viernes. 29.03.2024

¿Y a los ‘8 de Airbus’ quién les paga todo el sufrimiento vivido?

Hay muchos culpables de la situación que se ha generado y que debieran resarcir y pagar por los daños y males causados.

Hoy es uno de esos días que tienes ganas de expresar lo que sientes, de trasladar a los demás tu alegría, tu buen estado de ánimo. Efectivamente se ha producido un hecho, una noticia de esas que te alegran y te convences, una vez mas, que hay cosas por las que merece la pena luchar, pelear, apoyar y solidarizarte.

Efectivamente, los ‘8 de Airbus’ han sido absueltos y con ello el sindicalismo de clase y la democracia han salido reforzados.

No ha sido por casualidad, ha sido fruto de una gran lucha sindical y jurídica contra esa atrocidad que se quería cometer contra ellos y contra un derecho fundamental de los trabajadores, el derecho de huelga.

Por fin, esta noche estos compañeros, estos obreros metalúrgicos y sus familias, van a dormir tranquilos, van a poder conciliar el sueño sin que se despierten sobresaltados por el horror de verse condenados como vulgares delincuentes y entrar en prisión por ejercitar un derecho constitucional, que debiera ser sagrado, como es el derecho de huelga.

Enhorabuena a estos trabajadores y su familias; enhorabuena a los trabajadores de CASA, de AIRBUS; enhorabuena a los trabajadores de Getafe, de Madrid y de toda España; enhorabuena a los miles y miles de representantes y dirigentes sindicales, empezando por sus cabezas confederales, Toxo y Mendez, que han estado a la altura de la gravedad de la situación; enhorabuena a todos los Abogados de CCOO, también de UGT, que han estado construyendo la defensa, de todos los encausados y del sindicalismo de clase, encabezados por Enrique Lillo; enhorabuena a las decenas de Catedráticos y profesores del derecho del Trabajo, como Antonio Baylos, o de Derecho Penal como Juan Terradillos que han puesto todo su saber, toda su experiencia, todos sus conocimientos y todo su corazón al servicio de esta causa, como lo han venido haciendo siempre.

¡Todo y todos ellos ha hecho posible este gran triunfo! Enhorabuena.

Pero además de celebrarlo a bombo y platillo, también debiéramos preguntarnos y preguntar en voz alta: ¿Quién y para qué han provocado esta situación?, ¿quien le devuelve a estos trabajadores y todas sus familias, estos cinco largos años de sufrimiento, de desasosiego, de intranquilidad, de inquietud, de tensión, de dolores de cabeza, de miedo, de no dormir, pensando que podían terminar en la cárcel, por ejercer un derecho fundamental? ¿Quien les va a pagar tanto y tanto sufrimiento a ellos y a todas sus familias?

Creo sinceramente que hay muchos culpables de esta situación que debieran resarcir y pagar por los daños y males causados. Y debieran hacerlo aquellos que habiendo tenido la posibilidad legal de hacerlo no han derogado el art. 135.3 del Código Penal (exigir su inmediata derogación es una necesidad); como debieran hacerlo aquellos que han aprobado leyes, durante estos años, como la mal llamada Ley de Seguridad Ciudadana, que han buscado el cercenar derechos fundamentales, como el de huelga y perseguir a quienes lo ejercitan y al sindicalismo de clase; a los anteriores habrá que añadir a todos esos mandos policiales que poniendo su cargo no al servicio del ejercicio de estos derechos fundamentales, incitan a aquellos que tienen a sus ordenes precisamente a todo lo contrario, a impedir el normal desarrollo de este ejercicio y perseguir al que lo ejercita; como a aquellos mandos y miembros de los Cuerpos de Seguridad, que buscan no el respeto a este derecho, sino al contrario tensionar y provocar el conflicto, incluso prefabricando hechos y actuaciones, elaborando atestados en los que, incluso inventándose pruebas, por no decir falsificando, buscan la previa condena de los que ejercen el derecho; como la de aquellos instructores judiciales, que muchas veces no buscan la verdad y las justas razones que les han llevado a ejercitar este derecho, sino que dan por bueno lo reflejado en el atestado, que muchas veces son pruebas y hechos prefabricados o falseados; o esos fiscales, maximalistas y justicieros, mas papista que el Papa, que no dudan en acusar de delitos de muy dudosa legalidad, pidiendo y exigiendo condenas ejemplares que en el fondo persiguen cercenar el derecho de huelga; o la de aquellos medios de comunicación, tertulianos y columnistas que, poniéndose del lado y al servicio de la patronal y del capital, y de sus representantes políticos, no dudan en jalear contra el derecho de huelga, contra los sindicatos y sus dirigentes, bajo el falso y repugnante argumento del derecho al trabajo. ¡Ese derecho lo podían estar exigiendo todos los días del año para los más de cuatro millones de parados!

Todos ellos son responsables y coadyuvantes directos del sufrimiento de estos trabajadores y sus familias y de los mas de 800 que hoy están pendientes de juicio.

Nunca he deseado el mal a nadie, pero si que todos ellos, además de pagar a los que han hecho sufrir tanto y tan injustamente, debieran pasar por una situación semejante a la que a estos trabajadores se les ha hecho pasar.

Hoy han ganado esta batalla los 8 trabajadores de AIRBUS, y sus familias; hoy ha ganado el sindicalismo de clase y hoy ha ganado también la democracia, pero todavía queda mucho camino por andar hasta ver auténticamente respetado y protegido el derecho de huelga, y el primer paso es derogar ya el art. 135.3 del Código Penal.

¡Luchar siempre ha merecido la pena y ha dado sus frutos!

¿Y a los ‘8 de Airbus’ quién les paga todo el sufrimiento vivido?