viernes. 19.04.2024

La cena de nochebuena de un mediador

cena

Sentémonos a la mesa (aunque también valga la expresión sentarse en la mesa según los expertos). Una nochebuena en plena Pandemia, no deja de ser un día único y de grandes sentimientos para todos.

Es tradición que sea un momento de paz, armonía y buenos deseos ante “quien” está por venir esa Noche. Aunque no solo eso, pues ya en las fiestas paganas que se celebraban en el imperio romano, se hacía la exaltación del Sol (25 de diciembre) pero sobre todo hace ya 2000 años, surgía el arte de cocinar y reunirnos alrededor de una mesa, que adquiría un gran protagonismo. 

La cena de Nochebuena es uno de los ritos familiares más especiales. Se trata de una gran cena donde los mejores manjares se ponen en la mesa y la tradición marca reunir a toda o la mayor parte de la familia, aunque este año sea especial, por el número recomendado ante la situación del Covid y porque no decirlo, por las ausencias.

En esta cena queremos que toda la familia que nos hayamos podido reunir, esté contenta, para brindar un año más, por eso como mediador os propongo un alto al fuego y eso solo se consigue si entre todos reconstruimos esa paz.

De ahí que un año más os ofrezca querido lector, los consejos de un mediador para una Nochebuena en Paz.

Política, fútbol, tendencias, las redes sociales…y este año, el problema sanitario, todo es conflictivo si no sabemos llevar la conversación inteligentemente

Si acudimos a Wikipedia nos dicen que se conoce como Tregua de Navidad a un breve alto al fuego que sin que fuera oficial ocurrió entre las tropas alemanas e inglesas en la primera guerra mundial durante la Navidad de 1914. Es más el 24 de diciembre de ese año cuando las tropas alemanas comenzaron a decorar sus trincheras, luego continuaron con su celebración cantando villancicos, entre ellos “Noche de Paz”. Las tropas británicas en las trincheras al otro lado respondieron entonces con los mismos villancicos pero cantados en Inglés..

Ambos lados continuaron el intercambio gritando saludos de Navidad los unos a los otros. Pronto ya había llamadas a visitas en “la tierra de nadie”, donde pequeños regalos fueron intercambiados: whisky, cigarrillos, chocolates, etc. Imaginaros que ocurriría este año tan especial de la pandemia… ni soñarlo.

Más de una vez, cuando estamos en pleno proceso de mediación me he sentido como ese traductor, entre “soldados” alemanes e ingleses que no se entienden y que hablan sin escucharse, hasta que gracias a la “traducción” que hacemos de sus mensajes, conseguimos crear un espacio neutral, para construir esa “tregua de paz”.

Pues bien, hoy os quiero escribir, sin más pretensión que conseguir que la Nochebuena sea un espacio de paz, de mediación, de entendimiento.

Aun cuando hay tiempo de sobras para preparar ese encuentro que vamos a tener esa noche con personas que quizás no nos llevemos bien, o que no compartimos sus opiniones, de cualquier tipo, o conversaciones que para nosotros no lleve a ningún sitio, siempre ocurren pequeñas fricciones que podemos evitar. Y no me digáis que no tenéis ya experiencia, ya que el confinamiento ha sido una gran fuente de aprendizaje.

En el previo surge el dilema de cada año… “en tu casa con tu familia o en la mia” y… este año con más razón porque se limita el número de comensales y a buen seguro, precisamente, nos falta alguien o ya no estamos juntos… que. ¿necesitaremos a los cascos azules?. Ahí van mis humildes consejos.

En primer lugar os pediría que seais abiertos a cualquier posibilidad. Estar abiertos a ella, ser generosos con lo que está por venir, siempre nos podrá sorprender en positivo. Aquello que creíamos que podía pasar en negativo, al final ha sido positivo, pero todo depende de nuestra actitud, como cuando acudimos a mediación.

Y si nos es difícil… mirad a los ojos de los niños que estén a nuestro lado, su mirada limpia y deseosa de que sea una maravillosa velada con la ilusión de que nace el Niño Jesús o simplemente que venga esa misma noche Papá Noel, va a derretir cualquier contrariedad. Pensad que ellos son los verdaderos protagonistas y los herederos de nuestra actitud.

En segundo lugar os recomendaría una receta muy útil para las conversaciones y debates de esa noche. Dejemos que cada uno tenga su propio espacio de protagonismo, no queramos colonizar las conversaciones. Si alguien nos cuenta (que hace tiempo que no vemos) que hace poco viajó a París…dejemos que lo cuente, preguntémosle donde estuvo y como lo pasó y solo cuando termine, intervenid explicando que vosotros también fuisteis, y que bien lo pasásteis. Hay tiempo suficiente en estos días para que todos nos sintamos comprendidos y escuchados.

De igual forma os recomendaría que si entramos en temas espinosos, en las conversaciones, respetéis aun cuando no compartáis, este es nuestro principal trabajo como mediadores cuando estamos en nuestro trabajo día a día. Hacerlo vuestro, usad esta receta. “Morderse la lengua” durante unos segundos…nos coloca en una situación de “contar hasta diez” antes de rebatir nada.

Cuando a mis alumnos de Derecho les doy la asignatura de “Argumentación y Oratoria”, precisamente les digo la importancia de poder argumentar bien tus teorías aun cuando después un juez no las considere suficiente para darte la razón en la sentencia, ello no indica que seas un mal abogado, sino que tu teoría no es compartida. Pues lo mismo haríamos, fundamentemos ante ese primo que hace tiempo que no vemos, ante esa cuñada con la que no nos llevamos bien, y si vemos que no nos comprenden… una retirada a tiempo siempre es una victoria, ante el resto de tertulianos.

¿Qué difícil verdad? Política, fútbol, tendencias, las redes sociales…y este año, el problema sanitario, todo es conflictivo si no sabemos llevar la conversación inteligentemente. Todo lo marca el grado de confianza que tengamos con todos los comensales y sobre todo tened en cuenta algo muy importante… las diferencias de edad, también marcan el respeto a la opinión. Por eso tenemos que ser muy generosos con cada interpretación.

Todo se sobrevalora y exagera y si no… recordar, siempre nos quedará iniciar un villancico clásico, al que yo recomiendo que se use el famoso “Jingle bells”, absolutamente genial, cuando empezamos a cantar y llegamos al momento “…all de ways” y ya pasamos a la libre interpretación cada uno en su “ingles de academia” sin sabernos la letra, terminando en …”hey”.

Y si te he sacado una sonrisa con este último truco…no te olvides de ella. Una sonrisa conduce siempre al lugar indicado, una sonrisa resuelve muchas situaciones, una sonrisa, calma. No estamos obligados a ser felices estos días, pero si es nuestra responsabilidad que en nuestro alrededor reine la paz, os lo dice un mediador.

Y mi último mensaje y reconocimiento… sea para el pavo de Nochebuena que se cocina durante horas en el horno, y que servirá como “hilo negociador” en nuestras conversaciones. FELIZ NAVIDAD AMIGOS

La cena de nochebuena de un mediador