martes. 19.03.2024

Y colorín, colorado…

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Parece que estamos a punto de acabar, queda apenas un mes y el cuento, el sainete, o la ópera trágica llega a su fin. Además parece que tiene muy mala pinta, al menos para la izquierda y que el final no va a ser feliz.

Uno que no es Nostradamus, aunque acierte bastante porque observa, escucha a la gente e intuye, lo percibe así. A menudo la intuición es más importante que las los estudios demoscópicos, o los sesudos análisis de los gurús de turno, pero lamentablemente está, también como otras muchas cosas de valor en la política, en vías de extinción.

Ahora que estamos en privado les comentaré lo que creo que va a pasar:

Podemos va a forzar la máquina hasta última hora pensando que el PSOE al final se quebrará. El señor Gentili susurrará al oído del jefe, que los socialistas no se atreverán a utilizar el mecanismo de las elecciones anticipadas, porque considerarán que los electores de izquierdas les acusarán de romper la baraja y les castigarían.

La percepción social es que ellos tienen más facilidad para hacerlo y además en estos meses a VOX ya no se le percibe como un peligro sino que cada vez más está integrado en el sistema. Ese elemento que movilizó a una parte del electorado de izquierdas ha dejado de existir, o al menos se ha atenuado

En el PSOE mientras, como los oráculos, especialmente los de Redondo y Tezanos, dicen que es mejor ir a nuevas elecciones porque arrasarán, tampoco les va a interesar llegar al pacto. Además darán el mismo argumento de culpabilización pero justo al revés.

Vistas así las cosas se llevará la situación al límite y se nos irá el tiempo, sonará la campana entre dimes y diretes y habrá elecciones el 10-N.

La izquierda siempre tan cainita y gilipollas (con perdón).

Reconozco no entender el por qué de la insistencia de Podemos para entrar en el gobierno. Con la que nos espera en el futuro inmediato no parece lógico y más aún teniendo en cuenta que en los de coalición siempre sale perdiendo el partido más débil y vulnerable, como recientemente le pasó al SPD en Alemania.

Tampoco por estas mismas razones que el PSOE no lo acepte. Así, si las cosas salen mal dadas se reparten la responsabilidades y si salen bien siempre el activo se lo lleva el Presidente del Gobierno y el partido mayoritario.

¿Si alguien de la base lo ve cómo es posible que los sesudos de la élite no lo hagan también?

Sólo podría explicarse esta anómala situación si ambos estuvieran pensando más en la batalla del relato, en que sea el otro el que resulte ser el culpable del fracaso, que en proponerse en serio a gobernar juntos.

Pero la intuición de nuevo hace percibir, que si vamos a elecciones una parte de ese electorado de izquierdas que el pasado 28-A votó en masa ilusionado, el sector menos militante y sectario, se quedará en casa o hará voto nulo introduciendo ambas papeletas, PSOE y Podemos, rotas en mil pedazos como mensaje de protesta.

Para entonces el escenario internacional será mucho más complejo con el Brexit agravando la situación, lo mismo que el interno porque ya se conocerá la sentencia del Procés y sumados al económico con la recesión llamando a la puerta llegando de Alemania, terminará de cuadrar un panorama diabólico. 

En este escenario apocalíptico es donde mejor se mueve la derecha, que además se ha recompuesto en este tiempo, como se ha demostrado en los diferentes acuerdos a los que ha llegado en Madrid, Murcia o Castilla y León.

La percepción social es que ellos tienen más facilidad para hacerlo y además en estos meses a VOX ya no se le percibe como un peligro sino que cada vez más está integrado en el sistema. Ese elemento que movilizó a una parte del electorado de izquierdas ha dejado de existir, o al menos se ha atenuado.

¿Qué pasará por tanto ese 10-N?

Las previsiones y la intuición indican que Podemos se llevará una bofetada histórica, el PSOE crecerá porque recogerá una parte pequeña de esa pérdida, VOX y Cs perderán y PP lo recogerá y algo más debido a la ineptitud de esa izquierda incapaz de rentabilizar los resultados del 28-A.

La suma de las izquierdas bajará y es probable que la de las derechas, PP, Cs y VOX les supere.

Para entonces el independentismo catalán estará muy enfadado debido a la sentencia del TS. Ya no habrá disposición a favorecer un gobierno de izquierdas y se encontrará pertrechado con armas y bagaje dispuesto a la pelea para vengarse.

Después de un breve periodo de tiempo PP, Cs y VOX se pondrán de acuerdo con UPN, CC, y PRC, incluso con PNV y accederán al gobierno.

Las izquierdas estaremos una temporada a guantazos echándonos la culpa del desaguisado unos a los otros y separados por una grieta irreparable.

Por otro lado Iván Redondo fichará como asesor de un Casado Presidente y Pablo Gentili se irá a Argentina para colaborar con Alberto Fernández y el clan de los Kirchner.

Conclusión... al menos 8 años de machaque a las clases menos favorecidas, mientras yo diré que tenía razón. Pero…¿y qué? Después dedicaré unas semanas a lamerme las heridas, molesto porque no se me hizo caso. 

Eso sí los palmeros de ahora desaparecerán y a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias les lloverán las críticas de los ahora leales suyos, incluso de los suyos, suyos y como se dice coloquialmente “les correrán a gorrazos” hasta Algeciras.

Algunos, pocos, los más sensatos, lamentarán la ocasión perdida.

Y colorín colorado… este cuento se habrá acabado.

Veremos…

Y colorín, colorado…