viernes. 29.03.2024

Anverso y reverso de victorias y derrotas

puigdemont

 

“Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, ha realizado su tradicional mensaje de Navidad dirigido a los aficionados del club. Un mensaje que ha quedado caducado y lejos de la realidad que vive en estos momentos el Real Madrid, sobre todo después de la dura derrota cosechada ante el Barcelona en el clásico de la Liga Santander 2017 / 2018”.

El Periódico . Sección Sport .Noticias 27/12/2017

“La monarquía ha quedado aparejada al mantenimiento de la unidad de España. En pocos minutos la razón de Estado se instala en el comedor de casa y la gestualidad del monarca proclama que no habrá piedad para los rebeldes”

Enrique Amat en referencia a la intervención de Felipe VI el 3 de octubre. Citado por J.A Zarzalejos en “Acoso y derribo al Rey”.El Confidencial 27/12/2017-

“Por cierto que se os presentó Moisés con pruebas evidentes, pero adorasteis el becerro obrando inicuamente”(aleya n.92).

“Por cierto, que a los incrédulos les da lo mismo que les adviertas o no. No creerán. (aleya n. 6)

“Son sordos, mudos y ciegos, y no volverán al buen camino (aleya 18)

La Vaca .Sura revelada en Medina durante los primeros años de la hégira, antes de la batalla de Badr.

“El cuarto mensaje navideño del Rey Felipe VI registró una cuota de pantalla del 65,6 % en el conjunto del total de cadenas que emitieron el discurso en directo. En Cataluña, el mensaje del Rey obtuvo un 39,8% de cuota de pantalla, la más baja de todo el país, de acuerdo a los mismos datos”.

Noticias ABC  26/12/2017

Hay victorias y derrotas que a la larga son res nullius”(*)

“Los españoles: cómo llegaron a serlo”. Américo Castro


rey bastosFrases y pensamientos que son algo así como los ecos apagados pero audibles a casi una semana ya de la celebración de unas elecciones catalanas que han abierto un futuro político tan brumoso e incierto como el que quiso cerrarse con su irregular e ilegítima convocatoria.

La indiscutible y avasalladora ascensión de C’s en las elecciones del pasado 21, ocupó al día siguiente la primera plana y los grandes titulares de los rotativos españoles, pese a que en su condición de noticia- es decir en tanto sorpresa- estuviese ya descontada por los resultados de los sondeos electorales del mes anterior (CIS preelectoral de noviembre, publicado a primeros de diciembre).

Esa ‘victoria’ que, sobre todo, no deja de ser sino la otra cara del hundimiento y derrota de la sucursal catalana del PP, con Rajoy como directo y principal responsable, permitía al mismo tiempo a esos mismos medios locales de comunicación, colocar en un segundo plano, tras un velo, lo que los medios internacionales, sin distinción, destacaban- esta sí por sorprendente- como la gran noticia: el triunfo y revalidación de la mayoría independentista en Catalunya tras la aplicación del 155 y el subsiguiente encarcelamiento de sus líderes, de nuevo elegidos ahora en unos comicios convocados por Rajoy, es decir por el jefe del gobierno español en su condición de ‘ocupante’ de las instituciones catalanas.

El joven Partido Naranja ha podido resaltar aún más el resplandor de ese triunfo incuestionable, potenciado y maximizado como consecuencia de la virtuosa combinación de una acertada y eficaz campaña electoral con una muy atrayente lideresa al frente (¿se imaginan que hubiese ocurrido de haberlo estado Girauta?), pero también gracias a la táctica del adversario, por lo demás muy inteligente y exitosa desde el punto de vista de la aritmética electoral. En efecto, el bloque independentista, desdoblando en dos la anterior coalición de gobierno, ha podido  obtener un mejor resultado conjunto, pero eso sí, a costa de ello C’s ha conseguido  exhibir su condición de lista más votada, equiparándola publicitariamente, aunque de modo un tanto abusivo, a la de ‘ganadora’ de las elecciones.

