martes. 16.04.2024

El factor (k) ya no es lo que era

DIÁLOGO MORAL

CARLES CASAJUANA (CC):-Hay ocasiones en las que la falta de inteligencia del gobernante es en buena parte consecuencia del poder que tiene.

FEDERICO NIETZSCHE (FN):-Se paga caro llegar al poder: el poder vuelve estúpidas a las personas.

(CC):-La ecología del Castillo [donde el poder habita] es un universo de temperaturas extremas y de oscilaciones entre la euforia y la depresión, entre la embriaguez del éxito y la humillación del fracaso. Un universo entre kafkiano y hobbesiano dominado por una amalgama de ambición, abnegación, generosidad, ilusión, cálculo, miedo y fatiga, en el que el afán de servir a los ciudadanos y de hacer un mundo más justo y más libre se mezcla con el hacerse valer y ser reconocido y, al final, con el de sobrevivir.

(FN):-………………………………….”

Diálogo imaginario extraído de “Las leyes del Castillo “ Carles Casajuana.


La reflexión sobre nuestras acciones, una vez que determinados resultados cierran de alguna manera un ciclo, parece ser una tarea obligada, o al menos recomendable.

Si se afronta sin prejuicios, incluso puede resultar hasta fructífera.

El primero de los prejuicios– o de los hábitos- del que, quienes deben hacerlo, se han de liberar, es el que proviene de una concepción de la ‘autocrítica’ heredera de un pasado de matriz religiosa, en el que semejante actividad era encuadrable en una visión de la ‘confesión’ como medio de rehuir –o de redimir- la culpabilidad.

Como es bien sabido, dentro de tal concepción el impulso que suele mover a eludir –en política- una sincera autocrítica, es la muy comprensible razón de “no dar cuartos al pregonero”.

Sin embargo, parece que debería haber otra forma de entender la autocrítica buscando su mayor utilidad, en vez de la absolución de la culpa. La que aquí se propone a continuación de forma harto esquemática, responde a una visión alternativa: es decir, la crítica concebida como aprendizaje y sometida a las reglas del mismo.

Los extremos a considerar serían:

  • Los aciertos del adversario–cualquiera que este sea- que nos han perjudicado
  • Los errores propios de los que el adversario se ha beneficiado

Otras variantes complementarias aunque no estrictamente encuadrables en la autocrítica serían:

  • Los errores del adversario de los que salimos beneficiados; aunque evitando en este caso huir del espejismo que puede llevarnos a atribuir tales ventajas a méritos propios.
  • La identificación de los aciertos propios – cuando les haya- que han logrado perjudicar de verdad al adversario, más allá de dejarnos satisfechos.

En todo caso, y con independencia de los efectos más o menos saludables que pueden derivarse de una práctica política ajustada a los términos anteriormente descritos (o a otros análogos), pienso que puede ser útil como metodología para el análisis de determinados resultados, por ejemplo los de las pasadas elecciones del 26 J.

Debería pues contemplarse desde esta óptica lo que ha ocurrido, por ejemplo, en Madrid.

Hace unos días en el programa televisivo “Desayunos TVE” ( 29/06/2016), la periodista Carmen Tomás, con su ceño de permanente enfado cuando se le cruza alguien que ella sospecha que viene por la izquierda, interpelaba al joven Errejón con una doble cuestión que solo por la retórica usada parecía más una pregunta que una afirmación:

  • La mala (según ella pésima, seguramente) gestión de los “ayuntamientos del cambio” como explicación de los malos resultados electorales precisamente en las ciudades en que PODEMOS (o sus alianzas) tuvieron hace poco más de un año sus mayores éxitos.
  • La exigencia de dimisión del líder de esa formación que –según ella- había prometido hacerlo en caso de no lograr ser nombrado Presidente.

Por otro lado la actual alcaldesa de Madrid –que reafirma una y otra vez que es una ‘política ocasional’, que ‘no quiere intervenir’ (en la política general o estatal)-, en una muy reciente entrevista concedida al periódico El País para LENA ( un consorcio de 6 periódicos europeos), publicada bajo el titular en grandes caracteres de una de sus respuestas  “La izquierda dio una imagen de poca flexibilidad tras el 20-D”, contestaba como sigue a pregunta muy similar a la primera de Tomás, formulada en este caso por una triada de periodistas (Rubén Amón, Mathieu de Taillac, Alessandro Oppes):

P. ¿Y en qué medida el retroceso de Podemos tiene que ver con la gestión política de las comunidades y ciudades donde ha gobernado?. La pregunta se la ha hecho Pablo Iglesias a sus propios militantes.

