viernes. 29.03.2024

Imbéciles

manada pamplona

La sentencia del juicio contra los cinco hombres conocidos como La Manada provocó una ola de indignación, que llevó a la calle a miles de personas en toda España. Los hechos probados describen cómo los cinco condenados  introdujeron a una muchacha de 18 años en un portal, la desnudaron y la sometieron a un sexo violento y humillante. La descripción de lo sucedido nubla la vista y estremece. El fallo les condena por abuso sexual, pero no por agresión porque faltó “intimidación” y “violencia”. Una apreciación difícil de entender vistos el vídeo que uno de ellos grabó, los mensajes en los que alardeaban de la violación y los que anunciaban sus intenciones. No era la primera vez. Uno de los jueces defendió la inocencia de los acusados. Consideró que todo formaba parte de un ambiente de “jolgorio”. El abogado defensor afirmó que no eran violadores. Les llamó “imbéciles”, “cerdos” y “lerdos”.

- Cretinos…

- Idiotas…

Giacomo Leopardi quizá les hubiera clasificado entre “los géneros no animales”. Imbéciles, lerdos, cretinos e idiotas tienen en común la falta de inteligencia y de razonamiento. Por eso les cabe mucha basura en la mollera. No habría título más apropiado para inscribir los hechos y la sentencia que el borgiano Historia universal de la infamia, pero encajarían mejor en la cabeza de algún personaje del Marqués de Sade. Por ejemplo, aquel que dice: “Seres débiles y encadenados, destinados únicamente a nuestros placeres […]. Mil veces más sumisas que lo serían los esclavos, no debéis esperar más que la humillación, y la obediencia debe ser la única virtud de la que os aconsejo hacer uso”. Cuando se inició el juicio, surgieron como sombras dos preguntas: ¿Cuántas manadas desconocidas deambulan a nuestro alrededor? ¿Y cómplices? A un cómplice mental lo hemos identificado con su toga y todas sus puñetas.

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