viernes. 29.03.2024

Carta a Iceta: naciones y regionalidades

“El galleguismo del Partido Popular supera en intensidad a cualquier otra vocación regional de la derecha y a la vez es muy español. El PP es galleguista en Galicia y anticatalanista en el resto de España”.

Enric Juliana “Escala Galicia”. La Vanguardia.22/09/2016

E se l’ingrata ancora

Mi sprezza, e mi discaccia

Al Popolo, al Senato,a Roma in faccia

Che far dovrò?

Lucio Silla (*)

“Yo creo que la única decisión que podría tomar Mariano Rajoy es irse y decir 'yo ya no puedo, yo ya soy un obstáculo, hay que empezar otro tiempo en el que yo no puedo estar'. Rajoy ahora mismo es el obstáculo más importante para encontrar cualquier salida al problema en Catalunya”

Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional. Entrevista en diario.es 26/09/2017.

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Calle ZURITA .Madrid domingo 17 septiembre 2017.Foto: Jesús Gago

El pasado 18 de Septiembre tuvo lugar en Madrid un acto organizado por la revista digital Contexto (CTXT), anunciado en ésta como entrevista de dos periodistas al secretario del PSC, Miguel Iceta, en el habitual formato de un interesante espacio de debate que aquélla viene desarrollando bajo el título “Fuera de Contexto”.

La celebración del acto se haría en el mismo local que la víspera había acogido generosamente el encuentro que organizado por la plataforma “Derecho a Decidir” no se había podido celebrar en los locales públicos de Matadero, como consecuencia de la negación del ejercicio de la libertad de expresión (y de reunión)- bienes constitucionalmente protegidos-, merced a un delirante auto judicial, que por lo que se ve va sentando doctrina.

Contra todo pronóstico la sesión, que se prometía tensa a juzgar por la previsible asistencia de una buena parte de quienes la víspera abarrotaron la empinada calle que conduce al corazón de Lavapiés, transcurrió en la más sosegada de las calmas. A ello posiblemente contribuyese la asistencia, como acompañantes del presunto entrevistado, de una muy nutrida, cualificada y  numerosa representación de la plana mayor del partido con el que está ‘federado’ el del secretario conferenciante. La pequeña sala, no al completo como en cambio suele ser habitual en ese espacio, estuvo ocupada en su mayor parte por dichos acompañantes, complementados por un público más bien amigable.

Ya fuese por la concurrencia, ya fuera por impericia de los periodistas llamados a entrevistar, lo cierto es que el acto se transformó en una larga conferencia en la que el anunciado entrevistado se explayó, hablando de ‘lo divino y lo humano’.

De entre lo divino, cabe destacar sus consideraciones acerca de dos asuntos no menores: la soberanía y la plurinacionalidad. En el plano más terrenal dedicó algunas palabras al método democrático en la acción política, singularmente centradas en sus dos momentos sucesivos: el deliberativo y el de toma de decisiones. Ambos asuntos –humano y divino- inevitablemente referenciados por la más que candente actualidad de la vida política.

La segunda de esas cuestiones -la plurinacionalidad- la despachó en una faena de aliño acudiendo a una metáfora religiosa, curiosa en quien probablemente profesa el agnosticismo. Nos dijo que esto de la plurinacionalidad viene a ser como el “misterio de la santísima trinidad”, algo que los católicos creen firmemente (no dijo si por obligación de la Iglesia a la que pertenecen), pero que nadie ha visto, ni sabe bien ni en qué consiste, ni cómo explicarlo.

Para comentarlo, no se me ocurre mejor cosa para la ocasión que solicitar la ayuda de alguien que acredita bien cómo la inteligencia puede aparcar también, con cierta comodidad, en un bando conservador que no comparto. En efecto, con ocasión del triunfal retorno de Pedro Sánchez y su bienvenida proclamación del reconocimiento de Catalunya como nación y del Reino como entidad plurinacional, Enric Juliana le prevenía con las siguientes palabras que tomo aquí de prestado: “Hace cuarenta años, el PSOE pactó con el PSC, que defendía el concepto nación catalana. Hace unas semanas, Pedro Sánchez ganaba las primarias del PSOE apelando a la ‘plurinacionalidad’. Por muchos malabarismos que haga, ya no podrá abandonar ese concepto.”

Apenas unos días después, el director adjunto a La Vanguardia lo remachaba con esta seria advertencia: “si el ‘plurinacionalismo’ que ahora exhibe el PSOE acaba quedándose en un simple nominalismo cosmético, con esa iniciativa de juego acrobático estaría entrando en un terreno aún más minado que el de su viejo jacobinismo ‘españolista’ que todavía exhibe, en sordina, la vieja guardia de ese partido”.

Al abordar más adelante, casi al final de su larga conferencia, la primera de esas dos celestiales cuestiones- es decir la soberanía- no se le ocurrió mejor expediente que traer a colación la sugerencia de un mandatario de la China actual: “no se enreden Vds –venía a decir- con esos conceptos inútiles que forman parte de un pasado ya muy superado por la globalización” (o universalización, o como quiera que los chinos denominen a ese fenómeno). “Hoy ya nadie es soberano, todo está depositado en instancias supranacionales, hasta el punto que ni siquiera ellas mismas lo son”. Afirmación que pertenece ya por mérito propio al ‘universo mantra’, más propio -pensaba yo- de la India que no de su vecino más oriental.

