jueves. 18.04.2024

Qué significa cerrar un instituto en un barrio

Los centros públicos en la Comunidad de Madrid (así como en Andalucía o muchas otras Comunidades Autónomas) corren grave peligro. Están heridos de muerte por las administraciones que pretenden arrancarlos de los barrios para dar prioridad a los concertados y así aliviar la inversión (para los gobiernos “gasto”) en educación.

Pero cerrar un colegio o un instituto tiene consecuencias muy graves a largo plazo. El capitalismo es una máquina perfecta que acaba quitando a los obreros su identidad colectiva y hace que prepondere el “yo”. El instituto es la primera vez en la que los más jóvenes echan raíces y desarrollan su yo fuera del núcleo familiar. Se forma una vida autóctona en torno al instituto y a lo que rodea sus aulas: las actividades extraescolares, las clases de apoyo, los equipos de fútbol y de baloncesto, los pequeños comercios. Un centro de estudios alienta a las familias jóvenes a trasladarse donde sus hijos puedan estudiar. Sin colegios, los barrios envejecen con razón.

Un instituto público es una conquista social que tenemos tan asimilada que la creemos prescindible. El proyecto neoliberal nos quiere hacer creer que es lo mismo pagar por tu educación que tenerla gratuita. Y el hecho de no tener que pagar matrícula de estudio (el material escolar es otra batalla) de nuestros chavales hasta que ingresan en la universidad es una conquista en la que no se puede titubear. Porque la broma asesina a la que nos someten llega hasta el punto de mantener concertados con menos alumnos que los públicos que se cierran.

La identidad de cada uno, el sentimiento de pertenencia, el barrio. Todas esas cosas las construyen cosas tan 'sencillas' como un instituto cerca de casa. Y si no tienes nada de eso, lo mismo te dará trabajar de minero en Polonia que de administrativo en Taiwan o vivir en casa de tus padres hasta los 40. Sin un lugar en el que echar raíces, sin esa identidad que el capitalismo es especialista en arrancar y desprestigiar, ni siquiera sabrás que tienes cadenas.

Y si quieres tener todas esas cosas, paga la cuota del concertado. Y ese es el problema. Un centro concertado te obliga a pagar para estudiar, para tener un núcleo, para estar dentro de la rueda. Esos centros deberían servir como desatascador cuando el Estado no da abasto, pero no debe convertirse en el eje de la educación. La Educación pública no debería ser negociable.

Qué significa cerrar un instituto en un barrio