sábado. 20.04.2024

¿Para qué sirve la contabilidad?

Para que la universidad consiga sus objetivos de eficiencia deben desarrollarse modelos de gestión contables para calcular costes y recursos.

La Universidad es fuente de riqueza para la sociedad en tanto que potencia el capital humano. Y para conseguir sus objetivos de eficiencia deben desarrollarse modelos de gestión contables que permitan calcular efectivamente sus costes y recursos

Una lección magistral nos ha dejado el profesor Lizcano en su reciente discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, en el que aborda la importancia de la información económica, su necesidad para la mejora de la eficiencia y de la transparencia, tanto del sistema empresarial como de las instituciones públicas. La transparencia social y económica son los pilares que soportan el buen funcionamiento de una sociedad moderna, sin los que no se puede funcionar en democracia, que nos aleja de los objetivos de equidad social, precisamente porque una buena información a la sociedad evita los efectos perniciosos de la corrupción.

La ciencia, dice el profesor Lizcano, es esencial para que el progreso humano consolide el bienestar social. La faceta política de la contabilidad aplicada al coste de las universidades es un elemento clave para la transparencia, dado que el mundo académico debe ser un ejemplo de gestión. Un espejo en donde poder mirarse. Debe ser un impulso para medir los niveles de eficiencia que se traducen, fundamentalmente, en los ‘outputs’ relacionados con la formación y la investigación.

La Universidad es un centro de producción de intangibles y una fuente de riqueza para la sociedad en tanto que potencia el capital humano, elemento esencial para la anhelada competitividad de nuestra economía. Y para conseguir esos objetivos de eficiencia deben desarrollarse modelos de gestión –contables, de control y ‘accountability’– que permitan calcular efectivamente sus costes y recursos, además de servir para una eficaz rendición de cuentas. Hay que conocer costes de centros, áreas, departamentos, titulaciones, etcétera, para dar cuenta a la sociedad del empleo de sus recursos y de las carencias no atendidas. Es una radiografía de la institución universitaria en visión contable, con su debe, su haber y su déficit para cubrir objetivos legales, con lo que se consigue transparencia e información a los ciudadanos de en qué se gasta su dinero.

No olvidemos, por otra parte, que a mayor transparencia en el modelo de costes, más facilidades para obtener financiación de la UE, ya que los fondos para los proyectos exigen justificar los costes de los mismos, además de ser documento necesario para negociar con los Gobiernos autonomicos los recursos precisos para su funcionamiento. Hay que calcular los costes de docencia, de investigación, el de las distintas titulaciones, el de los créditos impartidos por cada departamento, el de los créditos matriculados y cuantos costes generan las enseñanzas. También hay que medir la eficiencia y evaluar la puntuación de los servicios en el área de la administración y servicios (PAS) el aprovechamiento de las infraestructuras, bibliotecas, instalaciones deportivas, comedores…. sin olvidarnos de la evaluación del profesorado, tanto en investigación como en docencia. La transparencia tiene que llegar también a la evaluación del alumnado, y finalmente, en el grado de excelencia de la institución en su conjunto.

El objetivo es impulsar el derecho social al conocimiento desde una Universidad abierta a su sociedad, que le aporta información y, por qué no, al ser modelo de transparencia impulsa su ejemplo ante las carencias políticas, jurídicas, económicas y técnicas del sistema. La Universidad tiene que ser modelo. En su gestión, en su organización, en su trabajo, en sus relaciones internas y externas, en su quehacer participativo entre sus miembros y en su saber convencer, con un mensaje atractivo, a todos los ciudadanos. Comunicar y recibir, de tal forma que la relación con la sociedad sea fluida e influyente.

Necesitamos una Universidad que muestre gran responsabilidad ante todos los ciudadanos, no solo de cara a ser honrados y eficaces, sino que nos vean como tales. Desde todos los ambientes se tiene que percibir un mensaje de cambio. La sociedad precisa más recursos para cubrir los servicios sanitarios, sociales, educativos, de infraestructuras y tantos otros con muchas carencias, al tiempo que hay que afrontar un plan de reindustrialización e investigación empresarial y ese esfuerzo solo se puede conseguir si somos capaces de desarrollar en la región un cambio. Un cambio que elimine barreras, ineficiencias y, sobre todo, corrupción y fraude. Según los datos conocidos, con los recursos ocultos podríamos financiar  inversiones, servicios públicos y una excelente Universidad. Y para eso sirve la contabilidad. Es una tarea de todos, un pacto de futuro en el que todas las instituciones y colectivos tienen algo que aportar. 

¿Para qué sirve la contabilidad?