En todo caso no creo que sea en la China precisamente donde hallar la fuente original con la que desentrañar un concepto surgido en la Europa iluminista que dio origen a la modernidad. Pero bien, en la búsqueda de las corrientes de que uno se nutre cada cual busca su lugar de alumbramiento preferido. Desconozco el motivo por el cual en el PSOE es tan poderoso el atractivo del extremo oriente. Antaño fue González quien incorporó a su refranera inteligencia (y sobre todo a su moral) aquello de los colores del gato y los ratones. Mucho más recientemente un personaje tan antiguo como el primero- José Rodríguez de la Borbolla, dicho “Pepote”, en su día segundo presidente de Junta de Andalucía-, nos ha introducido en el arte militar, al abrazar, actualizándola y adaptándola, la estrategia de Mao conocida como frente antijaponés, por medio de la alianza con Chiang Kai-shek ( Rajoy para la ocasión).

Ahora el joven Iceta vuelve también la mirada hacia al sol naciente para predicar su agnosticimo en materia soberanista. Así que, soberanía de las naciones, ¡antiguallas! Lo moderno, lo guai, vuelve a ser el internacionalismo (proletario o no, tanto da) y el gobierno mundial, por más inextricables que sean los senderos que a ello conducen.

En cualquier caso nos quedamos sin saber si el ‘proyecto federalista’ que dicen haber puesto los socialistas hace ya tiempo sobre la mesa, va más allá- en las por fin reconocidas ‘naciones’-, del mix regionalismo + descentralización administrativa + baronías + cupo (pero éste en ámbitos y dosis muy restringidas que administra la Autoridad ‘federalizante’), que hasta ahora es lo que han dado de sí “las nacionalidades y regiones” y que, por ahora, “es lo que hay”.

Finalmente, en el asunto aquí denominado ‘terrenal’ que ahora mismo no es otro que la vía más eficaz de abordar la así llamada cuestión territorial (o nacional con todas las mayúsculas), comenzando por hacer frente y encauzar el conflicto institucional entre el Gobierno del Reino y el de la Generalitat, Iceta eligió la displicente desautorización de cualquier otra fórmula que no fuese la de su propuesta de creación de una Comisión de Estudio en el Congreso (adoptada finalmente como propia tras haber sido rechazada por ellos mismos por lo menos en dos ocasiones anteriores , cuando fueron otros sus proponentes).

Para tal desautorización el secretario del PSC echó mano del socorrido menosprecio al “asambleísmo”, equiparando con una asamblea (¿o algarada?) estudiantil la iniciativa que Unidos Podemos ha liderado, celebrando, días después al acto que aquí se comenta, la Asamblea de cargos públicos en Zaragoza.

Para quienes como uno vivieron en directo y participaron activamente en las grandes asambleas en las Universidades españolas en los años 66 a 68, y oyó entonces hablar de la ‘capuchinada’ de 1966, mientras probablemente el niño que ahora es Iceta preparaba en catequesis su primera comunión, ese desprecio tenía que tornarse en asombro. Hubiera bastado recordar al conferenciante la trascendencia que aquel movimiento estudiantil -que consiguió entre otras cosas el desmantelamiento del viejo SEU burocrático de Martin Villa y otros-, tuvo en la lucha antifranquista y en la posterior restauración de derechos básicos y libertades.

Pero yendo más allá, lo que hubiese tenido sumo interés es haber podido escuchar del ‘conferenciante’ las verdaderas razones de no atender la invitación – acudiendo siquiera como meros observadores - a ese acto celebrado en  Zaragoza, en el que las fuerzas políticas que sí asistieron ostentaban la representación, al menos simbólica, de los 6.461.371 (26,75%) electores que les respaldaron con su voto en las últimas elecciones generales de junio de 2016. Cifra que, añadida a la conseguida entonces por el PSOE/PSC, hubiera sumado 11.886.080 apoyos electorales, bastante superior a lo que por entonces lograron reunir, entre los dos, el PP y C’s (11.108.034 votos); y eso sin necesidad de acudir a los 184.092 votos de Bildu, tan válidos como cualquiera de los demás, y que en caso de haberse sumado a los primeros hubieran llegado prácticamente a los 12 millones, superando así el 52% de los votos emitidos que lograron representación parlamentaria.

No ha sido ese el camino que de momento, han elegido el PSC/PSOE. Mala noticia para la esperanzadora confluencia democrática que anunciara hace poco más de dos meses el excandidato a Presidente, José Borrell. Lamentablemente, todo parece indicar que su intención es la de seguir girando en el circulo vicioso de suma cero que por aquellas mismas  fechas trataba de conjurar Íñigo Errejón.

Todo indica, en suma, que siguen instalados en el NO es SÍ.

 (*)Lucio  Cornelio Silla. “Dictador romano dotado de una excepcional astucia militar, recordado por una persecución sanguinaria a sus enemigos. Cumplidos sus objetivos, abandonó el cargo en una acto insólito de desapego  al poder”. Miguel Angel Marín en programa de mano de ópera del mismo nombre representada en estas fechas en el Teatro Real.

Carta a Iceta: naciones y regionalidades