R. Por supuesto, no soy de Podemos. Tengo una independencia total. Y el resultado que hemos tenido en el Ayuntamiento de Madrid nada ha tenido que ver con el balance de Unidos Podemos. Este es un ayuntamiento muy identificado con mi nombre. Se habla de Carmena. La valoración de la gestión está muy vinculada a Carmena…..”

Dejemos de lado por esta vez tanto la críptica respuesta de la alcaldesa a ese inquisitivo plantel internacional, como la más bien evasiva de Errejón a una no precisamente bienintencionada Tomás (por el gesto, su requerimiento tenía el inconfundible perfume de la ‘trampa saducea’ que tanto renombre dio a Torcuato Fernández Miranda (Tato), uno de los más influyentes inspiradores de la Transición 1.0).

Si puede en cambio tener mayor interés, encuadrar la reiterada pregunta en una reflexión sobre el caso Madrid a la luz de los resultados electorales obtenidos en un apretado proceso en el que los vecinos de Madrid han pasado ya (no todos, ni siempre los mismos, naturalmente) tres veces por las urnas en prácticamente un año.

A estas alturas tendría que estar fuera de duda de que Ahora Madrid gobierna en el Ayuntamiento de Madrid gracias a Carmena y que, a su vez, ésta es Alcaldesa gracias a PODEMOS.

Una ‘abuelita’ perfectamente desapercibida para hijos y nietos de la Primera y por ahora única Transición, ni siquiera habría llegado a concejal de haber encabezado el partido X.

Al igual que una candidatura bisoña, atropelladamente improvisada, sin el torrente de experiencia y autenticidad de una veterana juez como Manuela, estaría hoy ejerciendo un modesto papel de oposición en el Ayuntamiento de la capital de España.

Así pues, la aceptación de la actual alcaldesa de encabezar la lista de Ahora Madrid funcionó eficazmente como a veces– no siempre- sucede en las joint venture.

En otras palabras el factor [k]armena,-como en su momento lo denominé,-se activó en mayo del pasado año y desplegó todo su potencial como multiplicador (k>1).

En mi opinión ese factor, al comportarse de ese modo, estaba verificando la hipótesis de un PODEMOS como la que personalmente todavía sigo compartiendo de modo esperanzado.

cuadro1

Elaboración propia a partir de los datos oficiales del Ministerio del Interior y del Ayuntamiento de Madrid.

El mapa electoral de Madrid tras las últimas elecciones del 26 J aparece fuertemente alterado, en primer lugar , como puede apreciarse fácilmente en el gráfico superior, por la muy notoria caída de la nueva coalición (Unidos Podemos) entre la formación morada e Izquierda Unida , con respecto a los resultados que Ahora Madrid obtuvo en las municipales.

Curiosamente los resultados obtenidos por la mencionada coalición (UP) son extraordinariamente semejantes a los que por suma obtuvieron las candidaturas de PODEMOS e IU en el municipio de Madrid en las elecciones autonómicas celebradas al tiempo que las municipales, el 24 de mayo del pasado año. Aun a riesgo de simplificar por no tener en cuenta otros elementos causantes del declive experimentado, la comparación entre esos dos gráficos resulta ser una significativa expresión (cuantificada) de ese factor [k] que da título al presente artículo, factor antes multiplicador que ha dejado de ser efectivo si es que no ha descendido por debajo de 1 (k<1).

cuadro2

Elaboración propia a partir de los datos oficiales del Ministerio del Interior y del Ayuntamiento de Madrid.

Ese declive, contrariamente a la imagen que muchos se han formado se produjo ya de modo muy intenso en la anterior convocatoria de diciembre (20 D). Es más, de entonces para acá, es decir entre las dos elecciones generales celebradas, la pérdida en el conjunto del municipio ha sido bastante más leve (22,3%) y en los distritos en que UP ha sido más fuerte (Centro), la pérdida (17,3%) queda sensiblemente por debajo de esa media.

Pero esta es solo la primera de las muchas conclusiones que pueden extraerse de los resultados del 26-J, contrariamente a lo que -en público- han opinado casi todos los dirigentes de PODEMOS. Pero sobre este y otros asuntos que los resultados electores en Madrid parecen revelar, habrá ocasión de detenerse próximamente.

El factor (k) ya no es lo que era