viernes. 19.04.2024

Los amigos no asesoran

Hace dos décadas para los adolescentes Felipe González era el presidente eterno. No habíamos conocido otro jefe del Ejecutivo.

Hace dos décadas para los adolescentes Felipe González era el presidente eterno. No habíamos conocido otro jefe del Ejecutivo, e incluso los más despistados quinceañeros creían que el PSOE se había convertido en la versión española del PRI, como apuntaban los medios de comunicación conservadores tras las elecciones de 1993.

Eran los años de los casos Ibercop y Roldán, que junto a otros muchos, dejaron como una anécdota las triquiñuelas de Juan Guerra. Se hizo público el secreto a voces de la implicación directa del PSOE en el terrorismo de Estado. Julio Anguita predicaba en el desierto para algunos, mientras a juicio de otros difamaba a González: “Por acción u omisión consciente, es la X de los GAL”. Los hoy un día maduristas y otro estalinistas de CiU sostenían entonces el gobierno de Felipe;  y el Rey de España - en la actualidad sin corona pero con aforamiento - veraneaba en Mallorca.

Todo se le perdonaba al sevillano por el sofisma que el grupo PRISA construyó. Capaz de atribuir al PSOE la consecución de la sociedad del bienestar, y la modernización de España.

En el otro lado del hemisferio Fernando Henrique Cardoso gobernaba Brasil, Ernesto Samper, Colombia; Rafael Caldera, Venezuela; Carlos Saúl Menem, Argentina; Zedillo, México y Fidel Castro, Cuba. Por comparación con sus homólogos… y algo más: se construyó la imagen de González como la del estadista que nunca fue... también en el exterior.  Cuatro lustros después, la llegada de gobiernos progresistas a América Latina ha reducido al ex presidente español a mera anécdota. Sólo en México y Colombia, países en los que las élites se mantienen intactas, González tiene algo de acogida.

Ahora quien fuera íntimo amigo de Carlos Andrés Pérez, toma a Nicolás Maduro y al país que gobierna como los causantes de todos los males en la faz de la tierra. También en Catalunya. Para Felipe el presidente de Venezuela es como Mas, y el país caribeño además de un territorio peor que el Chile de Pinochet, es el paraíso podemita. Sin embargo, el hombre que pudo volar la cúpula de ETA, dijo no y no sabe si hizo lo correcto se ausenta en la lucha contra La Ley Mordaza, y no se pronuncia sobre el suspenso de España en el examen de derechos humanos de la ONU.

Tampoco el ex consejero de Gas Natural, poseedor de la nacionalidad colombiana, lucha por los derechos humanos en su segunda patria. Trabajo no le faltaría. Colombia es el segundo país con más desplazados del mundo después de Siria; territorio con más de 45.000 desapariciones, y 400.000 refugiados. Más de 220.000 muertes se ha cobrado la guerra no declarada en el país donde más se violan los derechos humanos de Suramérica.

González no pone el foco en la nación de otro de sus íntimos amigos, el segundo hombre más rico del mundo. En México desde 2006 se han asesinado a más 123.000 mexicanos, la tortura se ha multiplicado por 600 y hay más de 23.000 desaparecidos.  

Felipe no tiene freno y nadie se lo pone en su partido. Completó la semana con la enésima barbaridad dialéctica en su haber: mezcló el derecho de autodeterminación con Stalin.

“Ante la configuración del Estado español, integrado por diversas nacionalidades y regiones marcadamente diferenciadas, el PSOE manifiesta que la definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español”. ¿Esta resolución del histórico Congreso de Suresnes bebía de las fuentes de Ios escritos de Stalin?

Felipe González no desvaría. Forma parte del proyecto del PSOE. Por eso el secretario general Pedro Sánchez; y la baronesa Susana lejos de apartarse, abrazan constantemente a su padrino político en cada mitin. Si lo hacen por aprecio personal, deberían tomar nota de Carlos Slim: “Los amigos no asesoran”.

Los amigos no asesoran