jueves. 28.03.2024

Está difícil ligar

Ahora la responsabilidad y la sensatez de los elegidos se mide por su disposición al pacto que prefiere quien opina.

Unas veces por respeto, otras por miedo, y otras por cálculo, pero siempre se tiene cuidado con el que manda. El soberano debe sospechar de quienes le halagan los oídos, y en democracia el pueblo es el soberano. El bueno de Maquiavelo tiene un capítulo de El Príncipe, dedicado a la forma de huir de esa dulce peste que son los aduladores, en el que sostiene que “no hay otro medio de guardarse de la adulación sino que los hombres sepan que no te ofenden al decirte la verdad”.

El pueblo como tal, dice Pierre Rosanvallon, es inencontrable. Es más fácil que se te aparezca el rey Gaspar con su traje auténtico que te encuentres con el pueblo en persona y te diga lo que quiere. Por eso conviene sospechar de quienes nos hablan a cada uno de nosotros en nombre de todo el pueblo, un pueblo al que halagan tanto como ignoran. Y estos días abundan las voces que amenazan a los insensatos representantes en nombre de los sensatos representados. Ya es raro que un pueblo sensato elija de manera sistemática a representantes insensatos, ¿no? Y ya es raro que personas tan juiciosas como las que hablan cotidianamente desde las tribunas políticas y mediáticas no hayan caído en la cuenta de que hay una cierta contradicción entre su halago a la sensatez de los electores y su denuncia de la insensatez de los elegidos.

Ahora la responsabilidad y la sensatez de los elegidos se mide por su disposición al pacto que prefiere quien opina. Si eres partidario de la gran coalición, sostendrás que lo que quiere el pueblo de manera evidente es un gobierno con el PP, Ciudadanos y el PSOE, y si no estás de acuerdo con ese pacto entonces eres un irresponsable. Si eres partidario de un gobierno de la izquierda, dirás que el pueblo quiere de manera palmaria una coalición entre el PSOE, Izquierda Unida, Podemos, ERC y los soberanistas, y si te opones a eso eres un insensato. Y si eres partidario de repetir elecciones, dirás que el pueblo quiere hablar, y si contrario a repetirlas, dirás que el pueblo está harto.

Dado que no parece sencillo hablar con el pueblo y que lo más aproximado al sentir del pueblo es la burda suma de los sentires de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, veamos algunos datos de la encuesta preelectoral del CIS. En ella se ofrece una escala que recoge la disposición a votar a cada partido que tiene la persona entrevistada. La escala va del 0 al 10, donde el 0 es que nunca votarías a ese partido y 10 siempre. Por ejemplo, los votantes del PP votarían al PSOE con una probabilidad del 1,4 sobre 10. Y los del PSOE al PP con una probabilidad del 0,9. Es decir que en la escala del 0 al 10, el 77% de los votantes del PSOE dan un 0 pelado a la posibilidad de votar alguna vez al PP. Los de Podemos al PSOE un 2,4 y los del PSOE a Podemos un 2,2 y a ERC un 0,9. En fin, que si en una fiesta alguien te dice que esas son tus probabilidades de ligar esa noche, seguro que vas a tener que esmerarte. Y así estamos, no sé si irresponsables o insensatos, como dicen algunos, pero, eso sí, completamente desvelados intentando comprender el mensaje.

Está difícil ligar