martes. 16.04.2024

Hemos asumido demasiado por encima de nuestras posibilidades

Tengo que decir que empecé a escribir esto antes de ver el programa de “Salvados” del domingo, por lo que mis líneas ni se acercan a la fría crueldad destapada por Gonzo, pero no moveré mucho mis letras, añadiendo solo algún dato que crea muy necesario resaltar.

¿Recuerdan cuando el “practicante” iba a sus casas a vacunarles?, yo tengo 41 primaveras, y sí lo recuerdo. Poco a poco hemos ido asumiendo que las listas de espera fueran en aumento, ese aumento de tiempo de espera es directamente proporcional al crecimiento de clientelismo dentro de la sanidad privada, y no es casualidad, en la última década el aumento de centros sanitarios privados o concertados ha sido exponencialmente al alza y contraproducente para los usuarios de la sanidad pública, no solo para los mas vulnerables, si no para cualquier persona que necesite atención, todos somos potenciales sufridores de la lacra que está suponiendo una política colaboracionista con los que hacen negocio de la salud.

El derecho a la salud es un derecho humano básico. Sirva como referente el Preámbulo de la Constitución de la OMS, aprobada en 1946, en la Conferencia de Nueva York:

El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.

La Constitución Española hace referencia expresa a la tutela de la salud:

Artículo 43. 1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.

Vivo en Móstoles desde que tenía tres meses de vida, en la actualidad tenemos en mi villa dos hospitales, el segundo es público de gestión privada, y puede parecer muy bonito que te reciba en la puerta una persona joven bien ataviada, o incluso que goces de una habitación para ti solo, pero las consecuencias de invertir en esa colaboración público-privada trae consecuencias graves. Esos trajes en los que se enfundan jóvenes que te atienden educadamente en la mayoría de los casos, están suponiendo la degradación continuada de la sanidad pública, esas habitaciones individuales -ojo, muy cómodas para los pacientes-, suponen del mismo modo una ocupación indebida de espacios públicos, cuando al final tenemos que derivar enfermos a la privada con el coste que eso conlleva.

El Hospital Gregorio Marañón anunciaba hace escasos días la necesidad de trasladar enfermos a centros privados, cosa que es del todo ilógica, cuando en Toledo tenemos un hospital vacío, en San Sebastián de los Reyes la Torre 4 del Hospital Infanta Sofia se encuentra en desuso desde hace una década, o una planta entera en el Hospital Infanta Leonor como si del desierto del Sahara se tratase. En parte es lógico que se tengan todos estos lugares desprovistos de atención médica, ya que ni tenemos médicos, enfermeros o celadores suficientes, ni se les espera, el trato recibido de estos por los que gestionan la sanidad es degradante, insultante, y del todo inaceptable.

En Alicante, tristemente aparece la noticia de un niño de ocho años que fallece por una peritonitis, cuando me hago eco de la noticia en Twitter atribuyendo el lamentable asunto a la degradación continuada de la sanidad, otro usuario de la red me decía que estaba blanqueando una negligencia médica,sinceramente, creo que es un error señalar a un médico sin tener pruebas fehacientes de que así sea.

Anteriormente he citado los dos hospitales de Móstoles, mi padre hace unos años “visitó” el de gestión privada por un dolor en la rodilla derecha, diagnóstico, liquido sinovial, continuas extracciones durante mucho tiempo, su rodilla no dejaba de inflamarse, los dolores eran insoportables hasta el punto de tener la rodilla del tamaño de una sandía, en una de estas extracciones, la última, la enfermera dijo que se negaba a seguir tratándole ese diagnosticado liquido sinovial, ya no salía líquido, era una papilla tan espesa que su extracción era imposible. Saltan las alarmas y le derivan a la Fundación Jiménez Diaz, para no aburrirles mucho con una historia personal les diré que, actualmente mi padre tiene una pierna amputada, y metástasis bilateral pulmonar derivada del no haber tratado debidamente el tumor que tenia en la rodilla, habiendo atribuido sus dolores al citado anteriormente liquido sinovial.

Mi padre JAMAS ha culpado a médicos o enfermeros, ha señalado y denunciado directamente a un sistema sanitario que cada vez hace mas aguas por la intromisión de aquellos que solo buscan su lucro a costa de nuestra salud. Sin ánimo de defender el diagnostico erróneo de peritonitis, sí que me gustaría hacer una reflexión, nuestros sanitarios son humanos, pueden equivocarse, sus errores son mínimos, pero si pido que todos hagamos esa reflexión que mi padre, estando en fase terminal de cáncer hace, no recibir una atención médica adecuada, en gran parte seguramente sea por ese desfalco económico producido por la colaboración público-privada, por el exceso de horas que nos dedican al no ser personal suficiente, puedo asegurarles que mi padre hubiese preferido que los sanitarios no fueran coartados a la hora de realizar pruebas, que un joven bien trajeado recibiéndole en la puerta o una habitación individual como si de un hotel se tratase.

Hace pocos días veíamos la desastrosa imagen de un equipo, creo que de Samur, haciendo test Covid de noche, alumbrados por los focos de su propio vehículo en medio de la calle, no es casualidad ver esas imágenes, tienes dos opciones, o te lo haces en esas lamentables condiciones, o pagas sin rechistar los 150 pavos en la privada para poder así visitar a un familiar en una residencia de ancianos, residencia casualmente propiedad del mismo que te hace esos test exprés.

