viernes. 29.03.2024

La gran oportunidad de la izquierda

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La izquierda española tiene su gran oportunidad de demostrar la eficacia de sus políticas para el bien común de la ciudadanía. A favor tiene la empatía que se detecta entre sus dos líderes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en contra su ancestral espíritu cainita y autodestructivo

Después de una larguísima campaña electoral de más de dos años y tras los sobresaltos de las últimas generales que afortunadamente se superaron sin grandes heridas, llega ahora la oportunidad para las izquierdas de rematar la faena.

En estas elecciones europeas, municipales y autonómicas tienen la oportunidad de confirmar que el mapa de este país se tiñe de rojo de manera definitiva. 

Ante una derecha confrontada y dividida ahora la historia se da la vuelta y en el seno de la izquierdas, con tensiones y algún que otro error, se vive un momento de idilio y comunicación. 

Esas diferentes izquierdas van a tener ocasión de aprobar su reválida y confirmar que el entendimiento demostrado en los últimos días, culmina con el acceso a la gobernabilidad de la mayor parte de las comunidades autónomas y municipios importantes. 

Las claves, los lugares donde esa batalla va a ser más dura van a ser Madrid y Barcelona capital, Madrid, Valencia, Castilla la Mancha y Extremadura comunidades y probablemente otros lugares como Asturias, Baleares y Canarias.

Ahí esas izquierdas estatales, PSOE, Podemos y sus confluencias tendrán que dar un recital de audacia y generosidad para llegar a acuerdos y evitar que la derecha unida pueda imponer su modelo de sociedad.

Quedará para el futuro inmediato que ese entendimiento se pueda extender al resto de las izquierdas, las periféricas de ERC, Bildu y BNG, con las que será necesario acordar no sólo para aplicar políticas progresistas para esos territorios, sino también colaborar en solucionar las viejas tensiones centro-periferia que nos impiden avanzar.

Esa es una asignatura aún pendiente en el seno del PSOE, ver a Bildu como una fuerza política con la que se puede pactar una vez desaparecida ETA y con ERC si son capaces de buscar una solución, legal pero consensuada, a la actuales tensiones con Catalunya. Un acuerdo imprescindible para un desarrollo pacífico y armónico del país.

Esa será la tarea inmediata, porque conseguir gobiernos estables en municipios y autonomías debe hacerse en un breve espacio de tiempo, para posteriormente dedicarse a diseñar esa posibilidad cada vez más real de constituir un gobierno de coalición de izquierdas.

La presión intolerables de las derechas sobre el PSOE tras las elecciones del 26-A, sumado a la sensatez que en esta ocasión impera en Podemos favorecen esa posibilidad. 

Sería un gobierno más fuerte y permitiría explorar una experiencia de colaboración de las izquierdas ejerciendo el poder. Una propuesta muy interesante de cara a los grandes retos que se nos abren en el futuro próximo.

Convendría recomendarles que graben en su cerebro dos frases: “divide y vencerás” y “la unidad hace la fuerza”.

La izquierda española tiene su gran oportunidad de demostrar la eficacia de sus políticas para el bien común de la ciudadanía. A favor tiene la empatía que se detecta entre sus dos líderes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en contra su ancestral espíritu cainita y autodestructivo. Esperemos que lo primero se imponga a lo segundo.

Para ello será imprescindible no mirarse como contrincantes electorales y  debe ser posible ahora que tenemos un largo periodo de cuatro años sin contiendas, a excepción de si se producen como parece probable elecciones anticipadas en Euskadi y Catalunya y las ya previstas de Galicia.

Estaría bien que ambas fuerzas pactaran un compromiso de no agresión durante esos periodos, que no pusiera en peligro sus acuerdos en el resto, especialmente en el gobierno del estado.

Se abre así un periodo nuevo e ilusionante para las izquierdas, su gran oportunidad de liderar un proyecto que pueda servir como ejemplo para el resto de Europa. Un proyecto que sea capaz de aplicar políticas progresistas y al mismo tiempo busque soluciones al conflicto con Catalunya y a la demanda del derecho a decidir.

Van a necesitar altas dosis de audacia, imaginación y especialmente generosidad, pero vale la pena intentarlo. Millones de personas de este país lo están esperando y demandando.

Ojalá sean capaces de conseguirlo.

Veremos…

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