jueves. 28.03.2024

El cuatrienio negro de Rajoy

Por mucho que Rajoy se empeñe en que nos ha librado del rescate, lo que ha hecho ha sido disfrazarlo en el rescate bancario, que lo estamos pagando todos.

Rajoy inició su mandato proclamando una mentira sobre el gobierno de Rodríguez Zapatero. Es cierto que éste debería haber mostrado su desacuerdo con las medidas impuestas por la Unión Europea, y convocado elecciones. Pero no se le puede acusar de ser el causante de la crisis financiera como Rajoy pretende hacernos creer, ya que él sabe de sobra que su postulado es falso.

La crisis es financiera y globalizada. Y la especulación de bancos y de usureros se valió del producto inmobiliario, rompiendo todos los principios de prudencia, para hacerlo asequible mensualmente a los adquirentes de vivienda, y para hacer que éstos estuvieran toda la vida pagando –con la hipoteca- el coche, los muebles y algunas cosas más. Y falseando la tasación de las viviendas para simular un valor de los activos hipotecados, creando su propia ruina al inventar por ese procedimiento los activos basura.

Es cierto que hubo un movimiento de Zapatero para librar de la quema a los bancos en un momento en el que el pánico de los banqueros –y no estamos hablando de las cajas de ahorro- le arrastró a salvarles el pellejo a nivel de Estado, cuando el tema tendría que haberse resuelto en el contexto del sistema bancario europeo, ya que no solo eran los bancos españoles, sino también los alemanes, los franceses y los británicos, los que estaban implicados en aquella operación. Estamos hablando de los primeros momentos de la crisis.

Rajoy se agarró a la “herencia recibida”, ocultando que aquella herencia procedía de la ley del suelo del 99 que promulgaron el gobierno Aznar y la mayoría parlamentaria del PP, de los que él mismo formó parte. Y gobernó, en una buena medida por decreto-ley, con unos resultados que es conveniente recordar con claridad a la hora de reflexionar sobre el voto que hemos de emitir el domingo 20 de diciembre.

Es aterrador ver juntos los resultados del gobierno de Rajoy, que nos llevan a definir su mandato con un calificativo que pasará a nuestra historia democrática como el cuatrienio negro. La limitación de los derechos civiles y sociales jamás fue tan pronunciada desde 1977. Y para eso no tiene coartada en la crisis financiera. Ni siquiera en las prestaciones sociales, ya que cualquier gobernante responsable, precisamente en época de crisis trata de mitigar el sufrimiento de la población.

Entre 2011 y 2015 la población española se reduce en un 0,89%: 420.000 personas, que huyen de la quema y buscando subsistencia. Rajoy en el gobierno y el PP en el Parlamento han intentado vendernos una reforma laboral bajo el pretexto de incentivar la creación de empleo. Pero lo que han logrado ha sido un empobrecimiento de los trabajadores, de la Seguridad Social y del Estado. Y la creación de un ejército no solo de parados, sino de trabajadores más vulnerables y sumisos. Mucho se ha hablado de la reforma laboral, que no solo ha abaratado el despido (20 días por año de antigüedad), sino que ha eliminado en gran medida la obligación de justificarlo. Ha desarticulado la fuerza de la negociación colectiva, y ha facilitado la movilidad funcional y geográfica. En definitiva, ha precarizado a la clase trabajadora y degradado su dignidad. Y todo ello para lograr 241.000 empleos más que en 2011 y 21.000 afiliados más a la Seguridad Social.

Pero veamos algunas cifras que hablan por sí mismas:

 

2011

2015

VARIACIÓN %

POBLACIÓN ACTIVA

23.081.200

22.899.500

-0,78%

PRODUCTO I BRUTO

1,116 BILLONES €

1,070 BILLONES € (2014)

-4,12%

RENTA PER CAPITA

22.900 €

22.780 € (2014)

-0,52%

TASA DE ACTIVIDAD

59,93%

59,50%

-0,71%

DEUDA PÚBLICA

69,5%/PIB

100,3%/PIB

+44,31%

Por mucho que Rajoy se empeñe en que nos ha librado del rescate, lo que ha hecho ha sido disfrazarlo en el rescate bancario, que lo estamos pagando todos. Y como los bancos no están arrimando el hombro con el crédito a las empresas y a las familias, el empobrecimiento de la ciudadanía es evidente. Y el del Estado es escandaloso: un 44,31% de incremento de la deuda pública es más que expresivo.

Presume Rajoy del crecimiento económico, que no podemos negar. Y de la creación de empleo. Pero a la hora de traducir ambos parámetros a la realidad cotidiana nos encontramos con que los ciudadanos no encuentran un reflejo adecuado en sus vidas:

 

2011

2015

VARIACIÓN %

OCUPADOS

17.807.500

18.048.700

+1,35%

DESEMPLEADOS

5.273.600

4.850.800

+8,01%

HORAS TRABAJADAS

8.086.831

7.856.578 (2014)

-2,84%

AFILIADOS A LA SEGURIDAD SOCIAL

17.229.922

17.208.793

-0,12%

RECAUDACIÓN MEDIA MENSUAL S.S

8.700 MILLONES €

8.300 MILLONES €

-4,59%

FONDO DE RESERVA SEGURIDAD SOCIAL

65.830 MILLONES €

34.221 MILLONES €

-48,01%

La baja calidad del empleo creado (por cierto solo un 1,35% más que hace cuatro años) queda bien reflejada en la disminución de las horas trabajadas (un 2,48% menos que en 2011), y en la recaudación por cotizaciones a la Seguridad Social: un 4,59% menos que en 2011. Pero es que tampoco se encuentra una mejoría cuando quedan 1.572.900 hogares con todos sus miembros activos en paro. Y cuando hay 13,6 millones de personas (un 29,2% de la población total) que se encuentran en situación de riesgo de pobreza.

Si a todo esto añadimos que 3,8 millones de parados no tienen cobertura ni ayuda (datos de abril de 2015), que cientos de miles de jóvenes han tenido que irse a buscar la vida fuera de España, y que los presupuestos de 2015 para servicios sociales y promoción social son un 22,92% más bajos que los de 2011, podemos completar el cuadro de los resultados de la gestión llevada a cabo por Mariano Rajoy. Y eso sin irnos a Génova a ver cómo machacaron a martillazos los ordenadores solicitados por un juez, o cómo tuvo que entrar la policía a recogeré en un largo registro la documentación que le negaron al juez. O cómo circulaban sobres para gratificar con sobresueldos o para pagar en negro las obras de remodelación.

Podríamos alargar con muchos más datos de los obligados recortes (ratios de médicos y enfermeros de la Sanidad pública o de profesores de la Enseñanza pública) este inacabable túnel negro, que parece llevarnos a una situación continuada de una crisis que las políticas de Rajoy –siguiendo el dictado de la derecha europea- parece que han determinado que ha llegado para quedarse. Y para dejarnos atrapados en ella, porque a alguien le conviene. Ese alguien que mueve los hilos de un capitalismo financiero especulativo –creador de ricos pero no de riqueza-, que acecha para intentar la privatización de un bien público como es nuestro Estado Social, que ha sido levantado por el esfuerzo y el trabajo de una generación entera.

Estamos en plena reflexión antes de entregar nuestro voto. Deberíamos considerar con sumo cuidado no solo no seguir alimentando esta negra situación, sino cómo hacer que nuestra participación del próximo domingo, y la eficacia de lo que apoyemos, sea capaz de hacer cambiar el rumbo de este viaje hacia el abismo.

El cuatrienio negro de Rajoy