jueves. 25.04.2024

Presidente por accidente IV

La gran ola del viernes dejó los acontecimientos pasados en meras marejadas y rompió definitivamente el tablero de la política española.

La gran ola del viernes dejó los acontecimientos pasados en meras marejadas y rompió definitivamente el tablero de la política española en el que se jugaron todas las partidas desde 1977. La primavera democrática de 15 de mayo de 2011 expuso que había otras maneras de hacer política en España y canalizar el descontento. “No somos mercancía en manos de políticos ni de banqueros”, “no hay pan para tanto chorizo” fueron afirmaciones elocuentes en su pronunciamiento y explicación para impugnar el consenso del 78. Después llegaron el resurgir de la Plataforma Afectados por la Hipoteca, el goteo constante de la acción de las mareas blanca y verde; las Marchas de la Dignidad con el grito al unísono de “pan, trabajo  y techo”; la irrupción de Podemos como actor protagonista en la política española; la Marcha del Cambio… Y el cambio.

Madrid, Zaragoza, Barcelona, Cádiz, A Coruña, Valencia, y Santiago de Compostela se regeneraron democráticamente en las históricas elecciones municipales de 2015; y quienes ocuparon las plazas en 2011 entraron cuatro años más tarde a consistorios, cámaras regionales, y al Congreso de los Diputados. Su mérito: interpretar el 15M… Y algo más.

El pasado 22 de enero llegó la novena ola. La propuesta de Pablo Iglesias, no exenta de una vanidad innecesaria por parte del secretario general de Podemos, hizo saltar por los aires las estrategias de quienes aspiran a postularse. A la formación morada le ha bastado aplicar el quien golpea primero, golpea dos veces;  y explicar que algo ha pasado después del 20 D en España: para asestar el golpe de gracia al PSOE.  Sin duda el  partido de las oportunidades desaprovechadas. 

Proponer una segunda versión de los Pactos de la Moncloa después del tremendo órdago lanzado por Iglesias  y los acontecimientos del último lustro, revelan la incapacidad del Partido Socialista.  Pedro Sánchez en su comparecencia del viernes ni siquiera mostró su aspiración a chupar rueda tras el descarado ataque por parte de quien tiene el nombre y apellido del fundador de su partido. “Sólo le falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo” decía  Gaspar Melchor de Jovellanos. Iglesias sin duda exprimió el suyo para el demarraje.

Ojalá el tiempo fuera el mejor autor que siempre encuentra un final perfecto como creía Charles Chaplin. Destino sin sonrisa para Sánchez en el impredecible escenario español, que ofrece una nueva versión de la saga Presidente por accidente, 100 por 100 producción nacional. En esta ocasión con más incertidumbre que las entregas anteriores. 

Apasionante para quienes poblaron las plazas, y los votantes del PSOE.

El éxito en taquilla está asegurado.

Presidente por accidente IV