viernes. 19.04.2024

Concurrencias y bifurcaciones

“Sea a la izquierda o a la derecha, hacia adelante o hacia atrás, montaña arriba o montaña abajo, hay que continuar caminando, sin preguntar qué queda por delante o por detrás de uno”

“La escala de Jacob”.Arnold Schömberg.


acuerdo-IU-Podemos2Las serias razones de orden pragmático para propugnar la concurrencia electoral de PODEMOS (PD’s) e IZQUIERDA UNIDA (IU) en las elecciones del próximo 26 de junio se han traducido finalmente en compromiso (UNIDOS PODEMOS).

Razones éstas que en cambio no se dieron en las anteriormente celebradas. La principal de ellas el cumplimiento de una condición esencial: cada una de las partes ha de tener claro que sale beneficiada con el acuerdo y en qué.

Es indudable que en el 20-D, con esa confluencia, IU- y sobre todo sus votantes- hubiesen salido favorecidos, ya que mediante tal acuerdo hubieran logrado- casi con seguridad- algún diputado más (3 o 4) de los únicos dos conseguidos. Mucho más discutible es, por el contrario, que con ello PD’s hubiese logrado mejores resultados en términos de escaños, y eso sin contar con el efecto disuasorio que una tal coalición electoral habría tenido probablemente en algunos de sus votantes.

Puesto que el acuerdo es ya un hecho, poco sentido tiene ya insistir sobre las razones que lo han motivado y sobre el acierto o no de las mismas en términos puramente electorales. Menos aún lo tiene, por ser un inútil ejercicio contrafáctico, disputar especulando con lo que hubiera pasado de haber ido juntos no ya ahora sino en la anterior convocatoria del 20 D.

Porque además, ni antes ni tampoco en esta próxima contienda electoral, los efectos y los resultados finalmente obtenidos responden a la aplicación simplista de las elementales leyes que rigen la aritmética o más bien a un entendimiento de ésta dónde solo existen los números “naturales “ y no los que, por presentar valor negativo, anulan a los positivos, de forma que la adición de conjuntos finalmente acaba traduciéndose en resta.

Y ello sin contar, en sentido inverso, con posibles sinergias que de cuando en cuando multiplican en vez de sumar, como hubiera sido el caso palmario, que tan a mano estaba, de formar candidaturas de coalición PSOE-PD’s-IU para el Senado. Sobre ello habrá que volver en otra ocasión.

El tiempo no tardando nos dará por sí solo la respuesta a tales interrogantes o al menos una aproximación convincente

Más interés puede que tenga, en cambio, dirigir la atención hacia los más alejados efectos negativos, para prevenirlos, en lugar de observar solo de modo complaciente los posibles efectos positivos en el corto plazo.

Y es que en la valoración de las respectivas conveniencias un aspecto a tener bien presente son los costes inherentes a las diferentes formas de asociación. Desventajas o consecuencias negativas no solo a efectos electorales inmediatos, sino sobre todo “meta-electorales”, es decir con vistas a otros escenarios de medio o largo plazo más vinculados a aspectos esenciales de la singular estrategia a seguir, por cada uno de esos confluyentes circunstanciales, para la consecución de objetivos considerados primordiales en el respectivo proyecto político.

Deseable sería que ante un horizonte de construcción de una nueva fuerza integradora de los valores originariamente más distintivos de la izquierda, cada uno caminase un tramo probablemente largo con su proyecto estratégico propio, con espíritu de cooperación, alejado del sectarismo dogmático pero, al mismo tiempo igualmente distante de los embelesos de un sincretismo por urgencia, siempre ramplón

Como igualmente sería deseable, desde ya, que la sombra del viejo califa, que tanto cautiva a los jóvenes dirigentes confluyentes, así como la vulgata de ese espectro en el lema para uso de manifestantes (¡“psoe, pp , la misma mierda es”!), empezara cuanto antes a desactivarse.

Del mismo modo que los dirigentes socialistas deberían haber hecho caso omiso en su campaña de algunas indicaciones del respectivo manual de marketing político, sobre todo de la que les ha llevado, para contener el avance de los “confluyentes”, a desempolvar una vez más la pueril cantinela del ‘malvado comunista’.

Tratar de remover el subconsciente senil de una parte del electorado con este tipo de artilugios, además de ser fútil a corto plazo, será claramente nocivo para cualquier proyecto de recobrar algún día, a más largo plazo, la identidad perdida.

Concurrencias y bifurcaciones