viernes. 29.03.2024

Gamonal y el misterio de los números

Los números siempre han estado envueltos por un halo de misterio que les convierte en defensores de secretos iniciáticos velados para la mayoría de los mortales...

Los números siempre han estado envueltos por un halo de misterio que les convierte en defensores de secretos iniciáticos velados para la mayoría de los mortales. Así fue desde el esoterismo filosófico de los pitagóricos o los estudios cabalísticos de Abraham Abulafiah y Moisés ben Sem Tob en la Península Ibérica del siglo XIII, hasta esas inevitables cuenta atrás que aplicamos tanto a los vuelos espaciales con los que descifrar las incógnitas del cosmos, como a los últimos latidos del corazón que nos sitúan a las puertas del enigma de la vida.

Ahora, los grandes tecnócratas de Bruselas han descubierto que muchos de los problemas económicos que hasta ahora más nos obsesionaban, no dejaban de ser caprichosos juegos numéricos, prestidigitaciones estadísticas capaces de ser superadas contando con los dedos. Por lo pronto vamos a ver cómo se aleja la agónica recesión que veníamos arrastrando y cómo la asfixiante presión que ejercía la deuda pública comienza también a relajarse un poco. Y ello no se deberá a las continuas vueltas de tuerca que nos ha estado aplicando el gobierno, la troika y el FMI en el potro de tortura a nuestros derechos y prestaciones, sino a un mero cálculo matemático.

Esto es así, al parecer, gracias a los cambios propuestos por los expertos a la hora de estimar el Producto Interior Bruto. De este modo, Mariano Rajoy, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos podrán darse el gustazo de comprobar como el PIB español experimenta de golpe un incremento del 2% gracias a las modificaciones introducidas por estos cabalistas del ajuste presupuestario. Aumento que, de rebote, permitirá rebajar esa incidencia negativa de la deuda que tanto obsesiona a los listillos que aprobaron la carrera copiando los apuntes de la Escuela de Chicago.

La fórmula no puede ser más sencilla. Se trata de mover unos pocos datos de un casillero de la contabilidad a otro. En concreto, si hasta ahora el dinero destinado a I+D y Defensa era incluido en las partidas de gasto, a partir de ahora se incluirá en el apartado de inversiones. Y todos tan contentos. Es cierto que, por lo que respecta al I+D, el impacto de la medida en España será más que limitado, a no ser que el ministro Wert consiga que se incluya en esa partida, como inversión privada, el coste de los billetes de avión que los jóvenes investigadores están pagando para dejar el país.

Sin embargo, con la tradicional inclinación castrense demostrada por la derecha patriótica, el margen de actuación que se abre en el caso de la defensa, puede ser impresionante. Aunque, según se queja la plana mayor militar, los recortes sufridos han obligado a imponer tantas medidas de ahorro que ya no tienen ni luz suficiente para que el Rey lea sin errores su discurso el Día de la Pascua Militar, en el gobierno se muestran optimistas y no sin razón. Al fin y al cabo, pese a sus veleidades por Oriente Medio de las últimas décadas, si existe un enemigo por antonomasia para la derechona más rancia, ese no es otro que el enemigo interior. Por ello lo importante ahora es lograr que los gastos en orden público puedan incluirse entre las “inversiones” en Defensa. De este modo, si el año pasado, antes de que la UE cambiara sus criterios estadísticos, don Mariano casi multiplicó por 20 el dinero destinado a la compra de material antidisturbios, imaginemos qué puede hacer ahora que Gamonal se ha colado en el imaginario contestatario colectivo. Porque el presidente ya ha dejado claro que nos sacará de la crisis. Aunque sea a la fuerza.

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