jueves. 18.04.2024

Tiempo de Congresos

En CCOO estamos terminando los procesos congresuales en todas nuestras estructuras. Un proceso que estamos realizando de abajo a arriba. Desde nuestras secciones sindicales hasta la Confederación, pasando por las Federaciones y por las Uniones Regionales o Confederaciones de Nacionalidad o Región.

En CCOO estamos terminando los procesos congresuales en todas nuestras estructuras. Un proceso que estamos realizando de abajo a arriba. Desde nuestras secciones sindicales hasta la Confederación, pasando por las Federaciones y por las Uniones Regionales o Confederaciones de Nacionalidad o Región.

A lo largo de este proceso he tenido ocasión de asistir a todos los congresos que se han realizado en CCOO de Madrid y acompañar a algunas Federaciones Estatales y Uniones Territoriales en sus congresos.

Cada Congreso sirve para evaluar lo realizado en los anteriores años, para definir el trabajo futuro de la organización y para elegir la dirección que se va a encargar de llevarlo adelante. Unos procesos que hemos tenido que desarrollar sin descuidar un momento las intensas movilizaciones para combatir la crisis, el paro, los recortes, incluida una Huelga General como la del 14-N.

En esta ocasión, el hilo conductor de todos los congresos está siendo la reflexión sobre los efectos de la crisis sobre los sectores productivos y de servicios y sobre los territorios que componen este país al que llamamos España. Una crisis demoledora que está debilitando nuestro tejido productivo y que ha desmantelado el sector de la construcción. Una crisis que sigue destruyendo empleo y que nos lleva a los seis millones de personas desempleadas. Que está arrojando a millones de personas a las desprotección absoluta y a millones de familias a la desesperación, el empobrecimiento y la falta de recursos.

Cuando estos problemas se combinan con las políticas de recorte de gasto público y de gasto social y sucesivas reformas del mercado de trabajo, aplicadas por unos gobiernos obsesionados por imponer a rajatabla las recetas emanadas de la Troika que gobierna Europa, compuesta por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, los efectos son demoledores sobre la inversión, la destrucción de empresas, el aumento del desempleo y la pérdida de contenidos del Estado Social, que ve debilitarse los sistemas esenciales de protección por desempleo, pensiones, sanidad, educación, atención a la dependencia, o servicios sociales.

Una situación así, exige que el sindicalismo de clase priorice objetivos y reorganice sus efectivos de la forma más eficaz y eficiente posible, para defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras, que no pueden verse convertidos en los costaleros de esta crisis, mientras otros sectores de la sociedad recomponen beneficios a costa de derechos laborales y sociales. Además esta sería una receta que traería pan para hoy y hambre para mañana. Una sociedad sin derechos termina siendo una sociedad de baja productividad, porque lejos de innovar tiende a seguir explotando las condiciones de trabajo y de vida de sus trabajadores y trabajadoras y de sus ciudadanos.

Defender los derechos es defender el futuro y eso es lo que estamos organizando congreso a congreso hasta desembocar el nuestro Congreso Confederal que se realizará del 21 al 23 de Febrero. Esos objetivos se mueven en torno a dos ejes. El primero de ellos el Empleo. El segundo tiene que ver con la adaptación del sindicato a un escenario marcado por años de crisis económica. Porque aunque mañana mismo empezase la recuperación económica, tardaremos años en alcanzar los niveles económicos y de empleo de 2007.

Para que haya empleo hay que tener actividad económica y la misma sólo es posible si se recuperan los canales de acceso al crédito de empresas y familias. El bloqueo de créditos de nuestro sistema financiero es el principal responsable de la imposibilidad de muchas empresas para seguir existiendo. Cuántas empresas con carga de trabajo se ven obligadas a cerrar porque no pueden atender pagos inmediatos de proveedores o de salarios que podrían encontrar solución en un crédito a muy corto plazo que hoy ningún banco les da. El problema de España no tiene que ver con reformas laborales, sino con un sistema financiero colapsado, hundido y anclado en el fondo a base de promociones inmobiliarias invendibles.

Es el momento de defender con uñas y dientes el empleo, para que no se vayan empresas, para que no se cierre, para que inviertan en nuevas líneas de actividad. Defender la innovación de nuestra industria y la calidad de nuestros servicios. Es la hora de defender el salario, porque con salarios cada vez más bajos y con más paro sólo puede haber menos consumo, menos crecimiento, más recesión y, de nuevo, más paro.

Es el momento de defender la vida de las personas desempleadas, que no pueden verse condenadas a un horizonte sin futuro para ellas y para sus familias. Sin prestaciones, ayudas, subsidios. Sin políticas activas de empleo, que les permitan orientarse y formarse para los cambios productivos inevitables que se producen.

Es el momento de consolidar los servicios públicos y los servicios sociales, como factores esenciales para no debilitar la igualdad en tiempos de crisis y evitar fracturas sociales que, una vez generadas, tardarán largo tiempo en recomponerse.

Son algunas de las tareas ineludibles que vamos a emprender las CCOO, desde la unidad de acción del sindicalismo y desde la unidad de la sociedad en torno a la Cumbre Social. Porque afrontamos una tarea que va a exigir el concurso y el compromiso de todos los actores económicos y sociales.

El sindicato afrontará también, en el próximo periodo, retos organizativos intensos. La tarea prioritaria es garantizar los derechos colectivos de los trabajadores y trabajadoras en la empresa. Fortalecer nuestras secciones sindicales, nuestra presencia en los centros de trabajo, el papel del convenio colectivo, seriamente comprometido y puesto en cuestión por las sucesivas reformas laborales y de la negociación colectiva.

La afiliación, su compromiso, militancia, formación, sentido de pertenecía, se convierte en el elemento esencial de nuestra existencia como sindicato. El tronco que sustenta nuestra acción sindical en la empresa y la defensa de los derechos sociales y laborales. Nuestra afiliación nos convierte en la primera organización social del país. No hay en España, organización política o social que se acerque, ni de lejos, al número de personas afiliadas con la que cuentan las CCOO y el sindicalismo de clase. Cuidar, atender y reforzar a nuestros afiliados y afiliadas es, en lo organizativo, la tarea principal para los próximos años.

Nuestro 10 Congreso Confederal, será el Congreso del compromiso para la acción. El Congreso que ratificará que la movilización y la negociación son las dos caras de la misma moneda, para alcanzar acuerdos que consoliden derechos, o permitan avanzar en ellos. El Congreso de la apuesta por nuestros principios fundacionales que sólo adquieren sentido en la unidad de la diversidad sectorial de la clase trabajadora y la pluralidad de las ideas y propuestas. Nacimos como sindicato de la unidad y la unidad es hoy el principal activo con el que contamos para afrontar una salida justa, equilibrada y negociada de esta crisis.

CCOO estamos en Congreso. Agárrense, que allá vamos.

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