El sabio aforismo ‘resiste y vencerás’ jamás se ha personificado tan bien en España como en la figura de Rajoy
De Pep Guardiola a Luis Enrique. De la cuarta a la quinta Copa de Europa. Del doblete de 2011 al triplete culé de 2015. De la agonía del zapaterismo a la de Rajoy. De un cambio en el mapa electoral que nos trajo la oscuridad… A otro que significa la esperanza de millones.
Cuatro años muy largos en España, en los que parece que sólo Messi sigue igual. Un período en el que quienes acamparon en Sol durante la primavera de 2011 a partir del próximo 13 de junio entrarán en las instituciones por los méritos propios y gracias a la pésima gestión del heredero político de José María Aznar. A quien Rajoy aspira igualar en soberbia. En septiembre, noviembre, diciembre o enero de 2016 el presidente recibirá el tercer y definitivo revés. No por su déficit en comunicación, que también, sino por las pesadas medallas que aguanta el cuello español. Presea de oro europea, compartida con Grecia, en paro juvenil; plata en la categoría de pobreza infantil; y bronce en la de pobreza laboral.
En el país de la ‘recuperación económica’ sólo crecen los ricos y las cifras de miseria. Siete millones padecen la pobreza energética, 7.000 personas fallecen al año por no vivir en un hogar acondicionado a las duras condiciones del invierno, y desciende la esperanza de vida. Y claro: pasa factura. El descalabro del PP en Galicia según Alberto Núñez Feijó se debió a los 100.000 de la región que por fallecimiento no votaron en estas elecciones. De los más de 500.000 jóvenes migrantes expatriados por el gobierno central no se acordó el presidente de la Xunta. A la mayoría de ellos se les privó con alevosía del derecho al voto. Con tales problemáticas, que la capacidad adquisitiva de los españoles haya bajado un 13 por ciento desde que el FC Barcelona ganase su tercera Copa de Europa hasta 2013 queda en un segundo plano.
Aun así la tenacidad de Mariano es admirable. El sabio aforismo ‘resiste y vencerás’ jamás se ha personificado tan bien en España como en la figura de Rajoy. Pero esta vez el estoicismo no librará al presidente de acompañar a Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal, León de la Riva, Rita Barberá y Alberto Fabra al panteón popular. Antes pasará por su otoño más duro desde que entrase en la Moncloa. Las mareas internas y externas no amainarán ni triturando papeles, ni aunque los ayuntamientos se incendien. El cambio viene, y en España sólo seguirá igual Messi. Y no hay talento similar para la política tampoco en las filas populares.