martes. 19.03.2024

Señores Rajoy, Botín y Merkel: España va muy bien

No hay quien lo dude. Sabido es que algunos españoles, por idiosincrasia, educación, color de piel, estatura, sexo, religión y raza son muy dados a la queja, al lamento...

No hay quien lo dude. Sabido es que algunos españoles, por idiosincrasia, educación, color de piel, estatura, sexo, religión y raza son muy dados a la queja, al lamento, al agravio y la protesta sin sentido. No hay más que pasarse por el bar de la esquina y en unos segundos se pone usted al cabo de la calle oyendo al ilustre tarimero dar rienda suelta a sus instintos más primarios, esos que salen del intestino sin pasar jamás por el filtro que otorga haber ido durante años a colegio de curas y monjas. La gente se queja de vicio, pero todos sabemos que los vicios hacen esclavos a los hombres y que raramente de un esclavizado salen palabras justas y equilibradas. Se exagera, se difama, se confunde, o al menos eso pretenden quienes escriben en los libelos digitales o en la esquina escondida de algún periódico tradicional. No hay que hacerles caso, España va bien, muy bien. Huido Zapatero, el horizonte ha quedado despejado y de nuevo sobre las montañas nevadas vemos revolotear las banderas al viento el alma tranquila.

Es indudable que somos, como lo fuimos y nunca debimos dejar de serlo, el centinela de Occidente, la vanguardia de esa nueva Europa que se está revigorizando para volver a poner a la civilización cristiana en el más alto de los sitiales, como guía y conductora impar del futuro de los pueblos civilizados, retomando la misión a la que otrora entregaron sus vidas Pelayo, Wifredo el Pelòs, Ramón Berenguer IV, los almogáraves, Rodrigo Díaz, Gonzalo Fernández De Córdoba, Isabel la Católica y Marujita Díaz. España se ha recatoliquizado, ha vuelto a abrazar a sus vírgenes y hoy, como cuando íbamos por rutas imperiales, la Moreneta, la del Pilar, la Fuensantica, la de Covadonga, la de Regla, la de Aranzazu, visten sus mejores prendas rodeadas del perfume impar de las flores primaverales que por gracia divina resplandecen como nunca antes lo hicieron ante la mirada devota de gobernantes y súbditos de todos los rincones de nuestra amadísima patria. Cristo vive en nosotros, vive en Artur Mas, en Botín, en Rajoy, en Urkullu, en Monago, en la pechera indómita de los rudos hombres y mujeres del campo castellano, en las montañas y los valles de la rica y laboriosa Cataluña, en la alegre, ufana y vigorosa Andalucía, en la capital del reino que fue envidia de ingleses, holandeses y franceses cuando en nuestras tierras era siempre de día.

No hace falta que den ustedes, señores Rajoy, Merkel y Botín ninguna explicación más. Al buen entendedor con pocas palabras basta. El español es de nuevo católico y aunque mañana se partiera España en cien mil trozos diferentes, siempre quedaría el nexo indisoluble que nos hizo grandes y moldeó nuestras conciencias a través de los siglos, desde mucho antes de Isabel y Fernando el espíritu impera moriremos besando la sagrada bandera, desde antes de Alfonso X o Jaume I, desde antes de Leovigildo, Recaredo y Wamba, desde mucho antes de la existencia de cántabros, vascones, vándalos, suevos y alanos, ande va usted a parar si Santiago y San Jaume dirigieron nuestro poderoso brazo para luchar contra el impío berberisco blandiendo espada ardiente como los tiempos vieron nunca jamás. Y miente, insulta, calumnia quien se atreve a decir que no hay futuro con seis millones de parados, el español ha sobrevivido a todas la penalidades que, como prueba de su amor infinito, le enviaba Dios Todopoderoso para saber de su fortaleza y fidelidad. No hay dragón que le arredre ni circunstancia que le pueda, el valor viene de serie.

