sábado. 20.04.2024

El riesgo de las derechas

CASADO-RIVERA

Para las derechas, las diferencias sociales son algo natural y hay que aceptarlo, el Estado debe intervenir lo mínimo, y en todo caso no se debe intervenir cuando el crecimiento económico está yendo a parar a los grandes capitales

Cuando un gobierno tiene que someterse al voto de la ciudadanía debe desatacar lo que haya sido seña de identidad de su gestión, y la que ha caracterizado, estos meses al Gobierno del PSOE, son fundamentalmente las medidas en políticas sociales, y entre las más importantes podemos destacar la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones, la eliminación del copago farmacéutico a familias con renta baja y la recuperación de la prestación por desempleo a mayores de 52 años. Pero siete meses de gobierno son un suspiro, y precisamente porque han tenido que gobernar a toda prisa, han quedado muchas cuestiones en el tintero, por lo que sería necesario un gobierno que siga desarrollando políticas de igualdad, de bienestar y otras pendientes, especialmente en el terreno del empleo, como la derogación de la reforma laboral.

El PP ha demostrado durante su gobierno que, ni la justicia social, ni la justicia distributiva, son su prioridad, sino la disminución del estado  con las privatizaciones, la reducción del gasto público y los recortes de los servicios públicos, y si esta fue su política cuando eran claramente el partido mayoritario de la derecha, con más motivo ahora, con gran competencia entre las tres derechas. Sus incongruencias llegan hasta el punto de plantearse revertir la subida del SMI.

Para las derechas, las diferencias sociales son algo natural y hay que aceptarlo, el Estado debe intervenir lo mínimo, y en todo caso no se debe intervenir cuando el crecimiento económico está yendo a parar a los grandes capitales, sin embargo sí puede ser necesario alguna intervención, incluso inyectar dinero, cuando las entidades financieras o grandes empresas tienen dificultades económicas. Y es evidente que Ciudadanos es parte de las derechas, no sólo porque comparte muchos de sus discursos, sino porque está compitiendo por el mismo electorado que Vox y PP.

Sí, en políticas sociales se ha hecho una gran labor, con una ministra, como Magdalena Valerio, que además de tener claro lo que quería conseguir, también ha sido consciente de lo que se necesita, pero que en este momento no se puede lograr, siempre con un discurso claro y cercano. No obstante es necesario destacar la ejecución de otros aspectos, tal vez menos conocidos, pero muy importantes, me refiero a que en estos meses se han transpuesto más de 30 directivas comunitarias, en muchos casos de gran transcendencia, que además han evitado cuantiosas sanciones para España, de la Comisión Europea, ya que se habían abierto varios procedimientos sancionadores por el retraso en la incorporación al ordenamiento jurídico español, determinadas directivas de la Unión Europea.

Entre las directivas comunitarias transpuestas destacan las relativas a garantizar y proteger los compromisos con las pensiones;  la prevención de la utilización del sistema financiero para el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo, también la relativa a los requisitos de entrada y residencia de los nacionales de países terceros con fines de investigación, estudios, prácticas, voluntariado, programas de intercambio de alumnos o proyectos educativos y colocación au pair.

Ha sido, por tanto, un gobierno cuya labor principal ha sido revertir los recortes, garantizar derechos, evitar sanciones y trabajar en favor de la igualdad entre hombres y mujeres, no se puede pedir más en tan poco tiempo. Pero estos avances no solo podrían paralizarse, sino sufrir un importante retroceso con un gobierno con los objetivos puestos en desarrollar políticas de mayor enfrentamiento con Cataluña, reducir impuestos a los más poderosos, premiando a las rentas del capital frente a las del trabajo, procurando el control judicial o defendiendo la venta de armas. No es momento de experimentos de freno y marcha atrás, sino de continuar con el trabajo emprendido y desarrollar aquellos aspectos que han quedado en el tintero, bien por falta de apoyos o por falta de tiempo.

El riesgo de las derechas