martes. 23.04.2024

Solidaridad de ida y vuelta

A estas alturas resulta innecesario explicar lo que es, y como funciona, una enfermedad infecciosa. Conocemos los virus desde hace poco más de un siglo pero el contagio desde mucho antes. Por eso, sabemos que cuando aparece una enfermedad que se contagia entre humanos por la simple actividad vital entre ellos, conviene evitar esos contactos. Si damos un paso más en el argumentario, podrá entenderse que si esa enfermedad infecciosa puede llegar a ser mortal, la conveniencia pasa a ser obligatoriedad para impedir que un individuo infectado pueda transmitir la enfermedad a otras personas.

En, casi, todo el mundo, las autoridades han adoptado ese principio del confinamiento social desde que se comprobara que el COVID19 causaba la muerte y que esa causa era relevante. En un principio, los negacionistas decían que la mortalidad causada por el virus era comparable, y aún menor, a la de la gripe normal o a los accidentes de coche. Por eso, no todas esas autoridades tomaron la decisión al mismo tiempo.

Un politólogo de la Vienna University of Economic ha medido esta velocidad de reacción en días desde que se produjera el primer muerto.El resultado de dicho estudio es que España está entre los paises que mas pronto pararon los eventos (6 días), aunque luego está en la media de cuando se cerraron las escuelas (11 días), de cuando se cerraron las tiendas no esenciales (11 días), se cerraron las fronteras (12 días) y se paró la producción no esencial (26 días). Es decir, al parecer se han hecho las mismas cosas que se han hecho en eso que se llama los paises de nuestro entorno.

Pero usted, mi amigo, que no está muerto, ni siquiera infectado, o al menos no tiene síntomas de estarlo, se podrá preguntar: ¿por qué evitan que yo me acerque a otras personas también sin aparentes síntomas de estar infectadas?, ¿Por qué me impiden ganarme la vida con mi trabajo al obligarme a quedarme en casa, como si se tratara de un gigantesco lock-out?. La respuesta, en román paladino es: por si acaso. Aunque habría una forma más elegante de decirlo si apelamos a la necesidad de cooperar a la salud colectiva evitando riesgos. Es decir, por solidaridad.

 A usted, ciudadano asintomático, la sociedad le pide un ejercicio de solidaridad para evitar el riesgo de que se convierta en un colaborador necesario del virus para que se extienda entre las personas más allegadas y, a través de ellas, a otras y a otras, es decir, a la sociedad. Gracias a ese ejercicio solidario, o sea a su sacrificio económico, "venceremos al virus", como dicen nuestras autoridades. Sin duda.

Cuando eso se produzca, habrá que ocuparse de la siguiente fase de la guerra, es decir, de la posguerra, que es ese momento en el que la economía pasa a primer término. La sociedad se recuperará. No soy un experto para decir en qué medida y en qué tiempo, pero se recuperará. Y lo que tengo es la experiencia suficiente para saber que, esa recuperación, no será homogénea para todo el mundo.

Pues bien, mi amigo. Si es usted de esos que ahora se han sacrificado económicamente por la sociedad, prescindiendo de sus ingresos habituales. Si durante el confinamiento ha sido usted solidario con la sociedad y, ahora, en la posguerra, precisa usted de la solidaridad de la sociedad, reclámela. No porque sea justo, que lo es, si no porque es lógico, incluso desde un punto de vista economicista. Se trata de un do ut des de esos de libro.

Se ha dicho, el Rey por ejemplo, que de esta situación saldremos más solidarios. Ojalá. De hecho, ya se están discutiendo, y alguna aplicando, en instancias gubernamentales y europeas, la utilización de ayudas económicas extraordinarias.

Pero, hay que estar seguros de que cualquier medida que favorezca esa solidaridad "de vuelta" será tildada de seudocomunista. De hecho ya lo ha sido la "de ida" por entenderse como una restricción de libertades propia de un régimen comunista. Del mismo modo, sesudos informes dirán que, con el actual sistema fiscal, repito, el actual, no será posible financiar esa solidaridad. O, lo que es aún peor, se dirá que van a triunfar las tesis de Podemos.

No pienso discutir esos argumentos ideológicos, económicos o políticos. Solo quiero prepararme para la próxima pandemia, por si llego. Porque como no se tenga esa solidaridad "de vuelta" con los que la han tenido "de ida", el próximo confinamiento lo van a tener que imponer a tiros.



 

Solidaridad de ida y vuelta