Derrotismo de los malpensantes. Palabras, palabras y palabras, al viento, perdidas, vacías, sólo para hacer daño, nada más. Falta empatía, ponerse en el lugar del otro. A qué tanto criticar a Blesa, MAFO, Rato, Aznar, Almunia, Fabra, Camps, Barberá, Urdangarín, Pujoles, Millet, Bárcenas, Correa, Mato, Bauza, Cospedal, Castedo, Alperi, Gallardón, Aguirre, Wert, Rajoy, Botín, Fainé, Merkel, Dívar, Montoro, Guindos, Draghi, Lagarde, que si el caso Noos, el caso Palau, el de las ITV’s, que si los papeles, que si Calatrava, Suiza, Brugal, CAM, Mercalicante, basuras, Bancaja, Eres, el sastre, los trajes, EMARSA… ¿Alguien se ha parado a pensar en el enorme sufrimiento de Miguel Blesa, en el inmenso e irreparable daño que se está haciendo a su honor y fama cuando todo lo que hizo en Caja Madrid fue por Dios y por España? ¿Alguien se ha puesto en el pellejo de Bárcenas, llevando y trayendo sacos de dinero de un lado para otro a altas horas de la madrugada, metiéndolos en sobres-sorpresa, sorteando fronteras, aduanas, policías, como si fuese un cualquiera, un arrabalero, un don nadie, un hambriento que busca en los contenedores? ¿Y en Díaz Ferrand, presidente de tantas cosas y casos, qué hace ese hombre purgando su entrega a la Patria en un calabozo que se hizo para otros menesteres? No, hay gente que no sabe de empatía, que no es capaz de ver el sufrimiento, el dolor, el pesar en los otros. Preocupados sólo por su propio devenir, olvidan que los Borbones podían seguir viviendo maravillosamente en Estoril o en Mónaco, jugando a la ruleta o al jilei, que volvieron muy a su pesar para traernos esta democracia, que a ellos el dinero se las trae al pairo, que les pesa, les quema en los bolsillos, austeros como nadie sólo mirando los ojitos del Niño Jesús de Praga son dichosos, ¡leñe, ya, hombre! Y Ana Mato y Sepúlveda, ¿es que no tiene derecho el hijo o los hijos de esa pareja a ir a Disneilandiaparís, a tener treinta mil globos o los que quieran, a disfrutar del confeti y a hacer la comunión cuantas veces quieran como católicos de raza que son? ¡¡Por Dios, por Dios, ande vamos a llegar!! ¡¡Y ese hombre grande y mayor que se corta las uñas y los padrastros en las Cortes Valencianas, institución milenaria, ¿pero a quién ha hecho mal Díaz Alperi, si es un santo varón? Envidia cochina, puta envidia, intrigas movidas por esa minoría de enemigos de España que sólo disfrutan maquinando, urdiendo, intrigando: ¡¡Con la falta de morirse que tien algunos!!

Seis millones de parados, miles de casos de corrupción, hospitales, escuelas y universidades públicas en almoneda, pensiones en el aire, el hambre de niños y mayores, exclusión y desigualdad creciente, que los ricos no pagan, privatizaciones, estafas y robos legales porque nadie va a la cárcel, desaparición del tejido productivo, deuda pública gigantesca por cubrir la privada, servicios públicos estrangulados, despidos, contratos temporales, trabajo precario, sueldos de 1980, viejos que se mueren de asco, jóvenes que no viven de asco, desahucios, lanzamientos, no fluye el crédito… ¿Y qué, qué me dice usted con todo eso, acaso Dios se ha fijado en Suecia para ponerle esas pruebas? ¿No somos el pueblo elegido? ¿No tenemos el Valle de los Caídos y a Ruiz Gallardón impartiendo justicia? Les ha hecho la boca un sastre, hostias!!!

Sí, señores Rajoy, Botín y Merkel, España va bien, muy bien, y la prueba de ello es que de los miles de mangantes que causaron esta crisis, apenas dos o tres han pisado la cárcel; que los seis millones de parados no muestran enfado alguno; que, como está mandado, los ricos no pagan un real al Erario; que Ronaldo y Messi siguen aquí; que cada día va más gente a las santas romerías; que en ningún Parlamento sus señorías pueden tomar, para mejor cumplir con su deber, gintonic a tres euros y medio; que en ningún país de Europa se encuentra usted a un camarero licenciado y con tres idiomas sirviendo cañas a un guiri que trabaja en su país de alicatador… ¿Se puede pedir más?

Señores Rajoy, Botín y Merkel: España va muy bien