Hasta aquí pues, parece haber funcionado a la perfección el toque a arrebato del “a por ellos”, prolongado con esa consigna que, según advierte sagazmente E. Juliana, se habría emitido desde el FAES, pronta para su descodificación por cualquier elector: “podéis votarles, son de los nuestros”.

Probablemente de cada 10 votantes del PP en 2015, casi 6 lo habrán hecho ahora por C’s atendiendo así a la aznariana sugerencia de quien en su temprana juventud fuese militante del FES (Frente de Estudiantes Sindicalistas).

Y de ahí que en su análisis de los resultados, la fundación (FAES) que preside José María Aznar, considere un logro extraordinario (sic) la victoria de Ciudadanos en las elecciones catalanas.

Pero la estrepitosa derrota de Rajoy&Santamaría, principales artífices del desaguisado en su partido, no puede impedir que se trasluzca la de Felipe VI, en cuya defensa ha salido con indisimulada celeridad uno de los más inteligentes valedores con los que el Rey cuenta en los medios de comunicación, J. A. Zarzalejos.

El exdirector del periódico de más honda raigambre monárquica (ABC), cesado en su día merced a la ofensiva de Esperanza Aguirre por negarse aquél a secundar las tesis conspirativas sobre el 11- M, da ahora la voz de alarma sobre una supuesta conjura de ‘acoso y derribo’ al Rey urdida desde las filas moradas.

Con ese aparatoso título, Zarzalejos arremete en su más reciente artículo contra quienes “vinculan el adjetivo de 'monárquico' a realidades políticas que quieren combatir… (pese a que) Felipe VI se está haciendo con las riendas de la institución e infundiendo confianza en ella”

Pero lo que resulta palmario es que en Catalunya, gracias al ‘acierto’ de la estrategia ‘mariana’ y a la ‘habilidad’ táctica de su crecida vicepresidenta, la CE 78- con la institución monárquica incluida- han perdido de modo muy probablemente irreversible su vigencia, conquistada allí en la Transición tras no pocos esfuerzos.

Porque, a día de hoy, transcurridos estos 40 años y sobre todo los 10 últimos, una hipotética doble consulta en Catalunya para refrendar y revalidar la organización territorial del Estado resultante de aquella Constitución y su desarrollo (‘bloque de constitucionalidad’, como lo llama Pérez Royo) y para respaldar -o incluso solo aceptar- la monarquía como forma de estado, es muy dudoso que alcanzase el apoyo de la mitad más uno de los votantes, ni tan siquiera en el mismo reino (¿o condado?) de Tabarnia, que parece ser la nueva ínsula de Barataria de la que estaría presto a ser Gobernador y consorte el dúo Arrimadas&Rivera.

Y es que a dos días de una represión policial en las calles y colegios de Catalunya, insólita en su violenta brutalidad, la más que imprudente exhibición -el 3 de octubre- de FelipeVI como capitán al frente de la coalición dinástica del 155, si bien sirvió para el decisivo alistamiento en ella de Pedro Sánchez, devolviendo al congelador de una sola tacada su credo plurinacional aún sin estrenar y su moción de censura a la vicepresidenta, ha propiciado un rechazo social de esa institución en Catalunya de muy difícil o más bien imposible retorno.

No obstante, tras el estrecho -y para tantos menesteres insuficiente- margen de victoria del conjunto de las formaciones explícitamente independentistas, la coalición del 155, aritmética y políticamente perdedora, sigue cultivando coralmente sus mantras preferidos al tiempo que siembra nuevos.

Junto al de la ‘victoria’ de uno de sus partícipes al convertirse en la ‘lista más votada’, continúa ahondando en la desautorización de la mayoría parlamentaria, contraponiéndola con especial énfasis a la insuficiente mayoría de voto popular obtenida por los explícitamente independentistas, todo ello según denuncian ahora como consecuencia de una ley electoral calcada– aunque algo más atenuada en su injusta y tramposa asimetría -de la que rige para todo el Reino.

Dos reparos cabe sin embargo oponer a esa mercancía ideológica de fácil comercialización en el negocio de la opinión.

