jueves. 28.03.2024

Es la crisis social, estúpidos

Os escuchamos a todos vosotros en la campaña electoral hablando de Cambio, diciéndonos que ese cambio era perentorio.

Mirad, amigos: tenéis que poneros cuanto antes a arreglar esto. Os escuchamos a todos vosotros en la campaña electoral hablando de Cambio, diciéndonos que ese cambio era perentorio. Y ahora os encontramos, mesa sobre mesa, rueda de prensa sobre rueda de prensa, buscando escrupulosamente ese pelillo que pensáis que tenéis en la lengua, y tratando de aparecer ante nosotros a cuál más puro, a cuál más cargado de razón, a cuál más realista… Y la casa por barrer.

Sabéis mejor que todos nosotros que las malditas recetas interesadas y rutinarias de la troika y de la ambición conservadora han puesto a España al borde del abismo: el abismo de una crisis social no solo presente, sino continuada y de futuro. Todos vosotros, de una forma o de otra, nos habéis hablado de ella durante la campaña. Y os hemos dado nuestros votos. Votos con diferencias y matices, pero coincidentes en el ansia por el Cambio, coincidentes en la necesidad de una rectificación del rumbo que detenga la crisis social y que traiga una política capaz de ponernos a trabajar por superarla. Exactamente, la suma de 15.143.916 votos, que suponen el 59,73% de los emitidos. El 61,14% si añadimos los de PNV y otros que también se han manifestado por el cambio.

Y ahora es vuestro turno. Los de la generación anterior a la vuestra ya hicimos nuestro trabajo, poniendo en pie, mal que bien, un Estado Social de Derecho que ahora casi todos reivindicamos. Cometimos muchos errores, pero supimos irnos entendiendo para sacarlo a flote, triplicando la renta per cápita, universalizando la Sanidad y la Enseñanza, incrementando la Igualdad, y modernizando un país del que es cierto que algunos se han aprovechado de modo miserable. Pero ahora es vuestro turno.

No os vamos a recordar los tópicos de que lo mejor es enemigo de lo bueno, ni de que la política es el arte de lo posible. Nos basta con deciros que os hemos dado un mandato para que comencéis a poner remedio a este desaguisado. Con los mimbres que tenéis, que son, ni más ni menos, aquellos puntos de coincidencia entre todo lo que nos habéis prometido en campaña. No os vamos a pedir más. Pero tenéis que ganaros la talla de líderes sabiendo encontrar las confluencias. Porque por encima de los programas de cada partido, y por encima de las legítimas aspiraciones de poder, hay algo muy importante que está lacerando las carnes del país: una terrible crisis social que tiene a más de la cuarta parte de nuestra población más allá del borde de la pobreza.

Hay tres frentes clave que unos líderes de verdad tienen que acometer de modo ineludible:

Echar abajo aquellas leyes retrógradas del cuatrienio negro de Rajoy. Esas leyes que os juramentasteis para derogar, en aras de rescatar el Estado Social de Derecho.

Poner en marcha de modo perentorio unas políticas de emergencia para hacer frente a la crisis social. ¿Es que ya os habéis olvidado de que unos y otros habéis presentado ante el Congreso de los Diputados medidas en este sentido? ¿Pues por qué no las juntáis y las ponéis a funcionar? Todos sabemos que no son tan dispares. Y tras de eso, tenéis la obligación de activar unas políticas que generen empleo digno y productivo; que acaben con el contradiós de miles de viviendas vacías en el desván de activos tóxicos de los bancos, y con las leyes hipotecarias que lo permitieron; que terminen con la usura que ha quedado en evidencia durante este cuatrienio, en el que un puñado de especuladores,  denominados eufemísticamente “capitalismo financiero”, se ha enriquecido exponencialmente mientras la mayor parte de la población se empobrecía.

Y defender con firmeza en Europa la convicción de que lo prioritario es acometer la crisis social. No solo en España, sino en Europa. Esa Europa que hemos de contribuir a que rectifique también su rumbo hacia el horizonte social y solidario que antaño se había marcado, pero que ha sido alterado por quienes creían que podían tomar al asalto el Estado de Bienestar para rentabilizarlo privadamente. Esa Europa fracasada si no es capaz de restablecer unas pautas sociales y solidarias, para su propia población, y para los miles y miles de aspirantes a refugio que nos son enviados por las guerras generadas por las armas que hemos vendido de antemano…

Disculpad la soflama, y no nos tachéis de utópicos ni ingenuos. Es que nos estamos poniendo de los nervios al veros cómo os jugáis a los dados lo que consideráis cuotas de poder, y cargos, y primacías partidarias, justo al borde del abismo. Sin tomar cuenta de que tenéis la enorme responsabilidad de asumir de manera solvente el relevo generacional para construir eso que llamáis, y llamamos, la segunda Transición. Hacedlo juntos, y os apoyaremos con todas nuestras fuerzas.

Es la crisis social, estúpidos