martes. 16.04.2024

Debate Monarquía-República ¡Porqué no?

Hace unos días recibí la carta que Pedro Sánchez ha enviado a toda la militancia del PSOE, en ella se expone la necesidad de afrontar cuatro retos importantes: la transición ecológica, la transición digital, la cohesión social y la plena igualdad de la mujer; retos que tendrán una transcendencia importante en el necesario cambio del sistema productivo, y que hubieron de retrasarse para hacer frente a la pandemia, teniendo que tomar medidas fundamentales, de escudo social, con el fin de que las personas más vulnerables y las pequeñas empresas puedan aguantar el necesario confinamiento y la crisis económica.

En el 39º Congreso del PSOE, al que asistí como delegado participé en la Comisión que debatió una enmienda de Juventudes Socialistas en la que se proponía la aprobación de un referéndum sobre la monarquía, y que fue aprobada mayoritariamente

Se destaca la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, una medida que va a suponer un antes y un después en la protección de los más desfavorecidos. En muy poco tiempo el gobierno ha tenido que tomar medidas de calado, que sólo un gobierno competente y decidido podía llevar a cabo, todo ello, además, con una importante negociación en la Unión Europea, que esta vez sí, va responder a la actual crisis económica y la que habrá que afrontar en los próximos meses,con la aprobación del Plan de Recuperación. Respecto al trabajo del gobierno creo que puede merecer pocos reproches, después de las dificultades que ha tenido que afrontar. Las mayores críticas suelen venir de los predictores del pasado.

Pero es en la segunda parte de la carta, en la que se desliza la pretensión de que no se produzca el debate del necesario referéndum monarquía-república, apelando al compromiso con el pacto constitucional, compromiso cierto, pero que no puede ser eterno y más cuando la reforma constitucional es una imperiosa necesidad reconocida por la mayoría de los partidos políticos, colectivos sociales y ciudadanos. No, el debate no se puede cercenar, tarde o temprano habrá que afrontarlo.

En el 39º Congreso del PSOE, al que asistí como delegado participé en la Comisión que debatió una enmienda de Juventudes Socialistas en la que se proponía la aprobación de un referéndum sobre la monarquía, y que fue aprobada mayoritariamente. La comisión estaba presidida por Carmen Calvo. Posteriormente esta enmienda tuvo una fuerte oposición a que se incluyera en el dictamen que debía pasar al plenario para su aprobación definitiva, especialmente por los delegados que habían apoyado en primarias a Susana Díaz, el plenario se reunió más de dos horas después de lo previsto y con la ausencia de Susana y los delegados andaluces que la apoyaban. El dictamen de comisión finalmente incorporaba dos párrafos en los que se dice que no se puede olvidar la tradición republicana y que el PSOE tiene su propia concepción sobre el modelo de Estado y la forma de gobierno, hacia la que pretendemos avanzar fortaleciendo los valores republicanos y promoviendo un modelo federal.

Era una forma descafeinada de salir de una situación muy tensa, sabiendo que el plenario iba a aprobar la enmienda de juventudes, si se llevaba a debate.

Ahora no es el momento para este debate afirman los dirigentes, pero realmente, para ellos nunca será buen momento, pero no se puede obviar que el sentimiento mayoritario en las bases del PSOE y de una gran parte de la sociedad son las de una Jefatura del Estado votada por todos los españoles.

Pedro Sánchez sabe mejor que nadie que cuando las bases se unen para apoyar una causa pueden ser un ciclón que el aparato no puede parar. El momento para debatir, para analizar y para fortalecer los valores no puede posponerse eternamente, por lo que tarde o temprano habrá que afrontarlo.

Dentro del PSOE hay varias almas, como las hubo siempre, desde el fallecimiento del fundador Pablo Iglesias, estuvieron los socialistas de centro, socialdemócratas, y la izquierda socialista. Pero el republicanismo es la forma de estado preferida por la inmensa mayoría de afiliados de todas las corrientes, reconocidas o no.Los mayores opositores al debate son gobernantes de distintos ámbitos territoriales, cuyo principal objetivo son los de mantener los votos que recogen de centro derecha, con la defensa de algunos valores que nada tienen que ver con la izquierda como pueden ser(además de la monarquía),la enseñanza privada,la defensa de los toros, o de la caza, por poner algunos ejemplos. Votantes que seguramente al oír la palabra república huirían despavoridos como si fuera un concepto de izquierda radical y revolucionario.Pero gobernar no es llevar a cabo acciones solo pensando en ganar elecciones, aunque haya que renunciar a los valores propios y defender los de otros partidos. Gobernar también es hacer pedagogía en defensa de valores sociales, de igualdad y de coherencia, con el objetivo de transformar la sociedad. Hay que explicar que los partidos republicanos en España fueron también partidos burgueses, y sobre todo hay que aclarar que en ningún caso república puede ser considerada como sinónimo de guerra, sino la forma de Estado más coherente, lejos del anacronismo que suponen las Jefaturas de Estado de carácter hereditario.

Será necesario afrontar el debate,y planificar una hoja de ruta que terminará inevitablemente en la realización de un referéndum en el que la ciudadanía exprese su opinión sobre la forma de estado.Podrá aplazarse durante un tiempo, pero finalmente el debate será inevitable.

Debate Monarquía-República ¡Porqué no?