viernes. 29.03.2024

El escándalo de las vacunas Vip en Argentina provoca crisis de gobierno

El ministro de Sanidad, Ginés González García, obligado a presentar su renuncia

@jgonzalezok / El presidente argentino, Alberto Fernández, se vio obligado a pedir la renuncia a su ministro de Salud, Ginés González García, tras descubrirse cómo en el segundo piso de su ministerio existía una sala para vacunar en secreto a los amigos del poder, saltándose las normas establecidas en los protocolos sanitarios vigentes. Es lo que la prensa argentina ya bautizó como vacunatorio VIP, un privilegio al que se accedía mediante el contacto personal con el cesado ministro. Éste, trató de exculparse, diciendo que había sido un error de su secretaría privada.

Ginés González García, que estaba ya seriamente cuestionado por el manejo de la pandemia y el proceso de vacunación, era uno de los hombres más próximos al presidente que, sin embargo, lo sostuvo durante este tiempo a pesar de los errores. Hace un año dijo que no había ninguna posibilidad de que el coronavirus llegara a la Argentina; aseguró después que la pandemia le preocupaba menos que el dengue; y llegó a prometer que en diciembre estarían vacunadas 10 millones de personas, aunque a fecha de hoy apenas llegan a 400.000. Y, lo fundamental, a pesar de una cuarentana interminable, Argentina registra unas cifras de contagio y de muertos que colocan al país entre los que peor está enfrentando la crisis.  

El escándalo se desató de la forma más inesperada, cuando un periodista muy próximo al gobierno, confesó cómo se había vacunado. Horacio Verbitsky, veterano periodista al que muchos consideran una especie de ministro sin cartera, por su poder de influencia en el gobierno -especialmente próximo a Cristina Kirchner-, contó que había llamado al ministro para aplicarse la vacuna, que éste lo había derivado a un hospital, pero que inmediatamente recibió otra llamada para que acudiera a la sede del ministerio. Verbitsky tiene 79 años, es decir, es grupo de riesgo, pero había anunciado que no se vacunaría hasta ver los resultados y, en todo caso, el proceso fue irregular. Antiguo jefe de inteligencia de la organización guerrillera Montoneros, Verbitsky es un reconocido periodista de investigación. Fue el azote del gobierno del recientemente fallecido Carlos Menem, al destapar numerosos casos de corrupción en la década del 90, tanto desde el diario Página 12, como a través de varios libros, que se convirtieron en éxitos inmediatos.

Parece increíble que un hombre de tanta experiencia no comprendiera que sus declaraciones provocarían una tormenta, por lo que hay quien especula que de fondo puede haber alguna operación política. Podría haber querido adelantarse también a una información sobre la que estaba investigando el diario Clarín. En cualquier caso, el propio Verbitsky ha salido perjudicado del episodio. Ha sido apartado de las colaboraciones que mantenía con una radio. Pero también recibió el repudio de los integrantes del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), un organismo de derechos humanos que preside desde hace años: “como organización comprometida con los derechos humanos y con las urgencias de la situación social actual, consideramos que las únicas salidas a la pandemia son la responsabilidad colectiva y el compromiso con las etapas del sistema de vacunación a nivel federal”. 

El escándalo no ha hecho más que comenzar y ya hay listas, sin duda incompletas, de los privilegiados que se saltaron la fila para ser vacunados de forma irregular. Entre ellos están el diputado Eduardo Valdés, un hombre muy próximo al presidente -también muy amigo del papa-, y el senador y ex ministro Jorge Taiana, que intentaron justificarse con el argumento de que acompañarían al presidente en un viaje a México. Ambos fueron ya retirados de la lista de pasajeros de dicho viaje. Entre los privilegiados también estuvo el sindicalista Hugo Barrionuevo, líder de los camioneros, el sindicato más importante del país, y toda su familia, incluyendo sus hijos; y varios empresarios, como el español Florencio Aldrey, dueño del diario La Prensa, de otros medios en Mar del Plata, de un shopping y de varios hoteles.

La Procuraduría de Investigaciones Administrativas, que interviene en los casos en que puede haber un perjuicio contra el Estado, abrió ya una investigación, al considerar que existen indicios que “estarían poniendo de manifiesto serios abusos de poder en el cumplimiento de la función pública”. El mismo organismo se hace eco de informaciones que aseguran que había en el ministerio unas 3.000 vacunas destinadas a funcionarios, familiares, celebridades o personas destacadas en otros ámbitos. Esta investigación puede acabar con denuncias penales para los involucrados.

El gobierno de Alberto Fernández apostó desde el primer momento por la vacuna rusa, incluso antes de que apareciera el estudio técnico en la revista Nature, que le dio el respaldo científico. Lo hizo por razones geopolíticas, más que científicas. Pero el golpe de suerte que supuso la eficacia de la vacuna, no supo aprovecharlo, ya que el proceso de vacunación viene mucho más lento de lo que se viene prometiendo desde el gobierno. Y hay también denuncias de que se quiere sacar un rédito político, al promover la vacunación a través de organizaciones como La Cámpora, rama juvenil del kirchnerismo, en vez de los canales naturales. Y el escándalo del ministerio de Salud es la culminación de otros episodios similares en provincias y municipios de todo el país, donde se benefició a personas que no forman parte de grupos de riesgo ni de grupos esenciales. No siempre se aplicaron las vacunas de forma secreta. En algunos casos, funcionarios de alto nivel se vacunaron con la excusa de hacer frente a los antivacunas -a los que identifican con la oposición-, como ejemplo para la gente común.

La oposición ha reaccionado pidiendo que el presidente dé explicaciones en el Congreso, por lo que consideran una “estafa” a la nación. Y también exigen al gobierno que facilite un inventario de las vacunas, de los lugares donde se aplican y de las personas que las han recibido. El daño del escándalo para el gobierno está todavía por verse, pero preocupan las consecuencias electorales, ya que en octubre habrá una renovación parcial del parlamento. El gobierno necesita reforzar su mayoría para llevar adelante cambios en la justicia, que aseguren la impunidad para la vicepresidente, Cristina Kirchner, y un numero grupo de ex funcionarios acusados de corrupción.

De momento, el presidente promovió a la segunda del ministerio, Carla Vizzotti, muy próxima a la vicepresidente, Cristina Kirchner. Tiene un eminente perfil técnico, pero la oposición se pregunta cómo es posible que no supiera del vacunatorio vip instalado en su propio ministerio.

El escándalo de las vacunas Vip en Argentina provoca crisis de gobierno