Las personas de menos recursos y las pymes perjudicadas por la fusión CaixabankBankia
Es evidente que la fusión de Caixabank y Bankia va a tener efectos muy perniciosos para la competencia en el mercado financiero, que serán todavía más acusados para las personas de menos recursos y las Pymes. Subirán las comisiones que paguen los clientes del nuevo banco y se dificultará el acceso al crédito para los ciudadanos ya que habrá menos opciones a donde acudir.
Más adelante se explica que, frente a las manifestaciones de supervisores, ministerios y patronal, las consecuencias negativas son inevitables por cuanto el crecimiento de las entidades es la única salida considerada por sus gestores para mantener un nivel de beneficios suficiente.
Vamos a partir de los datos correspondientes a CaixaBank, por ser una entidad mayor que Bankia y porque probablemente impondrá su filosofía de negocio. Se estudian los estados financieros correspondientes al primer semestre de los años 2018, 2019, y 2010 por ser los más recientes de los que se disponen.
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CAIXABANK |
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CONCEPTOS |
Primer semestre |
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Millones de euros |
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2020 |
2019 |
2018 |
Ingresos por intereses |
1.956.177 |
2.116.548 |
2.144.000 |
Gastos por intereses |
-325.986 |
-412.297 |
-399.023 |
MARGEN DE INTERESES |
1.630.191 |
1.704.251 |
1.744.977 |
Gastos de administración más amortizaciones |
-1.982.923 |
-3.032.088 |
-1.920.645 |
MARGEN DE INTERESES - GASTOS DE ESTRUCTURA |
-352.732 |
-1.327.837 |
-175.668 |
Ingresos netos por comisiones |
1.055.696 |
1.027.128 |
1.047.912 |
MARGEN DE INTERESES - GASTOS DE ESTRUCTURA |
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MÁS COMISIONES |
702.964 |
-300.709 |
872.244 |
Ingresos por dividendos |
285.542 |
946.162 |
776.655 |
Otros ingresos netos |
-8.354 |
13.966 |
47.730 |
MARGEN BRUTO - GASTOS DE ESTRUCTURA |
980.152 |
659.419 |
1.696.629 |
El cuadro anterior presenta unas particularidades que sin duda van a sorprender a los lectores avezados en contabilidad. La primera es que solo figura la parte superior de la cuenta de resultados, ya que por las consecuencias negativas de la pandemia del Covid19 no son comparables los resultados finales de estos periodos.
La segunda es la que las partidas no están ordenadas convencionalmente, lo que se hace para claramente poner de manifiesto un efecto contable. Hasta los años sesenta del pasado siglo, hablando de memoria, los gastos de administración y amortizaciones de los bancos se cubrían con el margen de intereses, procediendo la mayor parte de los ingresos financieros del descuento de efectos comerciales. Consiguientemente las comisiones cobradas a las empresas y los dividendos de la renta variable nutrían la mayoría de los beneficios. Por otra parte, los bancos tenían pocas oficinas y mal dotadas.
Sin embargo, si en los tres últimos ejercicios si CaixaBank no hubiera cobrado más de un billón de euros de comisiones al semestre, hubiera entrado en pérdidas y quebrado. Además, como el margen de intereses está cayendo pausada pero constantemente, no le queda otro remedio que incrementar las comisiones y reducir los gastos de personal y oficinas. Todo lo anterior indica que el CaixaBank ya ampliado no cejará en subir las tarifas de comisiones a sus clientes y cerrará oficinas y despedirá personal empeorando la atención a su clientela.
Otro aspecto cualitativo muy negativo para los clientes de la entidad fusionada es la unificación de los criterios de concesión de préstamos y créditos. Antes de la fusión una operación rechazada por Caixabank podría ser aprobada por Bankia y viceversa, posibilidad que ahora desaparece. No obstante, es difícil estimar cuantos clientes pueden resultar perjudicados por esta situación. Una vez asumido que es imposible parar el proceso de fusión, se trata ahora de paliar los efectos para las consecuencias y pymes más afectadas. Se plantean varias soluciones al respecto.
La solución más obvia, y que irremediablemente hay que descartar, hubiera sido que Bankia, en la que el Estado tenía a través del FROB el 62 % de su capital, hubiera actuado como una banca con vocación pública, estableciendo condiciones especiales para el segmento de la población más vulnerable. En este caso el Estado compensaría a Bankia por sus menores ingresos, utilizando parte de los dividendos que le correspondieran.
Otra solución, que se nos parece muy difícil, pero a grandes males grandes remedios, es nacionalizar Caixabank, para que esta, sin dejar de ser un actor más del sistema financiero, priorizara la atención a las personas de menos recursos y que sería en cierto sentido revertir la privatización de Bankia. La nacionalización se puede llevar a cabo mediante una Oferta Pública de Adquisición de Acciones o promulgando una Ley expropiatoria, en este último caso posiblemente la Ley para que tuviera plena validez legal tendría que afectar a más entidades.
Por último, y esto es lo más sencillo, la creación de una nueva entidad financiera de capital totalmente público, aunque con estatuto de banco privado, que se dedicara casi exclusivamente a atender a las necesidades de servicios de pago del sector poblacional de menos recursos. Aunque esa entidad podría ser simplemente una Entidad de Dinero Electrónico, parece mejor que fuera un banco, aunque con actividades limitadas según sus estatutos.