jueves. 18.04.2024

España fallida

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Ha habido un señor, profesor y alemán por más señas, que ha planteado la posibilidad de que España sea un estado fallido, probablemente como el de Alemania en los años cuarenta del siglo pasado. La cosa no tendría mayor importancia que la de comprobar que las opiniones son como eso que hay donde la espalda pierde su honesto nombre, que todo el mundo tiene una.

Pero resulta que el tema ha saltado a un periódico suizo y, ya se sabe, allí están muy sensibilizados por estas cosas. Suiza es ese país que acoge a todos los piratas del mundo como hace siglos pasaba en la atlántica Isla Tortuga y, ahora, tienen que preguntar todos los domingos a los ciudadanos que es lo que tiene que hacer su estado.

Pues bien, los síntomas de ese fallo son, a saber, que el gobierno está en minoría en el parlamento (como muchos otros en Europa), que hay movimientos separatistas (como también los hay en otros paises europeos) y que tenemos una pandemia, olvidando que se llama pandemia porque está en todo el mundo.

Casi se podría decir que el gobierno es la institución menos fallida. Un gobierno formado por gente que no se podía ni ver y que han logrado ponerse de acuerdo no creo que pueda considerarse como fallido sino como un rotundo éxito

Y, de Suiza, a España. Ya tenemos en casa el latiguillo de "fallido" y, quien más quien menos, está usando el calificativo para endosárselo a nuestro estado que, desde la moción de censura a los legítimos, y eternos, detentadores del poder político, se encontraba francamente titubeante. Porque, digámoslo enseguida, el estado español es fallido porque el fallo, como si fuera un virus, se lo ha contagiado el gobierno, que es un gobierno fallido, además de ilegítimo. El virus se ha trasladado también al ámbito autonómico y ya han aparecido casos en sitios como Madrid, que también tiene su gobierno fallido correspondiente.

Es verdad que esto del estado fallido no es nuevo y, desde el Siglo XIX cuando empezaron a proliferar los estados en el mundo, comenzaron a surgir voces que reclamaban su fracaso. Por ejemplo, y por citar solo a uno, Bakunin. Aunque no creo, francamente, que don Mijaíl sea la referencia de quienes, ahora, están acusando de fallido a la institución que, oh casualidad, no están gobernando ellos. Mas bien se deben referir a que España se esté acercando a los niveles de Somalia, Libia, Yemen, Afganistán o ... (aquí pongo puntos suspensivos para que cualquiera los rellene a su gusto, por ejemplo con Venezuela).

Pero no, España no es un estado fallido. Ni siquiera porque el gobierno anterior fuera censurado por corrupción, ni porque tengamos un sistema ineficiente para cubrir el gobierno de importantes instituciones del estado, ni porque tengamos una sanidad descentralizada que dificulta la lucha contra una pandemia, ni porque el Tribunal Supremo se tenga que desdecir cuando sentencia algo desfavorable para la banca, ni porque la forma de estado, votada muy mayoritariamente por los españoles, sea cuestionada incluso desde el mismo gobierno de la nación. A pesar de todo eso, España forma parte del grupo de paises con una democracia avanzada y quienes menos pueden criticar eso son, precisamente, los que descienden de la pata del Cid y añoran tiempos de sindicatos verticales.

Casi se podría decir que el gobierno es la institución menos fallida. Un gobierno formado por gente que no se podía ni ver y que han logrado ponerse de acuerdo no creo que pueda considerarse como fallido sino como un rotundo éxito. La oposición sí que podría considerarse fallida ya que no consiguen ponerse de acuerdo entre ellos ni para poner un voto de censura a ese gobierno tan pernicioso.

Así pues, y aunque tengamos ese latiguillo entre nosotros, tengamos paciencia. Enseguida pasará de moda y será sustituido por otra estupidez similar.

España fallida