No voy a hacer sangre del hospital Zendal, Ayuso me tiene tan aburrido que en esta ocasión no pienso dedicarle una misera línea mas de las que ya le he dedicado, creo que va siendo hora de señalar a los responsables indirectos de que esto suceda, sus votantes, es de necesaria obligación para todos los ciudadanos que cortemos los discursos en los vagones de metro al ir a trabajar de lo bien que lo está haciendo esta inepta, ya que mañana cualquiera de nosotros puede ser mi padre, el niño con “peritonitis”, o el que se haga un test Covid en la calle alumbrado por los faros del Samur al más puro estilo de la Cañada Real o de Las Barranquillas. La era de la tecnología está siendo devastadora en cuanto a la desinformación, pero todos disponemos de un arma muy valiosa siempre con nosotros, siempre tiene cobertura, siempre tiene batería, nuestra palabra, hagamos uso de ella.

Hemos asumido por encima de nuestras posibilidades de una manera tan salvaje, que vemos con normalidad tener que esperar 4 meses una cita de traumatología por unos dolores, seguramente producido por unas condiciones laborales indignas, véanse las camareras de piso. La solución no está en terminar pagando 50 euros y que te atiendan al día siguiente en la clínica Quirón, por poner un ejemplo, la solución está en reclamar que en la sanidad pública, esas interminables listas de espera sean reducidas, y para eso, tenemos que ser consecuentes con nuestros actos, esos actos son apoyar a nuestros sanitarios a pie de calle en sus reivindicaciones, esos actos son apoyarles en las urnas con unas políticas sociales que crean en la sanidad pública, y no con las que colaboran díasí y día también con quienes debilitan nuestros centros sanitarios hasta el punto de dejarlos raquíticos, ¿acaso piensan ustedes que mantener cerrados los centros de atención privada es casualidad? ¿acaso piensan ustedes que tener centros de atención primaria con solo dos líneas telefónicas para atender a 29.000 personas es casualidad? Nada es casualidad, del mismo modo que hemos asumido por encima de nuestras posibilidades que un psicólogo tarde 8 meses en darte cita, terminaremos asumiendo que los centros de atención primaria están cerrados por la Covid, o que sus líneas telefónicas están saturadas, y terminaremos en cualquier clínica privada, o moriremos en el intento.

En el año 2013, Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Medica Colegial, ya afirmaba que privatizar la sanidad no abarataba el sistema, desde entonces y a pesar de esto, la privatización aumenta, la colaboración público-privada aumenta, y aunque suene a sueño, la solución la tenemos los ciudadanos de a pie, no me creo que en Madrid esa mayoría que en las encuestas da por ganador al PP, disponga de medios económicos para costearse la atención sanitaria privada. Joder, que en Colombia trincaron 5,4 millones de euros en metálico a Ignacio González, una de las ranas de Esperanza Aguirre, la atropella agentes que presume de sistema sanitario y escapa de las preguntas incomodas de los periodistas.

Si seguimos asumiendo por encima de nuestras posibilidades largas listas de espera, horas de viajes en ambulancias privadas para un análisis de sangre de 15 segundos de duración, precios abusivos en cafeterías privadas de hospitales públicos, tener que pagar el parking de un hospital público, tener que pagar la televisión en una habitación de un hospital público, que las sabanas de los hospitales públicos sean empresas privadas quien las mal lave mientras la lavandería del hospital está cerrada, en la próxima década puede que ya sea demasiado tarde para reaccionar. Ya es tarde para muchos pacientes crónicos que están viendo como su asistencia no existe en la actualidad por la atención que se está dedicando a los pacientes Covid, ya es tarde para ese pequeño de ocho años, ya es tarde para mi padre, no consintamos que sea tarde para nadie más.

Los tiempos de espera están marcados legalmente, no presentar una queja cuando estos tiempos no se respetan no sirve de nada, presentar miles de quejas puede que sí, no hagamos el flaco favor de no reclamaren donde sea por no esperar cola, no hagamos ese flaco favor de pensar “quejarse no sirve de nada”, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance, recuperemos lo que es nuestro y por lo que pagamos impuestos, defendamos esa sanidad que tanto nos ha costado instaurar en nuestro país y de la que podemos sentirnos orgullosos, a pesar de sus deficiencias. No se fíen de la prensa, no se fíen de los que les cuenten en la barra del bar, no se fíen tampoco de lo que yo les estoy contando, fíense de lo legislado, lean el BOE cuando tengan dudas al respecto. A día 31 de diciembre de 2019, el Ministerio de Sanidad cifraba en 704.977 los pacientes en lista de espera quirúrgica con una media de 121 días para ser atendidos y un 19,9% de pacientes que superaban los 6 meses de espera, no es aceptable de ningún modo, el tiempo de espera perjudica la salud empeorando su diagnostico inicial, el tiempo de espera se lleva vidas. ¿En que cabeza cabe que la lista de espera de un ginecólogo esté en 91 días?, ¿Ustedes ven aceptable que el traumatólogo tarde una media de 109 días en atenderles?

Hace poco fue 5 de noviembre, para los que hayan visto la película de V de Vendetta, poca explicación es necesaria, para los que no hayan disfrutado de esta maravilla cinematográfica, les recomiendo que la vean, y para los dos, que no sea necesario tener que llegar a semejante y lamentable situación, solo el pueblo salva al pueblo, seamos pueblo, salvemos nuestra sanidad antes de que sea tarde.

Edward Jenner, conocido como el padre de la inmunología, descubrió la vacuna de la viruela, dicen que posiblemente sea el médico que mas vidas ha salvado a lo largo de la historia, yo no creo que llegue a salvar ninguna vida, pero sí espero que mis letras remuevan la conciencia de algún desinformado, y que entre todas y todos pongamos de nuestra parte, salvar la #SanidadPublica, es salvar vidas.

Hemos asumido demasiado por encima de nuestras posibilidades