El primero tiene que ver con el simultáneo ocultamiento de que, gracias a esa desequilibrada ley, no es solo que la lista en esta ocasión más votada (C’s) ha obtenido (a falta del recuento definitivo) 3 escaños más de los que proporcionalmente le corresponderían, sino que además, como consecuencia de la aún más injusta ley estatal, el partido que actualmente gobierna todo el país (PP), detenta 18 diputados más de los proporcionalmente correspondientes (frente a los 15 de menos que por igual motivo se adjudicó C’s); y que ello junto a la desquiciada composición del Senado, regida por similar engendro legal, es lo que ha facilitado extraordinariamente el tránsito a la (¿duradera/permanente?) ‘ocupación’ de las instituciones catalanas por la excepcional vía electoral del 155, con el adicional encarcelamiento o fuga de sus principales dirigentes.

La segunda objeción atañe a los votos del bloque independentista, de nuevo insuficientes para llevar adelante su propósito de independencia en aplicación del veredicto de las urnas.

Cierto es que estas últimas elecciones al haber sido convocadas por Rajoy estaban planteadas como estrictamente autonómicas y por tanto han estado desprovistas del alcance y significado plebiscitario que, en cambio, se quiso dar a las precedentes. Pero a la vista del resultado obtenido por las tres listas del bloque independentista (JxCat,ERC y CUP), a los adversarios no les ha faltado tiempo para retomar el argumento de que los votos obtenidos, al quedar por debajo de la mitad de los emitidos, volvían a invalidar la opción independentista.

Mas la realidad es que en un hipotético escenario de consulta o referéndum en que fuese la independencia la exclusiva cuestión sometida a veredicto, cabe suponer que esa mayoría de ‘la mitad más uno’ podría obtenerse con relativa facilidad si a los votos conseguidos ahora por las listas de los partidos que explícitamente abogan por la independencia se súmase la parte de los de aquellos que habiéndolo hecho por las de los demás partidos –sobre todo por la de los Comunes-, podría en ese caso secundar también esa opción por la independencia.

De hecho, según la última Encuesta del CIS, entre quienes votaron en 2015 por CsQPot (lista anterior o ‘antecedente’ de quienes ahora se han reagrupado bajo el ‘paraguas’ de los Comunes), el 27% manifestaba su preferencia por “Un Estado en el que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes”. Ese mismo porcentaje, aplicado a los votos obtenidos finalmente ahora por EnCP (323.695 votos) y sumado el resultado al conseguido por las 3 listas independentistas (2.063.361), rozaría o incluso superaría por sí solo dicha mitad más uno y ello sin necesidad de añadir los de los menores porcentajes que en otros partidos se manifiestan en La Encuesta del CIS en similar sentido.

Ahora bien, pese a la superioridad de este contraargumento en el abstracto terreno de la aritmética, su traslado al terreno político, lo hace perfectamente fútil.

Es más, sobre un ‘trampantojo’ de similar naturaleza, quienes se dicen partidarios de la independencia pudieron comprobar en octubre pasado (finales) que tras la ‘ventana de oportunidad’ que creyeron ver ya en los primeros días de ese mismo mes, no asomaba ante sus ojos una república independiente, sino más bien un primer muro de sólido aparejo, reforzado por detrás con otro de templado acero, en gloriosa metáfora de Juliana.

Y es que si alguien todavía confía en que no ya la independencia, sino tan solo la consecución de la República (siquiera solo la catalana, de momento) sea una cuestión de aritmética política de la mitad más uno, demuestra no solo desconocer lo más elemental del funcionamiento de las actuales sistemas de poder –con sus llamativos déficits de democracia-, sino que, quieto y empantanado como está en su patético cretinismo demoscópico, verá alejarse su objetivo más y más, al tiempo que los demás se mueven de modo incluso eficaz en sentido inverso.


(*) Res nullius es una expresión latina, que significa "cosa de nadie", utilizada para designar las cosas que no han pertenecido a persona alguna, o sea, lo que no ha sido propiedad de ninguna persona. WIKIPEDIA.

Anverso y reverso de victorias y derrotas