viernes. 29.03.2024

¿La aporofobia un neologismo más?

Jacques Marie Émile Lacan

La palabra fobia proviene directamente del griego φóβος ου ὁ, que significa espanto, terror, miedo, temor. Las fobias en origen pertenecen al grupo de las neurosis. El término neurosis es introducido en la psiquiatría por Cullen en 1777, catedrático de medicina y química en la Universidad de Edimburgo, en su obra Firtslinesof de practiceofpsychic.

Define la neurosis como unos cuadros clínicos abigarrados, cuya principal característica es: “cursar sin fiebre y no presentar signos de inflamación ni otras lesiones tópicas”. Pero no es hasta la llegada de Sigmund Freud que se incluyan las fobias dentro de las neurosis.

Una fobia se define como un miedo irracional y persistente a un objeto, actividad o situación, es decir, a un estímulo fóbico procedente de una de estas áreas. Las fobias pueden producirse por cientos de estímulos fóbicos. Así, se puede tener fobia a animales como por ejemplo los ratones, a la sangre, a situaciones del medio ambiente como alturas, tormentas, a montar en avión, a los médicos, a los hospitales y así podríamos seguir y seguir citando ejemplos.Diferentes escuelas de la psiquiatría y la psicología han abordado la etiología de estos trastornos, como el psicoanálisis, las teorías del aprendizaje o las teorías biologicistas

La “Aporofobia”,neologismo que da nombre al miedo a los pobres, acuñado por la filósofa Adela Cortina,fue elegida palabra del año 2017 por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA.

Podríamos pensar que la aporofobia,es un neologismo más, para denominar una fobia a un sector de la población, los pobres, que existen desde que el mundo es mundo, y se debe a que algún filósofo haya querido tener su minuto de gloria. Probablemente sea así, el tiempo lo dirá. ¿Será solo un término exitoso para utilizar en el periodismo o en la filosofía, o se incorporará a la nosología psicológica?. No quisiera que estas reflexiones parecieran una crítica al nacimiento de este término o a su autor. Por eso, siguiendo con las reflexiones, me gustaría citar a Jacques Lacan (Paris, 1901-1981),psicoanalista francés de notable influencia. Basó su obra en una revisión de las teorías de Freud y fue una de las figuras más importantes del estructuralismo francés contemporáneo. A pesar de proclamar un "retorno a Freud", desarrolló un pensamiento personal y heterodoxo.

El término significante se utiliza en lingüística estructural y en la semiótica para denominar aquel componente material o casi material del signo lingüístico y que tiene la función de apuntar hacia el significado (representación mental o concepto que corresponde a esa imagen fónica). Así el significante es un fonema o una secuencia de fonemas que constituyen un signo lingüístico al asociarse con un significado. El significado, por tanto, es el contenido semántico de un signo, que está condicionado por el sistema y el contexto. El significado se establece a partir de su vínculo con el significante en el signo lingüístico.

Lacan dio una vuelta de tuerca al término significante dentro de lo teoría psicoanalítica freudiana, creando lo que el denominó lógica del significante, que entre otras muchas cosas puede ser un síntoma, un objeto, una relación o una palabra. En este contexto estructuralista parece que el síntoma aporofobia tiene sentido y por tanto su creación como neologismo.

Debido a que el concepto de Lacan puede resultar difícil de entender y aceptar, podemos decir de forma divulgativa que Lacan cree que el pensamiento de cada individuo, está constituido básicamente por significantes que cambian continuamente de significado.

Es así, que el psicoanalista debe, en muchos casos, dar mayor importancia al significante que al "supuesto" significado. Una persona durante un psicoanálisis puede usar un significante creyendo a nivel consciente que le está dando un significado. Sin embargo, muchas veces, ese significante remite, y es lo que importa, a otros significados que de momento son inconscientes.

A veces, en el inconsciente acultural de nuestra época, se atribuye a Lacan esta frase de: “Lo que no se nombra no existe”, de George Steiner. Pero ¿existe todo lo que se nombra? El pensamiento mágico confluye aquí con el racionalismo más estricto. Dese esta óptica, permítanme que dude que la creación del término aporofobia triunfe.

¿La aporofobia un neologismo más?