jueves. 25.04.2024

Catalanomanía

Ganaron Ciudadanos y la CUP, perdieron Mas y Rajoy; el PSC superó sus pobres expectativas y Catalunya Sí Que Es Pot decepcionó.

Los catalanes, aunque no se lo han preguntado en estas votaciones, presumiblemente no quieren la independencia, aunque seis de cada 10 votantes está a favor del derecho de autodeterminación

“¿Qué se habla en los bares de Madrid sobre Cataluña?”, me  preguntaron el pasado lunes los compañeros del espacio colombiano Revista de La Mañana, el informativo de Laud Estéreo. Lo hicieron tras mi tentativa de explicar en antena las posibles actuaciones postelectorales de las seis fuerzas que obtuvieron representación. Sin que mi mejorable dicción y dificultad a la hora de sintetizar sirvan de excusa… resulta harto complicado explicar  los resultados de los comicios, los antecedentes y las hipótesis futuras en 30 segundos a la audiencia de otro país.

Ganaron Ciudadanos y la CUP, perdieron Mas y Rajoy; el PSC superó sus pobres expectativas y Catalunya Sí Que Es Pot decepcionó. Los catalanes, aunque no se lo han preguntado en estas votaciones, presumiblemente no quieren la independencia, aunque seis de cada 10 votantes está a favor del derecho de autodeterminación. La  baja presencia de mujeres en el Parlament -menos de un 40 por ciento - nos sonroja, más cuando sólo había una candidata entre las fuerzas con posibilidad de representación, y su perfil corresponde al del patriarcado.

El consenso constitucional del 78 se ha roto en Cataluña y el próximo gobierno español en 2016 deberá abordar la reforma de la Carta Magna como punto de partida... o de llegada. Independientemente de los resultados de los cuatro partidos que salen a ganar las próximas elecciones generales, una vez abierto el melón catalán, habrá que buscar respuestas a otras preguntas: ¿Por qué el 40 aniversario de los fusilamientos de José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot y Ángel Otaegui se conmemora casi en la clandestinidad? La impunidad de la que aún gozan los autores y colaboradores de este quíntuple crimen, es propio del segundo país con más desapariciones forzadas del mundo cuyos restos no han sido recuperados. Nos supera Camboya.  Para los acólitos de los verdugos no hay Ley Mordaza, pueden ocupar la Puerta del Sol sin autorización, nadie los identifica, ni les multa como sucedió el pasado fin de semana en Madrid. ‘La Ley de Seguridad Ciudadana’ no sanciona exhibir símbolos fascistas, franquistas, que inciten al odio.

¿Por qué seis de cada 30 estudiantes la de ESO en España presentan carencias económicas severas? ¿Por qué cerca de dos millones de parados no reciben ningún tipo de prestación? ¿Por qué el 30 por ciento de los ciudadanos se halla en riesgo de exclusión social?...  El gobierno central amenaza con el aquelarre independentista, pero esta cortina de humo tendrá el mismo éxito que la reclamación de un millón de euros al bloguero que insinuó que Gasol se dopa. Imputar a Artur Mas tampoco salvará a  Rajoy, pese a que dicha acción se haya preparado más tarde para no interferir en las pasadas elecciones catalanas. 

Mientras tanto, Barcelona se prepara para acoger a 1200 refugiados y Madrid suspende el ERTE de las empresas encargadas de la limpieza, incorporando a  500 trabajadores más para desinfectar la capital.

De todo ello se habla en los bares madrileños. Y como en el Parlament, la cantidad de mujeres entre la clientela baja del 40 por ciento. Así estamos.

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