente se había llegado a un nivel de consulta, negociación y cogobernanza entre la administración central y las administraciones autonómicas y locales y esto debe tenerse presente por todos los que quieren realmente una España plural y solidaria. Las comunidades autónomas deben asumir con firmeza sus propias competencias y dar la cara ante la población, fortaleciendo la sanidad pública y reforzando su autoridad en los temas que deben administrar y gestionar con eficacia, aumentado su grado de corresponsabilidad en todo el proceso.

Pretender por parte de los dirigentes territoriales de la España de las autonomías marcar perfil propio frente al gobierno de todos, el gobierno central, es en estos momentos un error imperdonable superior a cualquier apreciación diferente sobre si hay que pasar a la fase 1 o 2, una semana antes o dos semanas después.

¿Es que no estamos viendo como rebrota el virus en países que decían tenerlo ya controlado como China, Corea o Alemania? ¿Es que no vemos como extiende la pandemia en Estados Unidos, América latina o África? ¿Es que no vemos como las fronteras siguen cerradas y con periodos de cuarentena para cualquier persona que viene de afuera?. ¿Acaso no indica la historia de las pandemias del siglo XX que las segundas y terceras oleadas son mucho más graves que la primera?. 

Alimentar las posturas negacionistas o conspiranoicas de la dureza de la epidemia, presionar como hacen los lobbys empresariales de la hostelería o el mundo del fútbol, invirtiendo millones de euros en campañas en los medios de comunicación para acelerar la apertura de las competiciones deportivas o de los hoteles para tratar de salvar el verano turístico es un profundo error que podemos pagar todos.

Hace bien el Gobierno en reforzar la democracia ante los ataques que viene sufriendo su gestión, no impedir la libre crítica y el rechazo a sus medidas en los medios de comunicación públicos o privados. Automáticamente sería acusado de ir contra “La libertad de expresión” como le ocurrió al portavoz de la guardia civil cuando deslizó los argumentos que le llevaban a investigar el origen de las noticias falsas o denigratorias contra las autoridades de cualquier administración.

La mejor manera de combatir ahora al discurso de la derecha mediática y política es ponerles un micrófono delante de la boca. Se desprestigian ellos solos, si bien no cabe duda que una parte de la población española (¿Cuanta?) le compra su discurso, su visión catastrofista y el buscar en cada momento el error o el fallo puntual, que indudablemente existen.

La desfachatez de los líderes autonómicos en culpar al Gobierno central de las consecuencias de la pandemia en un tema de Sanidad, competencia que lleva cedida a las comunidades decenas de años, es increíble.

¿Quién contrata o despide al personal médico? ¿Quién construye los hospitales? ¿Quién ha privatizado partes importantes de la sanidad? Los gobiernos autonómicos amparados en la idea central de los gobiernos del PP de que la sanidad privada es mejor que la pública y que por tanto hay que dar la gestión a las empresas privadas.

¿Quien ha permitido que el sector de las residencias de ancianos se convierta en un negocio y no en un servicio a la sociedad. ¿Cuántas plazas privadas había hace 30 años en España y cuantas hay ahora?

En conclusión. Hará bien el Gobierno en seguir buscando el dialogo y el acuerdo con todos los sectores de la sociedad, a la par que defiende más que nadie el derecho a la libertad y denuncia con fuerza las salidas de tono de la derecha. El silencio o la suavidad en la respuesta pueden dar sensación de debilidad. Aislar a los que buscan la violencia y el descrédito de España será la mejor vacuna.

Ampliar la mayoría política y social que apoye el estado de alerta y el desconfinamiento